Energía
Transición Energética

Como en "Volver al futuro", Toyota fabrica motores de camionetas que son impulsados por residuos orgánicos

La multinacional Toyota eligió la ciudad de Foz de Iguazú, junto a las cataratas, para presentar el primer prototipo de su pick-up Hilux impulsada por gas biometano.

El biometano es un combustible que se obtiene mediante la degradación de residuos de la caña de azúcar. La materia orgánica que surge del desecho sirve para la elaboración del etanol (un alcohol). Se trata de un biocombustible muy habitual en Brasil, líder mundial en biocombustibles y país elegido por Toyota para su presentación.

La marca japonesa cree que este fluido podría ser producido de manera relativamente casera en áreas rurales de los cinco continentes, gracias a biodigestores que procesen los desechos orgánicos de las cosechas y del consumo de las personas.

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En Volver al futuro, el doctor Emmett Brown carga su DeLorean con basura. Crédito: Captura de pantalla

La Hilux Biometano significa una evolución notable y se espera que pronto sea imitada por las automotrices rivales de Estados Unidos, Europa y China. A partir de esta experiencia brasileña con los biocombustibles, la transición hacia una movilidad más sostenible está cada vez más cerca.

Biometano, el gas renovable

Cuando hablamos de biometano nos referimos a un biogás que ha pasado por un proceso de purificación, con el fin de que su composición sea lo más similar posible a la del gas natural fósil (un recurso no renovable).

El sistema consta de al menos cuatro pasos:

  • Recepción: los desechos son acumulados en los establecimientos agropecuarios.

  • Digestión: durante un período de 20 a 30 días, los residuos se someten a la descomposición de los microorganismos en ausencia de luz y oxígeno, mediante agitación.

  • Postratamiento: una vez generado el gas, los subproductos de la digestión se centrifugan para separar el agua y la humedad.

  • Depuración: con este proceso se elimina principalmente CO2, dióxido de carbono, para aumentar la proporción de metano hasta que pueda ser considerado capaz de propulsar vehículos.

Esta tecnología aplicada al mercado automotor fomenta la economía circular y permite impulsar el desarrollo de las zonas más alejadas de los centros urbanos, potenciando la generación de empleos relacionados con los sectores agrícolas y ganaderos.

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