Activismo
América Latina

Historia de la Caravana por la Ecología Integral: Las Voces de las Comunidades sacrificadas

Proyectos extractivos, ambiciones abusivas empresariales, crímenes ambientales, minería devastadora... y frente a esto: la voz de comunidades de América Latina en resistencia, dispuestas a recorrer Europa, para denunciar las consecuencias de la presencia del extractivismo y la minería degradante en sus países, y las formas creativas y audaces de las comunidades afectadas para enfrentarlas.

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La Caravana por la Ecología Integral (CEI) es una iniciativa de activismo itinerante cuyo propósito es denunciar los crímenes contra el ambiente y las comunidades más pobres en los países de América Latina, un llamado a la acción global que busca visibilizar los impactos negativos de las actividades extractivas, especialmente la minería, en comunidades indígenas y en el ambiente. En sus 3 ediciones (2022, 2023 y 2024) ha recorrido diversos países, con el objetivo principal de generar conciencia sobre la necesidad de adoptar modelos de desarrollo más sostenibles y justos. Entre sus objetivos principales, podemos citar:

  • Denunciar: Exponer las violaciones de Derechos Humanos (DDHH) y los daños ambientales causados por la industria extractiva

  • Sensibilizar: Concientizar a la sociedad civil, a los gobiernos y a las empresas sobre la urgencia de actuar frente a la crisis climática y social

  • Proponer: Promover alternativas económicas que respeten la Naturaleza y los derechos de las comunidades locales

  • Incidir: Influir en las políticas públicas y en las decisiones de las empresas para que adopten prácticas más responsables.   

  • La importancia de la CEI se enmarca en un contexto de creciente preocupación por el cambio climático y la degradación ambiental. Al poner en el centro de la discusión las voces de las comunidades más afectadas, esta iniciativa contribuye a:

  •   Fortalecer la justicia ambiental: Defendiendo los derechos de las poblaciones que viven en territorios contaminados o amenazados por proyectos extractivos  

  •   Fomentar la cooperación internacional: Uniendo a diversos actores de la sociedad civil, gobiernos y organizaciones internacionales en la búsqueda de soluciones comunes  

  • Promover la economía circular: Impulsando modelos de producción y consumo que reduzcan los residuos y la dependencia de los recursos naturales.

La CEI, es la portadora en cada una de sus ediciones, de las voces de los ríos, de las montañas, de las comunidades martirizadas, la voz de esperanza y resistencia tendiendo un diálogo desde su realidad, muchas veces desconocida y olvidada por el mundo desarrollado, buscando sumar más apoyos y voluntades, para desenmascarar y desarticular las prácticas ecocidas de las empresas y los gobiernos en el Sur Global, piezas claves de un sistema económico y político que emerge en el Norte Global. 

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La CEI trae a la memoria el martirio de las familias que enfrentan el extractivismo, que ponen el cuerpo y el alma para defender la Vida. De ahí la importancia de descubrir y compartir su historia, y multiplicar su mensaje y ejemplo.

Partiendo del concepto que. "La crisis ecológica es la manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad" (Papa Francisco, Laudato Si). La Ecología Integral nos invita a mirar la situación actual de manera diferente, conscientes de que la crisis socioambiental deriva de una antropología distorsionada, que mientras reduce a la persona humana a un individuo aislado - entendido principalmente como homo economicus - considera la Naturaleza exclusivamente como un recurso a explotar, llevándonos así a un distanciamiento de la relación vital que debemos tener con ella.

La Ecología Integral, de hecho, se basa en una visión integral de la Vida, a partir de la convicción de que todo está conectado, que todos somos interdependientes y que dependemos de nuestra Madre Tierra. Sugiere una concepción renovada de las relaciones humanas y con la Naturaleza. Esto conduce a una nueva economía, en la que la producción de riqueza se dirige al bienestar integral del ser humano y a la mejora - no destrucción - de nuestra Casa Común. Esto implica también una política renovada, concebida como una de las formas más altas de caridad que involucra tanto a todos los pueblos como a la Naturaleza misma.

La Ecología Integral es un enfoque múltiple de la crisis ecológica, porque aborda simultáneamente las crisis económicas, sociales y ambientales que estamos viviendo, y considera esencial buscar soluciones integrales, es decir, de tal manera que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales, incluida la dimensión cultural y espiritual.

En busca de esa Ecología Integral y la Fraternidad Universal junto a quienes sufren por la minería, la Amistad Social para actuar en conjunto en los campos eclesiales, políticos, legales, sociales y ambientales, la CEI ha nacido para proponer cambiar el rumbo. Cambiar el rumbo de la crisis climática, de la injusticia y la desigualdad al que la humanidad somete a millones de personas más vulnerables por esta catástrofe global, por una humanidad incapaz, hasta el momento, de escuchar el grito de la Madre Tierra. Propone un encuentro urgente y necesario en estos tiempos que claman esperanza y acción solidaria . En su recorrido le dice al mundo, que ya no queda tiempo, que el cambio es urgente y tiene que ser definitivo.

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La CEI tuvo su primera edición en el 2022, "Ecología Integral en Tiempos Extractivistasl", la I CEI señalaba con claridad de que no todos son responsables, ni de la misma manera de haber llegado a este punto de no retorno en el cambio climático. La minería ocupa los primeros lugares de este debacle mundial. La contaminación que deja a su paso es irreparable. porque es imposible probar que exista una sola experiencia de minería sostenible, no hay minería verde. Hay minería sangrienta, minería que destruye el ambiente, que ha destruido muchos ríos, que ha matado mucha gente. Son incontables los crímenes ambientales que en silencio se ejecutan, porque ni siquiera los más sonados han logrado ser sancionados. Por eso la CEI exige a Europa desinvertir en proyectos de megaminería, explicitando los sufrimientos con el modelo extractivista que avanza sobre sus vidas, lo que se esconde detrás del discurso minero.

