Pesca ilegal: "esclavitud moderna" a bordo de los barcos que depredan los océanos
"En lo que va del año pesqueros chinos siguen descargando tripulantes fallecidos en el Puerto de Montevideo", señaló el especialista en conservación marina, Milko Schvartzman.
"La pesca ilegal es un infierno en el mar, hay tripulantes fallecidos por las malas condiciones en las que viven, hay trata de personas, abuso de derechos humanos, contaminación, los buques no reportan lo que pescan ni son controlados y no cumplen ninguna norma sanitaria", dijo a Carbono News el especialista en conservación marina, Milko Schvartzman.
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La historia se repite año a año, o bien, nunca cesa. En Argentina -país más afectado de toda Latinoamérica, según el especialista- ya sea en los límites de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEE) o dentro de ella, los barcos extranjeros capturan, de manera ilegal, entre diciembre y julio, al calamar. Esta es solo la punta del iceberg de un conflicto económico, social, ambiental, geopolítico, y de derechos humanos.
En primer lugar, este animal es "uno de los principales eslabones de la cadena alimentaria del Atlántico Sur", explicó Schvartzman, integrante del Círculo de Políticas Ambientales. Por eso, su sobrepesca provoca un gran daño ecológico.
"Es un desastre cómo afecta a los ecosistemas. En algún momento nos vamos a despertar y vamos a ver el colapso de alguna o algunas especies, y va a haber un colapso de todo el Atlántico sur", sentenció el especialista.
Los buques extranjeros que encabezan la pesca ilegal en Argentina son principalmente de China, seguida por Corea y Taiwán, y en último lugar, de España. Para hacerlo sin ser advertidos, acá o en cualquier parte del mundo, las embarcaciones apagan el transmisor -que deben llevar prendido por ley- cuando pescan ilegalmente en aguas nacionales y lo vuelven a encender cuando salen. Por eso es muy difícil rastrearlos.
Lo grave, según denuncia la Organización Mundial del Comercio hace 20 años, aunque el conflicto siga sin resolverse, es que los propios estados de esos buques subsidian este tipo de pesca ya que, de otra forma, no sería rentable. "El costo de operación de estos barcos -que no cumplen con las normas sanitarias ni de navegación- es la mitad que el de barcos argentinos o de cualquier otra nación. Esto afecta la economía argentina y hace que haya menos empresas pesqueras, menos pescadores, menos barcos, y menos ingresos de divisas. Estas flotas exportan que lo pescan ilegalmente en el Mar argentino y alta mar", explicó Schvartzman.
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"Argentina tiene sumida su soberanía y su ambiente marino a China. La Cancillería no actúa en los organismos internacionales para defender nuestros recursos naturales ni protesta diplomáticamente ante China", resumió el especialista. "¿Qué ocurriría si un barco de la Armada Argentina pescara ilegalmente en el mar de China? Lo hunden sin preguntar qué está haciendo, sin mediar palabra", comparó ante la falta de respuesta argentina.
Para pescar, muchas veces se usa la técnica de arrastre de fondo, con redes que, a veces, son más grandes de una cancha de fútbol y se llevan todo a su paso, "como corales, algas cangrejos, focas, delfines, pingüinos, tortugas marinas", enumeró Schvartzman.
Además, dijo que si no encuentran lo que buscaban, devuelven todo al mar, sin vida. "Hay registros de tripulantes que han dicho que tiraron fuera de borda toda la captura. Es una producción totalmente insostenible", agregó.
¿Pero, quiénes son los encargados materiales de hacer esta tarea sucia que tanto daño generan tanto a los ecosistemas como a las economías? Son los nuevos esclavos del siglo XXI.
Muerte en el mar: tripulantes esclavizados e invisibilizados
Los tripulantes de los barcos que hacen pesca ilegal son extranjeros, los únicos ciudadanos de los países que depredan los mares son el capitán y el oficial. El resto -siempre hombres- detalló Schvartzman, tienen entre 18 y 28 años y son los encargados de hacer el trabajo sucio. "Son trabajadores esclavizados, hay casos de tortura, son golpeados y atados", explicó.
"Los tripulantes son de Indonesia, Filipinas y países africanos. Provienen de condiciones sociales complejas y hasta guerras civiles. En los barcos les pagan miseria, a veces les cobran para contratarlos y les piden garantías, como motos. También los extorsionan, les cobran el agua y no los alimentan bien. Además, los hacen trabajar 25 horas seguidas y tienen régimen de cama caliente, la comparten entre dos, si uno está trabajando el otro duerme, no respetan nada", detalló el activista.
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Según el último Índice Mundial de Esclavitud de la Fundación Andar Libre ("Walk Free"), de 2018, China está entre los países de "alto riesgo de esclavitud moderna". En la misma categoría también están Taiwán, Corea del Sur, España, Japón, Rusia y Tailandia.
Estos trabajadores también sufren abusos sexuales, según el informe BLOOD AND WATER: Human rights abuse in the global seafood industry (2019) de la Environmental Justice Foundation (EJF). La ONG aseguró: "Se necesita la ratificación urgente de los acuerdos internacionales diseñados para mejorar los derechos de los trabajadores, las inspecciones y el cumplimiento. La transparencia total en la industria también es fundamental para poner fin al ciclo de abuso".
Algunas muertes dentro de los barcos también ocurren por falta de atención de alguna enfermedad menor. "Por ejemplo, los miembros de la tripulación con problemas que podrían ser solucionados fácilmente no son tratados ni llevados a puerto y han muerto como consecuencia de tales enfermedades", señaló el reporte "Protejamos al Mar Argentino de la Pesca Destructiva" de Greenpeace.
Y sumó: "Esto no podría ocurrir tan fácilmente sin la participación de los gobiernos que otorgan licencias de pesca, así como también la falla de los puertos donde operan estas flotas para inspeccionar y gestionar los buques adecuadamente".
Puerto de Montevideo, un aliado de la ilegalidad en el mar
"En lo que va del año, pesqueros chinos siguen descargando tripulantes fallecidos en el Puerto de Montevideo por causas evitables, por las malas condiciones de vida a bordo. Hubo un caso hace un tiempo que uno tenía grillete en los tobillos y lo admitió la propia cancillería de Uruguay", resaltó Schvartzman.
"Desde 2013, un promedio de un tripulante muerto por mes se ha asociado con barcos pesqueros de bandera china y taiwanesa atracados en el puerto de Montevideo y en aguas de Uruguay. Los trabajadores extranjeros a bordo de estos buques están sujetos a abusos que indican trabajo forzoso, incluidos salarios impagos, identificación confiscada y abuso físico, y hay informes anecdóticos de asesinatos en el mar", explica el Informe sobre la Trata de Personas de 2020 del Departamento de los Estados Unidos.
Schvartzman fue el encargado de dar a conocer estos ilícitos gracias a su primera denuncia en 2014, cuando aún trabajaba en Greenpeace. Fue el primero en detectar que flotas que operaban al borde del Mar Argentino iban y venían de Montevideo. El especialista contó que se reunió en su momento con todos los candidatos a la presidencia uruguaya, incluido el actual mandatario Lacalle Pou, y que todos dijeron que conocían el problema. "Pero no hay voluntad de resolverlo", lamentó.