Jorge Brown: "Los liderazgos tienen que cambiar radicalmente, y quienes no lo entiendan van a fracasar"
Las empresas y gobiernos modernos deben buscar un triple impacto, que contemple a la sociedad y al Planeta, explicó a Carbono.news el vicepresidente de la Fundación Advanced Leadership.
Nacido en México e instalado en España, es el vicepresidente de la Fundación Advanced Leadership. Jorge Brown, con más de 15 años de experiencia en asesoría corporativa y pública -especializado en estrategias de crecimiento, desarrollo empresarial, recursos humanos y estrategias- dialogó con Carbono.news sobre los desafíos de los nuevos líderes y cómo los cambios inevitables, agravados por la pandemia, pueden ayudar a reorientar los objetivos para un futuro mejor para las sociedades y para el Planeta, pero también para los gobiernos y las compañías.
¿Qué trabajo realiza la Fundación y cuáles fueron los desafíos que se presentaron con la pandemia?
La fundación Advanced Leadership -con referentes como Juan Verde y Michael Dukakis- tiene como base enviar a jóvenes líderes a que se formaran en Estados Unidos mediante prácticas profesionales, pasando cuatro meses en Washington. Y además de trabajar en grandes compañías, les dábamos formación presencial sobre habilidades blandas: de liderazgo, hablar en público, gestión de equipo, y etcétera.
También desarrollábamos grandes cumbre de liderazgo. De hecho en Argentina llevamos a cabo dos en 2016 y 2017 en Córdoba, e hicimos actividades en Buenos Aires, en Mendoza, en San Luis. Llevamos al exvicepresidente Al Gore y en 2017 llevamos al expresidente Barack Obama a una actividad en Córdoba y otra en Buenos Aires.
Y el tercer pilar son las misiones comerciales en donde identificábamos a líderes empresariales estadounidenses para poder invertir en regiones menos desarrolladas. Y en Argentina llevamos a cabo cuatro muy exitosas en Entre Ríos, La Rioja, San Juan y Salta.
Es un trabajo conjunto en que nosotros estamos tratando de movilizar su forma de producción y de distribución hacia modelos más sostenibles que al final del día van a impactar no solamente en su economía sino en el ambiente y en el bienestar de la sociedad.
Cada día se necesitan más técnicos en energías renovables, que cobran mucho más que un trabajador del carbón, o que un trabajador del gas, en condiciones médicas muchísimo mejores y con un impacto social muchísimo mejor. Eso lo podemos ver en todos los campos. El desarrollo sostenible está basado en la innovación y es un campo en que países como Argentina y América Latina van a cobrar mayor relevancia porque tienen a gente súper bien formada, a precios competitivos donde se pueden aprovechar oportunidades.
Estamos en una encrucijada sumamente importante: todos los países están invirtiendo miles de millones de dólares solamente para salvarse de la gran crisis que está provocando la pandemia. Ya que vamos a invertir desde el Estado, si vamos a hacerlo, hagámoslo bien de una vez: no regresemos a errores del pasado, darle este dinero a los de siempre. A los banqueros, a las energías fósiles, a industrias que ya no son del siglo XXI, son del siglo XX. Necesitamos que este dinero, que van a dar tanto los Estados como los organismos internacionales, tengan el foco en por lo menos tres cuestiones:
- el medioambiente
- la diversidad para la inclusión social
- y el desarrollo económico de las personas (no de las típicas 24 familias que en América Latina acaban teniendo siempre el mismo beneficio)
No solamente dinero se va a necesitar para salir adelante de esta crisis, sino conocimiento. Regresar el valor adonde debería estar y nunca se debería haber ido.
¿Cómo funcionan los Consejos Asesores Virtuales que crearon durante la pandemia?
Aprovechando nuestra red de más de 500 expertos que han trabajado con nosotros, entre los cuales hay 14 premios Nobel, exjefes de Estado y de Gobierno, personalidades como Alexandra Cousteau -nieta de Jacqes Cousteau- o Robert Kennedy, o personalidades de altísimo nivel como exministro de Estados Unidos, o América Latina, Francia o Italia.
La idea es que puedan ser parte de un consejo para una empresa, en la que van a poder contrastar directamente cuáles son sus planes estratégicos y cómo los van a aplicar y que esas personas les den su experiencia. Tenemos que aprovechar la experiencia, el expertise y el conocimiento de grandes expertos. Hemos cerrado acuerdos desde la Real Academia Europea de Doctores hasta con grandes redes de expertos mundiales de temas disímiles, desde diversidad hasta el COVID-19.
En Estados Unidos las empresas gastan en consejos asesores un promedio de entre US$800.000 y US$1.500.000 lo cual es una barbaridad para cualquier empresa. Con nosotros por lo que sería el sueldo de un ejecutivo pueden tener acceso a ese consejo asesor de tres expertos externos que van a elegir de una extensa lista, más tres miembros de la propia empresa, más nosotros como Fundación para coordinar este esfuerzo y darle continuidad y seguimiento a todo lo que sucede. se reúnen cuatro veces al año y cada sesión puede ser sobre una temática diferente, y lo que es más importante: podrían cambiar a sus asesores por cada temática, algo que no pasa en los consejos asesores tradicionales.
