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Ciudades reciclables: los envases de plástico como método de pago

Las máquinas recicladoras entregan dinero, o créditos que pueden usarse para pagar el transporte, el estacionamiento y en algunos casos hasta cervezas.

¿Activismo o economía? Las máquinas bio-recicladoras (aparatos que utilizan botellas PET o latas de aluminio como medio de pago) se extienden y multiplican en todo el mundo.

Estas unidades iniciaron su apogeo en Europa y en China donde se reciclan decenas de millones de toneladas de desechos de este tipo cada año.

Así funcionan algunas de las máquinas 

Los beneficios son ambientales para la sociedad y económicos para quienes se suman a estas movidas.

¿Cómo funcionan estas modernas maquinarias?

En México, a través de un scanner distinguen las etiquetas de las botellas, y en base a eso le otorga un valor concreto a cada envase devuelto. Al mismo tiempo, un compactador interno aplasta y almacena los plásticos y metales.

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El dinero que se obtiene a cambio de las devoluciones se acredita en una tarjeta que puede servir para pagar en las casillas de peajes de carreteras y autopistas aztecas.

Por su parte, la popular cerveza Corona lanzó un programa llamado "better world" que establece que se pueden canjear envases PET vacíos por otros llenos y listos para consumir.

Ciudad de México

Mientras tanto, en la capital italiana, ya se pueden intercambiar botellas en desuso por viajes en el transporte público.

A través de una aplicación llamada MyCicero, los usuarios del metro de Roma ahora pueden ahorrarse los pasajes si hacen una buena tarea de reciclado. La app funciona con un código de barras personal que es escaneado por la máquina donde se depositan las botellas y suma crédito para pagar viajes futuros.

El programa ofrece cinco centavos de euro por cada unidad insertada en los compactadores. Un boleto de subterráneo cuesta 1.50 euros, lo que equivale a 30 botellas recuperadas.

Reino Unido no se queda atrás en esta competencia por preservar el medio ambiente. En el CitiPark de Leeds, un enorme estacionamiento céntrico de automóviles, cada botella recuperada puede representar hasta 20 centavos de libra esterlina, unos 30 centavos de dólar, nada menos.

Los conductores pueden ahorrarse hasta el 100% de sus estadías, valuadas en 19 libras por jornada completa.

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A varios miles de kilómetros de distancia, en Pekin, este tipo de iniciativas es un éxito desde hace casi una década. Los viajeros reciben entre 5 y 10 centavos de Yuan (la moneda local) para ser intercambiados por crédito para el metro o sus teléfonos móviles.

Los más jóvenes practican esta actividad con pasión al punto que llevan a menudo bolsas especiales dentro de sus mochilas para volver a casa con decenas de latas y envases abandonados en las calles.

En Turquía, asimismo, los visitantes suelen dejar en muy malas condiciones los sitios turísticos. Por ello, los encargados de los estacionamientos vehiculares aceptan botellas de todo tipo como forma de pago.

El exitoso modelo se denomina "this is money" ("esto es dinero") y es encabezado por entusiastas automovilistas que hacen las veces de "cartoneros" levantando de la vía pública y guardando en sus maleteros todo tipo de envases desechados por los desaprensivos.

Al ingresar al predio, los automovilistas deben entregar sus envases a un asistente en el mostrador de atención al cliente. Posteriormente, se les otorgará cupones con los descuentos, y finalmente, todo se reciclará en diversos artículos como ropa, muebles y juguetes.

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Quienes aún están rezagados en esta materia son los españoles: por ello, cientos de miles de personas han firmado iniciativas de Change.org para que los supermercados e hipermercados con sede en ese país instalen en sus edificios máquinas que devuelvan dinero a cambio de desechos.

Los ibéricos han tomado como ejemplo lo que vienen desarrollando con éxito potencias nórdicas como Alemania, Suecia, Noruega y Finlandia.

Las cadenas han tomado nota y ya anuncian que se sumaran a esta metodología: Lidl, Carrefour, Mercadona y El Corte Inglés han sido los primeros comprometidos.

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