Tecnología y urbanismo
Arquitectura, salud y ambiente

NeuroArquitectura para el mejoramiento ambiental y de la salud integral. Segunda parte

El entorno arquitectónico y el entorno urbano afectan significativamente nuestros campos perceptivos, alteran el cerebro y modifican nuestro comportamiento. La NeuroArquitectura nos alumbra sobre aspectos a considerar dentro de un espacio para lograr un funcionamiento más relajado y saludable de nuestra mente.

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La NeuroArquitectura es una ciencia amable y reciente (aunque con múltiples antecedentes históricos) que investiga la influencia psicoemocional de los espacios en las personas, cómo el espacio afecta a la mente humana, a la vez que fomenta el bienestar material, afectivo, intelectual y espiritual, reduciendo al máximo los factores de conflicto, tensión y amenazas de todo tipo. Esta disciplina afirma que el diseño, la construcción y la gestión de espacios y edificios placenteros incentivan el equilibrio y la armonía mental, la seguridad y la felicidad de las personas.

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A su vez, esta área de la arquitectura posibilita estimular la vitalidad, el gozo y la creatividad, mantener la atención y la concentración, aumentar la productividad y favorecer la relajación, las interrelaciones, el desempeño colaborativo y la sinergia entre las personas.

Composición: Horacio Cangelosi

Gracias a las Neurociencias ahora se comprende mejor cómo el cerebro analiza, interpreta y reconstruye el espacio y el tiempo, lo que aporta valiosas pistas a los arquitectos a la hora de diseñar, construir y gestionar los espacios. La construcción de puentes intelectuales entre Neurociencias y Arquitectura han posibilitado saber que todo aquello que nos rodea nos influye, porque es información que hace que el cerebro ponga en marcha mecanismos de producción de hormonas y proteínas que acaban produciendo sensaciones y emociones que influyen directamente en el comportamiento de las células (Epigenética).

Muchos de los saberes científicos se fundamentan en los aportes que provee esta perspectiva científica: 

  • Aspectos como forma y proporciones del espacio, ángulos de las paredes y del mobiliario, alturas de cielorrasos, iluminación, colores, texturas, sonidos, zonas verdes y espacios abiertos o vistas y accesos a ellas.

  • Disciplinas Integrales ancestrales como el Feng Shui y el Vastu Shastra, que se utilizan como guía para diseñar y planificar edificios y espacios proporcionados, estéticos y hermosos, con las orientaciones y medidas correctas, basados en la influencia de las leyes de la naturaleza.

  • Estilos actuales de vanguardia como el Diseño Biofílico o Ecológico

La NeuroArquitectura se puede aplicar tanto al diseño, construcción y gestión de todo tipo de edificios, espacios y hábitats, incluso de ciudades. Es muy amplio su potencial de aplicación, ya que permite reforzar las capacidades cognitivas, laborales, socioambientales y facilitar los pensamientos, las emociones positivas y la motivación, facilitando las capacidades productivas, las sensibilidades y empatías, los pensamientos colaborativos, la gestión emocional saludable y la creatividad.

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Los edificios saludables no solamente son aquellos que emplean materiales beneficiosos para el entorno natural y el ser humano. También es fundamental lograr las mejores sinergias entre los factores humanos, estructurales y funcionales de las edificaciones, para lograr espacios eficientes, equilibrantes, armónicos y vitalizantes. 

¿Cómo satisfacer integralmente las necesidades de los usuarios? ¿Cómo conseguir que el resultado sea exitoso?

La Academia de Neurociencias para la Arquitectura -creada en 2003 con el fin de dirigir investigaciones en Neurociencias que puedan ser relacionadas con la práctica de la Arquitectura-, estudió los requisitos funcionales para distintos tipos de edificios, a partir de los cuales estableció las principales áreas de estudio que deben ser abordadas:

Percepción sensorial

La percepción es un evento multisensorial que involucra a la memoria, las emociones y las experiencias de los órganos de los sentidos. Influye tanto en el comportamiento como en la imaginación, la manera de procesar la información nueva y la respuesta de las personas a su entorno

Recorridos

Los espacios que fomentan la libre exploración crearán representaciones menos influenciadas por los recorridos, mejorando la experiencia personal.

Aprendizaje y memoria

La memoria espacial necesita referencias visuales para determinar nuestra ubicación y orientación dentro de un entorno dado. Cuando estas referencias faltan se retrasa el aprendizaje de la ubicación y se activa la respuesta de estrés. Esto indica la importancia de incorporar elementos de diseño que permitan el reconocimiento espacial y la recordación.