Lo que tenemos que entender como parte de la modernidad es que los cambios no son lineales, son exponenciales. Ya no tenemos un cambio de aquí a cinco años, se pueden generar en tres meses, ochos meses, o un año, las necesidades de un semestre pueden ser distintas a la del otro. Tenemos que entender esta realidad y vamos a poder darle una solución mucho más eficiente y rápida a cada una de las problemáticas que las empresas o las entidades públicas enfrentan.
El consejo asesor intenta conjugar todas estas áreas. Que sea diverso, que tenga mujeres, minorías, diferentes puntos de vista sociales dentro de este expertise, hay que incorporar sus visiones.
Que sea eficaz y rápido. Al ser virtual no tienen que viajar, y todos esos costes que pueden ser miles de dólares se eliminan por completo al ser de manera virtual, es muy dinámico ya que se pueden cambiar las personas según la dinámica. Hemos lanzado el servicio hace un mes y hemos tenido un éxito que no esperábamos.
Al no poder viajar también es un gran ahorro en cuanto a emisiones de carbono, ¿lo consideraron?
El COVID-19 nos ha dado lecciones buenas y malas, al parar los viajes, confinar más de 1500.000 de personas en todo el mundo, y a las dos semanas había venados en las calles y de todos modos seguíamos reuniéndonos y viendo a la gente y haciendo cosas pero de manera virtual.
Una de las críticas que siempre habíamos recibido al hacer grandes convenciones era la huella de carbono que dejábamos, aunque siempre la compensábamos, pero mejor que compensarla es no hacerla, no crearla.
Alejandra Cousteau, hoy en día una de las grandes ambientalistas que hay en el mundo, nos decía que ya no estamos en un momento de conservación sino de regeneración. Y eso es lo que necesitamos, no solo en el océano sino en todas partes, regenerar el medio ambiente.
Cuántos ejecutivos se han dado cuenta ahora de cuánto estaban de más tantos viajes. Obviamente la relación personal seguirá siendo personal. pero hay decenas de reuniones que podríamos evitar de manera rotunda al hacerlas por cualquier plataforma.
¿Plantean una continuidad de este método virtual?, ¿cómo ves a futuro el trabajo de la Fundación?
El teletrabajo están para quedarse en una grandísima medida. En este proyecto de Consejo Asesor Virtual no es una idea pasajera sino un gran modelo a seguir por las próximas décadas y esperamos que seamos nosotros, quienes lo hemos creado, los que encabezamos este gran cambio, tanto en Estados Unidos como en Iberoamérica.
Todo el resto de nuestras actividades continuarán pero se deberán adaptar a las condiciones necesarias. Todos los grandes eventos mundiales van a ser de forma híbrida: va a haber una parte presencial, pero también hemos visto que hay muchísimas cosas que funcionan muy bien de manera virtual.
Tenemos que aprender, sacar lo mejor que podamos hacer. No es lo mismo ver a Obama en una pantalla que verlo en persona, pero hay muchísimos otros conocimientos que son más técnicos, de más utilidad para la empresa, que da igual que sea virtual o presencial.
Nos tendremos que adaptar a las restricciones de viajes en el futuro, pero sabiendo que podemos hacer un cambio. Y este cambio ya no se trata de evitar el cambio climático, sino de que las consecuencias sean las menores posibles. Hemos pasado el punto de no retorno en millones de aspectos del cambio climático y ahora tenemos que hacer lo máximo posible para que el deterioro sea controlable y podamos remediar muchísimas de estas cosas.
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Esta situación nos tiene que hacer cambiar nuestra forma de pensar desde el inicio. Vamos a re-arrancar muchísimas de nuestras industrias. En España donde yo vivo, el 30%, 40% de los restaurantes no van a volver a abrir; va a ser una gran tragedia pero también la oportunidad de un renacimiento y de la posible instauración de un nuevo modelo contemplando el medio ambiente, las nuevas tecnologías y a la sociedad como centro del modelo y no solamente el capital.
¿Los líderes post-pandemia van a requerir cualidades diferentes a los de antes?
Absolutamente. Prácticamente todos los países hemos tenido una súper mala gestión de la crisis -del coronavirus- por un modelo de liderazgo que está completamente agotado, que tenemos que cambiar de forma rotunda, que es una de las cosas en las que hemos estado trabajando: generar liderazgos mucho más horizontales y menos verticales.
La sociedad ha cambiado de una manera drástica en los últimos 30 años. Entender la realidad tiene nuevos retos y estos retos tienen la necesidad de un nuevo tipo de liderazgo, que tiene que ser gente joven, diversa, en contacto horizontal con la ciudadanía para entender ellos mismos cuál es el problema.
Ya no es siquiera algo en lo que haya que formarse, tienen que ser nativos. Su manera de hablar ya no es la misma que la de un político que habla desde un púlpito o en el Congreso. Hoy en día los liderazgos tienen que cambiar radicalmente y para ello ¿qué tenemos que hacer? fomentar habilidades como hablar en público, gestionar redes -y no me refiero a Facebook sino a tu grupo de amigos, a tus contactos, las áreas donde tienes influencia- de una manera tal que exista una movilización positiva hacia los bienes a los que quieres llegar.
Los gobiernos que no entiendan que hay que incluir a la gente de manera diversa y mediante liderazgos horizontales van a fracasar, no van a estar en contacto con la gente y el poder público va a ser cada vez más irrelevante. Por eso, éstas habilidades son algo que tenemos que fomentar desde el sector privado e impulsar al sector público a que las reconozca y las incorpore dentro de su forma de acción.