Ambiente y naturaleza
Día Internacional de la Diversidad Biológica

El Parque Nacional Yasuní, el más biodiverso del mundo, entre el petróleo y la conservación

En una hectárea de esta zona protegida de Ecuador hay más especies de árboles que en Canadá y Estados Unidos juntos, y más especies animales que en toda Europa.

Por su infinidad de anfibios, aves, mamíferos y plantas el Parque Nacional Yasuní, en la Selva del Napo ecuatoriana, es el área más biodiversa del mundo. Pero, a pesar de que está protegida, la explotación de petróleo, la tala ilegal y el comercio de vida silvestre ponen en riesgo su conservación.

Récord mundial en biodiversidad

A tan solo 250 km de Quito se extiende el Parque Nacional Yasuní, una de las joyas naturales del mundo, en la región amazónica de Ecuador, en la cuenca alta del río Napo, que ese país comparte con Perú. Es conocido por su gran variedad de especies, algunas en peligro de extinción. Así lo explica Tarcisio Granizo, director de WWF Ecuador: "En una hectárea del parque hay más especies de árboles, arbustos y lianas que en cualquier lugar del mundo". Este es uno de los récords pero no el único. En una hectárea del Yasuní hay más especies de árboles que en Estados Unidos y Canadá juntos. Lo mismo ocurre con los animales: se estima que en una hectárea del parque hay más especies animales que en toda Europa.

Según cuenta Granizo a Carbono News, se calcula que el Parque alberga a más de 610 aves y más 268 peces, y 200 especies de mamíferos incluyendo jaguares, tapires y otros animales emblemáticos de la región latinoamericana como águilas harpías y anacondas. Además, existen 150 especies de anfibios, que es el récord mundial para un área del tamaño del Yasuní, de alrededor de 10.000 km cuadrados.

Tití pigmeo o "mono de bolsillo" (Fuente: Wiki Commons)

"Es una de las islas donde todavía existen todas las especies en peligro de extinción de Ecuador", cuenta el especialista. También sirve de refugio a animales pequeños, como el primate más pequeño del mundo: el mono de bolsillo.

A su vez, en el parque habitan dos pueblos originarios en aislamiento voluntario: los Tagaeri y los Taromenane, ambos de la nacionalidad Waorani. Según un estudio de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (OACNUDH), alrededor de 10.000 personas viven en aislamiento voluntario en Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay y Venezuela. Son poblaciones que no mantienen contactos sostenidos con la población mayoritaria no indígena, y que suelen rehuir todo tipo de contacto con personas ajenas a su pueblo.

Mujeres Waorani (Foto: Instagram)

En 1999, con la intención de proteger a los pueblos originarios y la biodiversidad del Yasuní, se creó dentro del parque la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane (ZITT), siguiendo el plan marcado por la UNESCO, que en 1989 declaró el Parque Nacional Yasuní como Reserva de la Biosfera.

Pueblos y vida silvestre bajo amenaza

Según el experto, a nivel nacional existen solo dos áreas intangibles en las que no puede haber ninguna actividad productiva, justamente para preservar su riquísima biodiversidad: una es Yasuní, y la otra la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno. Fuera de esas áreas, las actividades industriales están permitidas. "Aunque el Yasuní es un área protegida la ley permite tener actividad petrolera en las áreas protegidas de Ecuador", dice Granizo.

Río Napo, vista aérea (Foto: Flickr Ministerio de Ambiente de Ecuador)

Según el especialista, a pesar de que los ecosistemas del Yasuní son muy vulnerables, existen seis proyectos de extracción de petróleo que se encuentran total o parcialmente dentro del Parque. El más conocido es el llamado Bloque 43-ITT, el último concesionado.

La actividad hidrocarburífera es una amenaza real para la biodiversidad, pero no la única. El especialista explica que también se desarrolla tala ilegal, sobre todo en el sureste del Parque y en la Zona Intangible. Asimismo existe cacería comercial. "Antes había un famoso mercado donde se vendía ‘carne de monte', como se la conoce a la carne de vida silvestre. Hay tráfico de vida silvestre y también hay carreteras que han sido construidas para la actividad petrolera", cuenta. 

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A nivel país, el 20% del territorio ecuatoriano está protegido, esto incluye parques nacionales, reservas biológicas y otras categorías, todas ellas integradas en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Son 57 áreas bajo medidas de protección. "La única actividad que está permitida es el petróleo, y esto se da mayormente en el Yasuní", dice Granizo.

La región más biodiversa del mundo (Ministerio de Ambiente)

Ecuador es considerado uno de los 30 países con mayor producción de crudo del mundo. En promedio, el país produce unos 540.000 barriles de petróleo. Se calcula que el 68% de la Amazonía ecuatoriana, de alrededor de 12 millones de hectáreas de extensión, tiene concesiones para la industria petrolera, unos 4000 pozos. 

La dependencia económica de los recursos hidrocarburíferos y la decisión política de seguir promoviéndolos, provocaron que, a pesar del alto valor ecológico del Parque Nacional Yasuní y otras zonas protegidas, se habilite la actividad petrolera dentro de ellas.

Un camino político que ha sido criticado por los colectivos ecologistas del país y por los pueblos originarios. Sobre todo, al conocerse varios escándalos de derrames de crudo en la Amazonía. El más grave de los últimos 15 años sucedió en abril de 2020, cuando al menos 15.000 barriles de crudo se vertieron sobre la región amazónica, afectaron a más de 2000 familias indígenas y se comprometió el acceso a agua potable de al menos 120.000 personas.

Estrategias de conservación a medio gas

Una de las propuestas de protección del Yasuní fue la Iniciativa "ITT Yasuní", promovida por algunos grupos ecologistas y acogida por la gestión de Rafael Correa en 2007. Se pedía a la comunidad internacional una compensación económica para que Ecuador mantuviera "el Bloque ITT", en la zona norte del Yasuní, libre de extracción petrolera.

La compensación equivalía a la mitad de lo valorado de su posible explotación. Pero no surtió efecto: en 2013 el gobierno canceló la campaña al no lograr el respaldo económico internacional y anunció que el 0.1% del parque, unas 1000 hectáreas, se destinaría a la explotación petrolera.

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En 2018 se realizó una consulta popular sobre limitar la extracción petrolera en el Yasuní. El resultado fue favorable a la reducción de la superficie perforable de 1030 a 300 hectáreas. Desde entonces, algunos estudios han revelado que ese máximo de deforestación ya se excedió, así lo atestiguó un nuevo reporte del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), que señala que el desmonte en todo el Parque Nacional Yasuní equivaldría a más de 400 hectáreas.

La gobernanza de las áreas naturales protegidas no ha dejado de empeorar. Según las fuentes consultadas, la gestión ambiental del presidente saliente, Lenin Moreno, no sólo no ayudó a su conservación sino que fue negativa para la preservación del Yasuní y de otras áreas protegidas del país. "Se desmanteló el Ministerio de Ambiente y Agua, eso supuso la salida de muchas personas, incluyendo muchos guardaparques, lo cual es tremendo desde el punto de vista del cuidado de las zonas protegidas. que son el 20% del territorio nacional", cerró Granizo.

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