Energía
Transición Energética

Productores agropecuarios están montando en General Villegas la primera fábrica bonaerense de bioetanol

Ya cuentan con disponibilidad de gas natural, energía eléctrica y agua para erigir instalaciones con una capacidad de 90.000 m3 por año.

El proyecto se llamará BioVi (Bioetanol Villegas) y consumiría unos 30 camiones de maíz (700 toneladas) para generar un volumen diario de casi 300 m3 de este combustible orgánico. La obra quedaría finalizada y en funcionamiento dentro de dos años en General Villegas, una localidad ubicada en el extremo noroeste de la provincia, a una distancia de casi 500 km de la ciudad de Buenos Aires.

La provincia de Buenos Aires es una fuerte productora de maíz pero, hasta el momento, no había incursionado en este prometedor mercado de la bioenergía. El etanol ahorra un 70% las emisiones de carbono a la atmósfera con respecto a la nafta obtenida desde el petróleo. 

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La primera empresa que se ha asociado a los productores locales es Bio4, una firma que desde hace 12 años está produciendo este tipo de alcohol. Junto a ella, están involucrados en el proyecto unos 30 empresarios de Buenos Aires.

Como ocurre con los clústeres en otras ciudades bonaerenses, la fórmula de asociación es el fideicomiso. Gracias a esta arquitectura legal, cada aportante pone una porción del capital, pero podría retirarse luego si así lo deseara.

El modelo asociativo de las mutuales y cooperativas, que tan buenos resultados dio en el siglo XX, está siendo desplazado en la presente centuria por formas más adecuadas al capitalismo moderno y al respeto del individuo por encima de las organizaciones. 

El agregado de valor a la producción de oleaginosas es clave para los hombres de campoIniciativas de este tipo parecen ser el camino más indicado para la sustentabilidad de sus modelos de trabajo y también para la preservación del medio ambiente.

Fuente: Pixabay

La planta va a generar muchos puestos de trabajo en la zona ya que se estima que habrá 100 empleos directos y más de 300 indirectos debido a la gran afluencia de maíz que existirá a diario.

Al finalizar su proceso, el bioetanol es vendido a las grandes destilerías de petróleo (YPF, Shell y Axion) para realizar la mezcla con las naftas.

Actualmente, existe una ley que establece un corte obligatorio en las naftas del 12%, pero este porcentaje podría crecer hasta un 25 % para alinear a la Argentina con potencias del sector como el vecino Brasil.

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Fuente: https://www.magyp.gob.ar/

A pesar de las ventajas del uso de este tipo de combustibles que ayudan a reducir las emisiones de GEI para mitigar el cambio climático, existe un debate ético alrededor de su utilización.

Muchos consideran que dadas las condiciones de pobreza, hambre e inseguridad alimentaria actuales de Argentina no sería ético ni moralmente correcto dedicar grandes extensiones de tierra a la producción agrícola necesaria para fabricar biocombustibles. Lo que se pide en su lugar, es implementar políticas agroalimentarias que mejoren las condiciones de vida en los sectores rurales y que promuevan la agricultura sostenible, además de invertir en desarrollo biotecnológico, para de esta manera garantizar la seguridad alimentaria.

Este debate entre la necesidad de obtener fuentes de energía no contaminante y la necesidad de producir más alimentos de manera sostenible aún no está zanjado. 

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