Política
Crisis climática

A pocas horas de ser investido presidente, Trump decidió que Estados Unidos dejará el Acuerdo de París

Se trata de un tratado internacional sobre cambio climático, jurídicamente vinculante, adoptado por casi 200 países en diciembre de 2015, con el objetivo limitar el calentamiento mundial por debajo de 1.5 ºC en comparación con los niveles preindustriales.

La salida oficial del tratado, técnicamente, le llevará a Washington al menos un año. La premura del mandatario entrante hace pensar que será ágil también en la revisión de la política energética y climática del país y dará un giro de 180 grados con respecto a su antecesor demócrata Joe Biden quien se mostró siempre preocupado por el cambio climático. En su anterior mandato (2017-2021) el líder republicano ya había tomado una decisión similar con respecto al Acuerdo de París

En su discurso inaugural, Trump puso especial énfasis en mejorar la producción de crudo. EE.UU. es hoy el líder mundial, por encima de Arabia Saudita y Rusia. El magnate oriundo de Nueva York apostará por los combustibles fósiles y la retirada de su apoyo a acciones "verdes". En las áreas estratégicas de la energía colocó a funcionarios experimentados en el manejo de hidrocarburos.

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¿Por qué se trata de un gran retroceso?

El histórico entendimiento producido en la capital de Francia hace una década marcó un hito en el compromiso de las naciones en acciones globales de mitigación del efecto invernadero. Prácticamente, todos los países relevantes pactaron reducir las emisiones de gases hasta lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo XXI.

En el último año y medio, la temperatura superó todos los meses el umbral de 1.5ºC por encima de las temperaturas registradas entre 1850-1900. Esta situación le ha dado argumento a los negacionistas en el sentido de que los esfuerzos de los ecologistas han sido en vano.

Estados Unidos es el segundo mayor emisor de carbono a nivel terrestre, solamente superado por China.

La próxima cumbre COP de Brasil, es la número 30, la que marcará tres décadas de historia de citas mundiales por el clima. Todo hace pensar que el sueño de crear un fondo de 300.000 millones de dólares para financiar acciones en el sur global se irá desvaneciendo si los mayores jugadores del planeta comienzan a desentenderse del problema. 

En la cita de Brasil, se intentará que el portazo de Estados Unidos no provoque un "efecto dominó" al que adhieran otras potencias. Buscarán que, como ocurrió en la anterior presidencia de Donald Trump, se trate de una partida que no se extienda más allá de los cuatro años de mandato y que todo vuelva a la normalidad en 2029.

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