Ambiente y naturaleza
Calentamiento global

La Antártida se derrite a una velocidad sin precedentes

El año pasado fue uno de los más calurosos de la historia para el "freezer" del mundo.

Con una extensión de 14 millones de kilómetros cuadrados (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), la península Antártica es fría, ventosa y seca.

Sus inmensas capas de hielo contienen casi el 90% del agua dulce del mundo. Se trata de una cantidad de líquido congelado que elevaría el nivel del mar unos 60 metros si se derritiera.

Vista aérea de la Antártida (Foto: Pixabay)

Las temperaturas del llamado Polo Sur han registrado durante 2020 dos grados centígrados más que los valores históricos.

Tras una década de récords en aumento de las temperaturas, que cerró con 2019 como el segundo año más caluroso de la historia, el presente decenio comenzó con la misma tendencia.

Raúl Cordero, climatólogo y líder del Grupo de Investigación Antártico de la Universidad de Santiago de Chile, aseguró que este comportamiento no se registraba desde el año 1989.

Hasta octubre ya hubo cuatro olas de calor en esta vasta región. Los científicos observaron 34 días con temperaturas máximas consideradas muy elevadas. Lo llamativo es que una de las olas ocurrió durante el llamado invierno austral.

Los investigadores reportaron cinco grados sobre cero lo que motivó que las aguas de la Bahía de Fildes, por ejemplo, no lograran llegar a su punto de congelamiento.

A esta condición se suman las altas tasas de pluviosidad: crecieron un 300% por encima de lo habitual.

El récord en la columna de mercurio se registró el 9 de febrero con 20°, algo nunca visto en el continente blanco.

Las mediciones estuvieron a cargo del científico brasileño Carlos Schaefer, quien practicó sus trabajos desde la isla Marambio. "Es una señal de que algo diferente está sucediendo en esa zona", precisó el experto en permafrost (suelos congelados).

Hasta este año, el récord para la región antártica era de 19,8°. Fue tomada en la isla Signy en enero de 1982. La cantidad de hielo perdido cada año por la capa de hielo antártica aumentó al menos seis veces entre 1979 y la actualidad.

La mayor parte de la mengua ocurre al derretirse las plataformas de hielo desde abajo, debido a las incursiones de agua oceánica relativamente cálida.

La Antártida es, entre otras cosas, una suerte de freezer que congela las corrientes marinas que se le acercan. Si en el futuro cercano perdiera esa condición, el ecosistema completo del planeta sufriría daños inimaginables.

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