Híper-apego y abandono: cómo impacta el aislamiento en las mascotas
El veterinario Juan Enrique Romero explicó a Carbono News los procesos que atraviesan perros y gatos con los cierres y reaperturas de la cuarentena.
América del Sur está a punto de cumplir 15 meses desde que dispuso las primeras cuarentenas, allá por marzo de 2020. Y si bien se habló mucho del impacto del aislamiento en los niños y adultos en distintos ámbitos, poco se dijo sobre cómo lo perciben y viven las mascotas.
El doctor Juan Enrique Romero, uno de los médicos veterinarios más reconocidos de la Argentina, explicó a Carbono News cómo se ven afectadas las mascotas por los vaivenes de cierres y reaperturas.
"Los perros aman formar parte de las familias y por ello se sintieron muy a gusto cuando todos los integrantes del núcleo convivían casi todo el día bajo el mismo techo. Por el contrario, se desorientan mucho con las repentinas ausencias de padres e hijos debido a los súbitos cambios en el mercado laboral y el ámbito educativo. Por su parte, los gatos pueden adaptarse mejor a los nuevos escenarios, ya que son capaces de permanecer largos períodos sin ninguna asistencia externa a la hora de comer, pasear o hacer sus necesidades", analizó Romero.
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Según un muestreo realizado por la consultora Voices!, en la Argentina siete de cada diez personas tienen al menos una mascota en su casa. Los números se dispararon debido al aislamiento, ya que fueron muchos los que se decidieron por adquirir una mascota para entretener a los más chicos, o bien para sumar algo de compañía en plena pandemia.
A pesar del estrecho vínculo que se registra, a menudo los humanos no son capaces de detectar que los cambios en las rutinas terminan por afectar tanto a canes como a felinos.
"Perciben que durante la cuarentena estuvimos muy pegados a ellos y, de pronto, volvemos a dejarlos en soledad durante casi toda la jornada. En ese momento de compañía tuvieron lo que se denomina estrés positivo, ya que disfrutaron a diario con nuestra presencia", agregó el veterinario.
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"En el caso de los gatos, suelen tener estrés negativo si nos ponemos cargosos con ellos por estar aburridos en una casa o departamento. Nuestra intensidad nos lleva a no respetar sus prolongados horarios de sueño, que suelen ser a menudo diurnos. Hay que estar atentos a la caída de pelos, hay que controlar que no ladren más que lo habitual y que no jadeen demasiado. Todas esas pueden ser señales de inestabilidad emocional", sumó.
Los gatos, los más elegidos
El reconocido profesional explicó las diferencias entre ambas especies y por qué los felinos están ganando la preferencia de las familias norteamericanas, país en el cual ya se convirtieron en las mascotas más elegidas.
"El 52% de los estadounidenses que compró o adoptó un animal se inclinó por los gatos. Es que la sociedad moderna exige horarios de dedicación muy prolongados a diario a los trabajadores y estudiantes. Los perros son más apegados y exigen mayor dedicación. La soledad provocada por el humano (luego de largos meses de pandemia y cercanía) los desorienta por completo. Por ello, suelen hacer sus necesidades en lugares no indicados, o rompen con sus dentaduras todo tipo de elementos. Es su forma de demostrar la enorme ansiedad que los afecta", dijo el profesional.
Las recomendaciones para no afectar el vínculo con los canes se basan en multiplicar los paseos cortos. Deberían ser al menos tres veces por día durante diez minutos como mínimo. Esto ayudaría con las necesidades fisiológicas, con la musculatura y el buen humor.
No se deben interrumpir tampoco los juegos, porque para ellos esa rutina es un verdadero ritual.
"Ellos tienen un reloj biológico. Forman hábitos. A la hora señalada miran hacia la puerta, hacia su cadena y hacia su dueño. Saben que es la hora de dejar el departamento", sostuvo.
El doctor Romero criticó con dureza a quienes compraron durante la pandemia animales de importante mordida para convertirlos en guardianes de sus propios domicilios.
"El 70% de la actitud de un perro se relaciona con su crianza. Apenas el 30% proviene de los genes. Si criamos un monstruo para que ataque a cualquier desconocido que nos visita tendremos personas mordidas a veces por Chihuahuas y otras veces por Rottweilers. Tanto los animales grandes como los chicos deben ser socializados, aunque esto implique llevarlos a pasear por el barrio en una mochila o una canasta" sentenció.