Proyecto Restaurar: inclusión laboral a través del reciclado de silobolsas
Innovar Sustentabilidad, Justicia Restaurativa Argentina y Silobags se unieron para brindar oportunidades y circularidad.
Si todas las silobolsas que se descartan anualmente en Argentina se alinearan una al lado de la otra, formarían una fila de 12.000 kilómetros de largo, casi la distancia que separa a Buenos Aires de Berlín, en Alemania.
El dato se lo cuenta a Carbono.news Cinthia Fehling, directora creativa de Silobags, una de las empresas que se unieron -junto a Innovar Sustentabilidad y Justicia Restaurativa Argentina- para llevar adelante el Proyecto Restaurar, que convoca a personas que acaban de recuperar su libertad tras cumplir una condena, para trabajar en la creación de productos con silobolsas recicladas.
En solo dos meses, y durante la pandemia, los cinco trabajadores pioneros del Proyecto Restaurar confeccionaron más de 1000 productos ecológicos: mochilas, bolsas, carteras, materas y riñoneras, que a su vez fueron compradas por empresas privadas para sus regalos de fin de año, packaging y merchandising. Solo en 60 días reciclaron más de 500 metros cuadrados de silobolsa.
Los productos, fabricados íntegramente con silobolsas recicladas, también están a la venta en shop-leaf.com.
Cómo funciona
Justicia Restaurativa, que trabaja con internos y con personas que recién recuperan su libertad, obtiene una lista de quiénes son liberados, con los planes que esos internos tienen para su futuro inmediato: si ya saben dónde van a trabajar, si tiene dónde quedarse, o si cuentan con materiales o habilidades especiales. Así, el proyecto contactó a las primeras cinco personas que se sumarían a la iniciativa: Damián, Vero, María, Ayelén y Paula.
Se les entregaron máquinas de coser y comenzó el trabajo. Además de darle el material para que confeccionen los productos, el Proyecto Restaurar ofrece asesoramiento para la inscripción en el sistema de monotributo y y ayuda para conseguir también otras posibilidades laborales.
El reciclado
A través de una alianza con Ipesa Silo, fabricantes de silobolsas, los creadores de Silobags se abastecen de las bolsas, que son donadas por los productores una vez que ya no las necesitan.
"Una silobolsa tiene un promedio de 445 metros cuadrados y un peso de 118 kilos y está formada de una tricapa de polietileno con protección UV (rayos solares), con una capa externa blanca y una interna negra", explica Cinthia.
"Por eso, permiten elaborar productos tres veces más resistentes que los tradicionales. Las características únicas del material nos permiten personalizar el diseño con métodos de impresión perdurables en el tiempo o simplemente permitiendo al consumidor a innovar con sus propios diseños, porque cada producto es fácilmente lavable y rediseñable", agrega.
Algunos productores reutilizan esta tela como lona, o para hacer espejos de agua artificiales, pero la mayor parte se descarta y no vuelve a utilizarse. "En general si vas al campo las encontrás tiradas hechas un bollo acumulando mugre", cuenta Cinthia.
Así, gracias al Proyecto la tela se recupera, se limpia, se fracciona, y se utiliza para fabricar los productos que después se venden. Y en el proceso, le da trabajo a ex internos e internas que buscan una salida laboral.
"Que nosotros reciclemos este material no sirve de nada si nadie lo compra, sigue siendo basura hasta que alguien lo utiliza", cierra Cinthia.