Fiebre por el langostino: ya no se respetan ni los santuarios donde se reproducen
Parte de la flota artesanal chubutense está pescando cerca de Isla Escondida y por ello fue sancionada por el gobierno provincial porque esa actividad viola las leyes argentinas y también los acuerdos internacionales
La Secretaría de Pesca de Chubut intervino ante la situación detectada con algunos buques que arribaron a Rawson con sobrecarga, poniendo en riesgo la seguridad de los tripulantes y afectando el cuidado de los recursos.
El gobierno del estado subnacional patagónico denunció: "detectamos el ingreso de una serie de buques pesqueros artesanales totalmente excedidos de carga, con el nivel del agua por encima de sus líneas de flotación. Este grave hecho no es aislado, sino que viene ocurriendo de manera reiterada, poniendo en serio riesgo a la tripulación de los buques y menospreciando el trabajo que se efectúa para preservar los recursos de Chubut" expresó el titular de la cartera pesquera Andrés Arbeletche.
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Por lo expuesto, se dispuso suspender, de forma preventiva y por un plazo de 48 horas, a los barcos involucrados.
La pesca se está llevando a cabo en las inmediaciones de Isla Escondida que forma parte de un archipiélago que en 2008 fue designado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Esto significa que es reconocido por su importancia ecológica y su contribución a la conservación de la biodiversidad. Se trata de un conjunto de pequeños islotes ubicados en el Golfo San Jorge, en la provincia de Chubut. Es uno de los cuatro que conforman el Área Natural Protegida Península Valdés.
Por ley, los buques artesanales no pueden llevar lo que se denomina portones o calones porque ese sitio es considerado esencial para el ciclo vital de especies como el langostino.
Las naves cargan centenares de cajones más de los que tienen permitido ya que el langostino tiene un precio internacional que supera los 5.500 dólares la tonelada. Allí, están los llamados juveniles y por eso se busca alejar de allí a las embarcaciones de actividad tanto artesanal como industrial.
Consultado por Carbono.news, el ex marino mercante e investigador de pesca marina Roberto Maturana denunció: "Se llevan los langostinos. Las otras especies que sacan con la pesca de arrastre son devueltas al agua, muertas, como pasa a menudo con la merluza. Es un desperdicio atroz. Las puertas traseras hacen que la red abra de una forma desmesurada haciendo un daño notable en la biodiversidad de la Isla Escondida, un paraíso de reproducción de merluzas, langostinos y abadejos. La red que deberían usar por ley es sin esas puertas enormes".
Los barcos artesanales están lejos del ojo de los radares que controlan a los pesqueros internacionales en la milla 200. Chubut es la segunda provincia en el top de las pesqueras del país. Una máquina de generar divisas que viajan en forma de langostino.