La I CEI contó con representantes de Guatemala, Argentina, Ecuador, Perú, Brasil y Colombia, líderes comunitarios, agentes de pastoral, activistas e investigadores, con el propósito de fortalecer los lazos entre organizaciones del Norte y el Sur, consolidando una relación y una estrategia para hacer incidencia, denunciando las violaciones de derechos, pero haciendo énfasis en las formas que tienen las comunidades para enfrentar el modelo y vivir de una manera que se garantice la vida presente y futura. En encuentros con comisiones políticas de países en la Unión Europea (UE), con eurodiputados y representantes de la sociedad civil, convocaba a respetar los acuerdos internacionales, a ayudar a detener la agenda extractivista que se impulsa con fuerza desde muchos espacios empresariales y políticos.

La II CEI (2023), "Juventud: minería, defensa de la vida, y justicia intergeneracional", con el propósito de dar continuidad al trabajo emprendido por su antecesora I CEI, reunió a 5 jóvenes activistas provenientes de Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala y Perú, para denunciar la contaminación de sus ríos y territorios, la destrucción de la Amazonía, la ocupación de la Patagonia y propuso reflexiones pensando en la espiritualidad como centro de la resistencia. La iniciativa insistió nuevamente en la desinversión en minería como opción ética y dejar de financiar crímenes socioambientales que sacrifican la vida en territorios enteros, así como apoyar el final de un modelo económico basado en el extractivismo, la desigualdad y los nuevos colonialismos de las cadenas de extracción mineral, como acción concreta de conversión y cuidado de la Casa Común.

La caravana posibilitó encuentros generacionales, convocando a una solidaridad global, poniendo como centro los territorios heridos, pero al mismo tiempo, llenos de esperanza. Buscó construir relaciones donde la gente, tocada profundamente por una realidad injusta y desigual, se ponga en movimiento y acción. Inspirando en la academia, planteando desafíos a las instituciones aliadas.

El objetivo fue lograr el mayor esfuerzo conjunto que deje a las generaciones un mundo sostenible y habitable. Para ello, esta II CEI transmitió las voces de las comunidades y su derecho a decir NO y a contribuir a detener un modelo económico que se basa en expoliar la Madre Tierra, aniquilar la Vida y seguir acumulando capital a costa de sus derechos. Todo a través de foros, encuentros con la sociedad civil y en las instituciones europeas y otras acciones de incidencia política.

La III CEI (2024) "¿Solución o sacrificio de los pobres y la tierra"?, inició llamando con urgencia a detener un sistema que mata, que quiere acallar, que persigue. Conformada por 9 representantes de territorios de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Perú) afectados por el extractivismo y la minería, nos mostró las contradicciones de la transición energética. Nueve defensores y defensoras que miran a los ojos del sistema del Norte para decir que basta ya de discursos y engaños, exponiendo con claridad el problema: no existe cambio de matriz energética, si no cambia el sistema económico, el modelo extractivo, el modelo de consumo. Esta iniciativa confirmó el aumento exponencial de la extracción de litio que ha incrementado hasta un 500 % el consumo de agua dulce (en territorios con cada vez con menos disponibilidad de ella), para su utilización en supuestas energías limpias, que está dejando a las poblaciones locales sin el vital elemento.

Esta III Caravana está compuesta por jóvenes activistas y representantes de pueblos indígenas que quieren denunciar las consecuencias del extractivismo y la minería en sus países, para ello explicarán las formas creativas y audaces de las comunidades afectadas para enfrentarlas y cómo desafían la ambición empresarial y las imposiciones, en definitiva de cómo hacen frente a los crímenes ambientales.  

Habrá encuentros con la academia, con cámaras empresariales, con grupos pastorales, espacios ecuménicos, con ONGs y medios de comunicación, aportando a las agendas de trabajo de estas instituciones, en materia de defensa de DDHH, en escucha de las realidades, en próximos pasos que incluyan seguimiento a casos, más sensibilización a la sociedad civil, haciendo escuchar las voces y los gritos que han sido silenciados durante tantos años. Comunidades que desde su martirio nos dicen: "Nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestro futuro, no se negocian".

Así es la CEI: un recorrido que toca corazones y quiere cambiar el sistema. Ya son más de 20 los territorios que han sido parte de ella desde que inició en su primera edición el 2022.

Este modelo sostenido sobre el martirio de los pueblos y la tierra está dejando su impacto letal en la Amazonía con la sequía más fuerte de la que se tenga memoria. Millones de hectáreas están siendo incendiadas en Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Argentina, Chile, frente a la mirada impotente de la gente que no puede hacer más. El próximo año habrá más hambre, porque habrá menos producción agrícola a consecuencia de los incendios y las sequías.

Los participantes proponen estos diálogos como una oportunidad para crear lazos, capaces de construir miradas críticas sobre el consumo que es dónde toda la gente puede participar en el cambio; buscando garantizar procesos justos; respeto íntegro a los DDHH y al Ambiente en las actividades que emprenden empresas del Norte Global en territorios externos; comunicando, de primera mano, las atrocidades que se cometen en nombre de la industria y el desarrollo; cuestionando el modelo de vida y de consumo del mundo desarrollado.

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