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América Latina apura leyes para prohibir los plásticos de un solo uso

La Ciudad de México comenzó el 2021 prohibiéndolos. Colombia y Argentina buscarán avanzar en la discusión en sus Congresos antes de que termine el año. Las experiencias y las particularidades de cada una en el camino a reducir un material que ha puesto en jaque a los ecosistemas y que amenaza a la salud humana.

Lo que empezó siendo un remedio, hoy es la enfermedad que tiene al planeta en terapia intensiva. El plástico, un material central para el desarrollo de la civilización moderna, fue concebido hace dos siglos como una experiencia sostenible que no solo reduciría costos de producción, sino que utilizaría menos recursos naturales durante el proceso de fabricación.

Sin embargo, los excesos en su uso y consumo tuvieron como consecuencia las siete islas de plásticos que existen hoy en el mundo, originadas por los más de 400 millones de toneladas anuales que se arrojan a los mares y océanos y que alteran los ecosistemas y la biodiversidad incluida la propia especie.

El aumento en la producción de plásticos desde 1975 representa un 620% y las proyecciones futuras son preocupantes: se prevé que aumente a 700 millones de toneladas para 2030 y a 1800 millones para el año 2050. Mientras la alerta crece al mismo ritmo que el consumo, los países de América Latina y el Caribe apuran los consensos legislativos para sancionar leyes que regulen, reduzcan y prohíban los plásticos de un solo uso.

Chile puso primera

Siguiendo los pasos de la Ciudad de México que arrancó el 2021 prohibiendo la comercialización, distribución y entrega de productos de plástico de un solo uso, Chile volvió a poner el tema en agenda a partir de la media sanción que logró la Cámara de Diputados, a fines de marzo, del proyecto que regula los plásticos descartables que se entregan en los restaurantes, casinos, clubes sociales, cocinerías, cafeterías, salones de té, panaderías, bares, y otros locales de tipo gastronómicos.

Finalmente, el 21 de mayo el Congreso chileno le dio la aprobación definitiva a la ley, que otorga un plazo de seis meses a los locales y comercios, hasta que los utensilios y demás elementos plásticos queden totalmente prohibidos en el país. "La aprobación de este proyecto, apoyado transversalmente por los parlamentarios y la sociedad civil, es un hito en el cuidado y protección del medio ambiente de Chile. Un proyecto responsable, pero ambicioso que permite hacernos cargo de más de 23.000 toneladas de plásticos de un solo uso que generan, al año, locales como restaurantes, bares, cafeterías y el delivery", dijo a la prensa local la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.

El proyecto presentado por varios legisladores, entre ellos, Carolina Goic, Guido Girardi, Felipe Kast, Juan Ignacio Latorre y Rabindranath Quinteros, y respaldado fuertemente por el Poder Ejecutivo y sectores científicos y académicos, contempla la prohibición de vasos, tazas, tazones, cubiertos, palillos, pocillos, mezcladores, bombillas, platos, cajas, copas, envases de comida preparada, bandejas, sachets, individuales y tapas que no sean reutilizables.

Guido Gerardi, legislador chileno (Foto: Gentileza)

"Tenemos que tomar consciencia de la gigantesca crisis climática que estamos atravesando. Por primera vez la humanidad enfrenta un riesgo real y alto de extinción masiva. El calentamiento global, las pandemias de intervención humana y el plástico están amenazando todo tipo de vida. Los seres humanos tienen microplásticos en su interior y se ha comprobado que producen patologías asociadas al cáncer, problemas de fertilidad, e impactos a nivel cerebral", alertó a Carbono News el senador del Partido por la Democracia, Guido Girardi, uno de los autores y principal promotor del proyecto chileno, quien agregó: "Hemos enfrentado el problema del plástico, ya lo habíamos hecho prohibiendo las bolsas, y ahora estamos avanzando en los plásticos gastronómicos. El proyecto también obliga a quienes expenden bebidas gaseosas o agua a tener envases retornables e incluso se hace extensivo a la modalidad delivery. Asimismo, se insta a que las botellas incorporen una cantidad de plástico reciclable con un piso del 15% a partir del 2025 para alcanzar 60% hacia 2060".

Perú cuida su océano

Un año después de la sanción en Perú, se celebró la XIV Cumbre de la Alianza del Pacífico donde ese país, Chile, Colombia y México suscribieron la Declaración sobre la Gestión Sostenible de los Plásticos, en Lima. "Chile ha avanzado en función de aquella Declaración. En nuestro caso, fue un proceso de cuatro gestiones que colocó la idea pública de menos plástico, más vida y que recibió el apoyo de la juventud, de las empresas y un enorme empuje de la ministra que me antecedió, Fabiola Muñoz", relató en exclusiva con Carbono News la exministra de Ambiente de Perú, Lucía Ruiz.

Lucía Ruiz, exministra de Ambiente de Perú

"La ley se sancionó en diciembre del 2018, por unanimidad, pese a la alerta y preocupación que hubo desde la industria porque no se dicen cosas fáciles en la ley pero que, sin embargo, convocó a la mayor cantidad de actores posible", agregó. Según la exministra, el proceso utilizó un lenguaje sencillo, cotidiano y apuntó mucho al consumo. En su balance, Ruiz destacó la enorme aceptación de los consumidores y la reconversión de muchas empresas, pero alertó sobre el paréntesis que ha significado la pandemia por el fuerte incremento en el uso de descartables.

