El milagro de Singapur: la naturaleza le ganó a la contaminación
Qué hicieron las autoridades para convertir una "zona de desastre" en una emblema ecológico.
Las localidades del futuro deberían ser compactas y no extendidas. como algunas metrópolis norteamericanas que demandan hasta dos horas de auto para poder recorrerlas de punta a punta. Uno de los grandes ejemplos mundiales en este sentido es Singapur.
En los años 70, Naciones Unidas declaró a Singapur "zona de desastre" por sus altos niveles de contaminación. Hoy es un emblema ecológico mundial.
Esta exaldea de pescadores se había convertido en un verdadero chiquero: la basura invadía las calles, los ríos estaban contaminados y superpoblados de barcazas, el olor del agua era tan penetrante que parecía una cloaca a cielo abierto.
Con apenas 720 kilómetros cuadrados para casi seis millones de habitantes, se ha convertido en un modelo de desarrollo, innovación tecnológica y respeto al medio ambiente. Además, cuenta con la población más rica del mundo con un PBI per cápita de 56.000 dólares anuales.
¿Cómo logró todo esto con un modelo tan diferente al de desarrollo de China, donde se depreda con ferocidad el medio ambiente?
Según el profesor de Economía y columnista del canal Bloomberg, Tyler Cowen: "La ciudad ha tenido la protección de Estados Unidos, como telón de fondo. Se trata de un gigantesco experimento apoyado y auspiciado por Washington".
Singapur disfruta actualmente de la mayor biodiversidad en un área urbana del mundo (65 especies de mamíferos, 390 tipos de pájaros, 110 variedades de reptiles y 2000 animales marinos) a pesar de no tener recursos naturales ni espacio para sembrar.
Su "tierra" proviene de espacios ganados al mar para construir los "jardines de la bahía" donde abundan las nuevas especies.
De ser un enclave de mera refrigeración de barcos, en el estratégico Estrecho de Malaca, se transformó en líder en química, electrónica y refinamiento de petróleo.
¿Cómo se produjo la metamorfosis?
En 1977 comenzó la limpieza pero el trabajo duró diez años. Entre las tareas más importantes, el gobierno tuvo que reubicar a las empresas y a los 4000 asentamientos precarios.
Hoy el río es patrullado diariamente para evitar cualquier agresión medioambiental. La pulcritud y conciencia ecológica es parte de la identidad de los ciudadanos.
Al ser un país pequeño, las políticas verdes son casi un elemento de supervivencia. En uno de los territorios más densamente poblados del planeta, las áreas verdes alcanzan el 46% del pequeño país.
Para el 2030 se espera que cada casa tenga un parque a menos de 400 metros de distancia. Hoy, Singapur ya disfruta de autos silenciosos y calles sin smog, amplias y limpias.
Por ley cada metro construido debe reponerse con espacios verdes. Así, los shoppings y edificios cumplen con jardines, terrazas y balcones.
El control social por parte del Estado es muy estricto. Es un precio que muchos están dispuestos a pagar y que otros cuestionan por ser extremadamente autoritario.