Emociones

El entorno construido se percibe inicialmente a través de la emoción, un sistema rápido y eficaz del que nos ha dotado la evolución para juzgar lo que es bueno o malo, seguro o peligroso, para poder sobrevivir. Antes de que las sensaciones que evoca un edificio lleguen a la consciencia, ya hemos hecho juicios sobre los materiales, las relaciones espaciales, las proporciones, la escala, los ritmos, la comodidad, etc. Dado que las respuestas emocionales incluyen las áreas del cerebro relacionadas con los movimientos corporales y con el sistema nervioso autónomo que regula la homeostasis, la Arquitectura se convierte en un elemento capaz de alterar nuestros estados fisiológicos. Por ejemplo: un pasillo estrecho entre altas paredes de concreto genera tensión automáticamente.

Espacio y lugar

El sentido de lugar se construye a través del movimiento y las conexiones espaciales que se pueden realizar junto con la propia configuración del espacio.

Una vez estudiados y atendidos estos requisitos funcionales, es necesario identificar algunos aspectos a considerar a la hora de crear, diseñar y restaurar espacios saludables y vitalizantes, dando respuestas concretas para el logro del Buen Vivir, la creatividad, la productividad y la cooperación. Edificios y espacios que reduzcan el estrés, la ansiedad y el desánimo, y generen calma, serenidad y gratificación.

Composición: Horacio Cangelosi

Iluminación. Cronobiología y ritmos circadianos

La luz solar es fundamental para la regulación de los sistemas endocrino e inmunológico, e influye en el correcto funcionamiento de los ritmos circadianos a lo largo del día y de las estaciones. Cuando no se cuenta con un aporte adecuado de luz pueden producirse problemas tales como alteraciones del ciclo sueño-vigilia, fatiga, falta de concentración, depresión, estrés, etc.

Colores

Los colores influyen en el cerebro, las emociones, las actitudes y las decisiones de las personas, e impactan de manera positiva o negativa. Condicionan el estado de ánimo de las personas, por lo que es fundamental estudiar el efecto de las distintas tonalidades en nuestro cerebro y así emplearlos de la forma más eficiente. 

Los cambios de nivel y temperatura del color de la luz natural también afectan el estado de ánimo y la actividad de las personas: mientras que la luz azulada tiene un efecto activador, la luz cálida tiene un efecto relajante. Al mismo tiempo, una intensidad de iluminación alta provoca excitación y, por lo tanto, un aumento de la actividad y un mejor estado de ánimo. Una intensidad baja induce a la relajación y al descanso.

Cielorrasos

La altura de los cielorrasos influye en la concentración y actividades de las personas. Los cielorrasos altos son adecuados para las tareas artísticas y creativas, mientras que los bajos favorecen un trabajo de carácter más rutinario y la concentración.

Formas arquitectónicas

Los ángulos o formas de los diseños arquitectónicos inciden en el cerebro del ser humano. Los espacios rectangulares son percibidos como edificios menos agobiantes que los cuadrados, que provocan mayor sensación de encierro. Formas angulosas o en punta favorecen más estrés o ansiedad. Las curvas o formas suaves nos dan sensación de seguridad y comodidad. En el caso de los espacios, los amplios potenciarán la creatividad.

Zonas verdes

La sensación de estar encerrados genera estrés y disminuye la productividad. Junto con la luz natural, el contacto con las zonas verdes ayuda a abrir la mente, aumenta la concentración y favorece la calma. Las vistas al exterior de los edificios mejoran el estado de ánimo. Contemplar la naturaleza tiene un efecto restaurador para la mente y aumenta nuestra capacidad de concentración.

Ventanas

Favorecen los escapes psicológicos, descansan la mente, permitiendo luego de «esos desvíos» volver a enfocar en las tareas con una mejora del rendimiento. Ventanas amplias y luminosas estimulan la recuperación en enfermos internados en hospitales y facilitan el aprendizaje en estudiantes. Los layouts abiertos favorecen el desempeño colaborativo, la sinergia e instan al encuentro y la comunicación.

Los enumerados son solo algunos de los múltiples factores de aplicación de la NeuroArquitectura.

"Mientras que el cerebro controla nuestro comportamiento y los genes dirigen el diseño y la estructura del cerebro, el ambiente puede modular la función de los genes y, en última instancia, la estructura del cerebro cambiando nuestro comportamiento. Al planificar los entornos en los que vivimos, el diseño arquitectónico cambia nuestro cerebro y nuestra conducta", sentencia el genetista estadounidense Fred Gage

A la luz de estos saberes, la Arquitectura debe ser abordada, necesariamente, teniendo en cuenta los efectos que el diseño produce tanto en la fisiología como en la psicología de sus ocupantes. Esto nos dará la oportunidad de crear espacios para mejorar la experiencia de habitar dentro de un ámbito efectivamente más saludable, vitalizante, armonizador y motivador.

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