El problema de la contaminación de plásticos en el mar preocupa a países como Perú, que dependen en gran medida de sus costas del Pacífico. "El microplástico y sus impactos en la biodiversidad marina ha impactado muchísimo en los peruanos. Tenemos, por ejemplo, el ceviche, que es uno de nuestros grandes aliados", alertó Ruiz casi dándole voz y espacio al proceso que lleva adelante Colombia en la regulación de los plásticos descartables.

Colombia y su impacto en el Mar Caribe

En ese país, cada ciudadano consume 24 kilos de plástico al año y solo se recicla el 20% del más de 1,4 millones de toneladas de desechos que de este material. Estas estadísticas posicionan a Colombia como el país que más favorece a la contaminación del mar Caribe con plásticos, por encima de México y Estados Unidos. Sin embargo, Juan Carlos Losada, autor del ambicioso proyecto que prohíbe los plásticos de un solo uso en esa Nación, tiene la esperanza de que este año sea ley.

Juan Carlos Losada Vargas, autor del proyecto colombiano (Foto: Instagram)

"Para que sea norma, el proyecto tiene que pasar cuatro debates: dos en la Cámara de Representantes y dos en el Senado de la República. Este proyecto fue aprobado por unanimidad en un primer debate y se espera que antes de mayo tenga su segundo debate para luego pasar al Senado", explicó a Carbono News.

Según el congresista, el texto colombiano es bastante ambicioso en cuanto a su alcance y es "incómodo" para la industria del plástico de la cual sostuvo: "No va a ser fácil. Es una industria muy poderosa a la que no le conviene este tipo de proyecto ya que pone en juego sus millonarios intereses. Entre 2011 y 2015 esta industria triplicó las ganancias a nivel mundial pasando de 350 billones a un trillón de dólares".

Los alcances del proyecto colombiano exceden los plásticos descartables gastronómicos. "El catálogo es amplio, las regulaciones para el PET exigen que tenga entre 60% y 80% de resina reciclada nacional, limita las botellas PET con capacidad inferior a los 600 ml, y prohíbe que en la Amazonía y la Orinoquía las aerolíneas descarguen plásticos de un solo uso, que se ingresen en los parques nacionales naturales, páramos, humedales y ecosistemas marinos y que las entidades públicas los contraten", enumeró Losada.

Pese a la ambición del proyecto, Losada destacó los esfuerzos de concesión de algunos puntos trascendentes, como los plazos en los que empezarán a regir tales prohibiciones y abogó en, última instancia, por una "reflexión profunda de América Latina sobre su rol en esta crisis ambiental sin precedentes y la exigencia en bloque a los máximos dañinos ambientales".

Argentina insiste con una ley

En sintonía con Colombia que espera tener el segundo debate en la Cámara de Representantes este 2021, en Argentina, la diputada de la Unión Cívica Radical Brenda Austin volvió a insistir con su proyecto que, pese al aval unánime de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano en noviembre de 2020, perdió estado parlamentario tras, según denunció la legisladora cordobesa, "la solicitud extemporánea" del Presidente de la Cámara, Sergio Massa, de incluir un nuevo giro a la Comisión de Industria.

"Tras un acompañamiento transversal, lo presentamos por segunda vez", insistió Austin, quien detalló sobre el proyecto: "Hemos estado reunidos con actores de la Cámara del Plástico y todos tienen claro que hay que hacer un giro en el uso de los productos plásticos. No estamos demonizando al material porque reconocemos que resolvió problemas de la cotidianeidad, salubridad y que ha sido aliado en dejar otros productos cuya huella es más alta, pero hay un problema de diseño en usar un material tan difícil de degradar para algo que dura 15 o 20 minutos en la mano".

Brenda Austin, diputada argentina (Foto: Gentileza)

El proyecto de la diputada radical no pregona el reemplazo del plástico sino tratar la problemática de forma integral. Para ello, propone que el Estado tome la delantera y marque el camino en la desplastificación de todas sus dependencias. En cuanto al alcance de la regulación, el proyecto prohíbe, al igual que Chile, los plásticos descartables asociados a la gastronomía a partir del año de sancionada la ley y avanza en la gestión sustentable de productos de uso sanitarios como pañales y toallitas femeninas. 

Al igual que en los países vecinos, Austin destaca el compromiso ciudadano con la problemática: "Hay mucho respaldo y una sinergia interesante con los municipios que han permitido que desde abajo hacia arriba se allane el camino y se pierda miedo para acelerar los cambios que haya que dar. En definitiva, creo que los ciudadanos están más listos que la propia política. Hay una oportunidad en el mercado de productos amigables con el ambiente que los consumidores empiezan a mirar".

Otros países de la Región han avanzando en prohibir productos descartables específicos. Así, mientras que, a fines del 2019, Costa Rica aprobó una ley que prohíbe el uso y comercialización de sorbetes y bolsas plásticas en los supermercados, Brasil prohibió distribuir y usar pitillos descartables, y Uruguay avanzó en permitir solamente la fabricación e importación de bolsas que sean biodegradables o compostables.

De esta manera, y en resonancia con el acuerdo global para reducir el consumo de plásticos de un solo uso alcanzado en la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente celebrada en marzo del 2019 en Nairobi, los países de la región apuran leyes que permitan alcanzar la meta de reducir significativamente los productos plásticos de un solo uso para el año 2030 y que morigeren los daños que ya han impactado en los diversos ecosistemas pero también las amenazas reales que implican los microplásticos para la salud humana.

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