Ambiente y naturaleza
Océanos

Los subsidios a la pesca financian la destrucción de los mares, según la OMC

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) calcula que se destinan a esta depredación unos 25.000 millones de dólares por año, sin ningún tipo de control.

Los océanos del mundo están amenazados y, en lugar de protegerlos, los países con grandes flotas de barcos recurren a la pesca industrial con el fin de mantener empleos en tierra y también a bordo.

Se trata de una actividad nociva y distorsiva. Los grandes navíos congeladores fomentan la sobreexplotación de los mares.

La Organización Mundial de Comercio, entidad que se ocupa de las normas que rigen los negocios entre países, solicitó que se terminen en la próxima década este tipo de subvenciones.

Los ecosistemas acuáticos tienen sus propios tiempos y capacidades. Por ello, un stock de especies sólo puede ser extraído hasta cierto punto. De lo contrario, su supervivencia se vería en peligro.

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Los Estados Nacionales que contributen con dinero tal vez ignoren hasta qué punto esta actividad ha cambiado de manera brutal. El acceso a tecnología de última línea para poder "ver" bajo la superficie del agua se hace gracias a esos aportes. Hoy, gracias a los sonares, los tripulantes detectan los cardúmenes de manera inmediata y los atacan con éxito asegurado. Este fenómeno genera un falso desarrollo en el corto plazo, en el que lo último que importa es el estado futuro de los océanos.

En el fondo, se está financiando la destrucción de la biodiversidad y, en lugar de sostener las fuentes de trabajo, se fomenta el empobrecimiento de un gran número de pescadores. En poco tiempo grandes grupos de operarios se quedarán sin recursos y sin ocupación.

Se premia la pesca a gran escala en detrimento de la artesanal. Unos pocos gigantes se benefician mientras los más pequeños apenas asisten al saqueo.

Los fuertes subsidios, estimados en unos 25.000 millones de dólares por año por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), generan diferencias entre países ricos y pobres.

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En Asia existen unas 50 millones de personas que viven de la pesca, mientras que en la Unión Europea la cifra llega hasta el medio millón de empleados.

El ranking

FAO divide a los países que ayudan a las pesqueras en dos grupo, dependiendo del índice de desarrollo humano alto o bajo de cada nación. En la primera categoría, figura a la cabeza China, con más de 7000 millones de dólares aportados por el Gobierno a esta industria. Le sigue con 3800 millones la Unión Europea en su conjunto.

A continuación aparecen:

  • Estados Unidos, con 3400 millones;
  • Corea del Sur, 3200;
  • Japón, 2900;
  • Rusia, 1500;
  • Tailandia, 1100;
  • Canadá, España y Noruega, 850.

El acceso a los recursos proviene de presiones políticas ejercidas por las élites empresariales. Por ello, quienes tienen la capacidad de lobby son quienes atrapan estas enormes masas de capital.

Explotación sin respeto

EConsultado por Carbono News, Roberto Maturana, investigador oceánico y marino mercante a lo largo de 40 años, sostuvo: "Se deberían redirigir los subsidios para establecer refugios y decretar áreas marinas protegidas para que los ecosistemas no colapsen en el corto plazo. Los dineros se malgastan por ejemplo en gastos de combustible para que las naves lleguen lo más lejos posible".

Con respecto a la actividad de los enjambres de buques que pululan por los grandes océanos, el oficial denunció: "Se ayuda con dinero tanto a las flotas legales como a las piratas. Los buques que vienen a pescar a nuestras 200 millas marinas en Argentina hacen depredación porque sus redes no permiten el escape de los peces juveniles. Se llevan todo sin respetar los ciclos de la vida marítima. No se protegen biológicamente nuestras aguas. Muchas especies son migratorias y, por ello, hay que atrapar a los ejemplares grandes y no a los que acaban de nacer. Estas naves congeladoras no deberían usar redes de arrastre. Solamente reflectores como señuelo para encandilar a los calamares. Deberían usarse los subsidios para establecer la trazabilidad de los ejemplares capturados. ¿Dónde se los obtuvo? ¿Quién autorizó la actividad? Las reglamentaciones internacionales no tienen vigencia actualmente en el Atlántico Sur".

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