Tras la peor sequía en siete décadas, aún quedan candidatos que niegan el cambio climático en las municipales de Brasil
El domingo 6 de Octubre se celebran en el coloso sudamericano elecciones para elegir alcaldes en miles de pueblos y ciudades
A diferencia de Argentina, en Brasil se practica un verdadero federalismo y se distancian los comicios municipales de los nacionales. Por ello, las preferencias se centran principalmente en cuestiones del pago chico.
Este proceso de votación clave se dará en medio de una inédita emergencia, ya que Brasil padece la peor sequía en setenta años. El fuego calcina sus tierras y las cenizas hacen irrespirable el aire de decenas de sus principales metrópolis. En la Amazonia, mucha gente está caminando por el lecho de ríos secos, para buscar agua.
Belém, la ciudad amazónica de 1.3 millones de habitantes que acogerá la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), se ha convertido en el escenario clave para la batalla cultural entre el ambientalismo y el negacionismo.
De un lado, está el alcalde Edmilson Rodrigues, del Partido Socialismo e Liberdade (apoyado por Lula) quien ha sufrido todo tipo de boicots, ataques y persecuciones legales por intentar proteger el medio ambiente con autobuses eléctricos y reciclaje de basura. Además, instaló en esa urbe decenas de miles de placas fotovoltaicas en las escuelas y la mayoría de las instituciones educativas tiene biodigestores para aprovechar los residuos orgánicos.
En el otro extremo, Éder Mauro (del partido de Jair Bolsonaro) quien propone procesos privatizadores y libre albedrío para la explotación ganadera y agrícola. El bolsonarismo tiene entre un 25% y un 30% de apoyo y está a las puertas de una victoria.
La discusión previa a las urnas en el "pulmón de la tierra" fue la de siempre: exportar minerales, cacao y soja maximizando las ganancias o bien proteger una naturaleza exuberante.
El estado de Pará es el principal exportador de minerales de Brasil. También, el mayor vendedor de cacao y uno de los más notables productores de soja. Para completar el panorama, tiene el mayor rebaño bovino del gigante. Exporta más volumen que São Paulo. El desempleo local ha caído del 11% hasta el 6.5% en la última década.
¿Cómo pueden los candidatos preservacionistas triunfar con su discurso racional y de cuidado de la naturaleza ante semejante panorama de "progreso"? ¿Votarán los habitantes de Belém por un presente de bonanza o por un futuro en paz y armonía con la mayor generadora de oxígeno del planeta?