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Chile sin carbón: un objetivo que no sabe de grietas

El hidrógeno será un elemento clave para la transición.

Chile se autoimpuso una fecha límite: en tres décadas el balance de sus emisiones de gases de efecto invernadero deberá ser igual a cero. Para lograrlo encaró un muy pretencioso "plan de descarbonización" que incluye el cierre de todas las centrales que se alimentan con carbón mineral.

La administración del país andino está dispuesta a retirar usinas que generan casi el 40% del total de electricidad consumida con tal de evitar la contaminación. Incluso cuando algunas de ellas tienen ya más de sesenta años de funcionamiento.

El modelo carbonífero siempre se asemejó más a una economía propia de la Revolución Industrial que a una potencia moderna del siglo XXI.

Su principal vecino, Argentina, marcha en sentido contrario y se apresta a poner en funcionamiento una muy costosa planta de carbón frente a los yacimientos de Río Turbio, a escasos 20 kilómetros de la frontera chilena.

Hidrógeno, el elemento clave

La potencia perdida por el cambio de matriz energética sería restaurada gracias a una gran apuesta: el hidrógeno verde que proporcionarían las solares y eólicas.

El hidrógeno como impulsor de equipos se produce a partir del agua y un proceso de electrólisis (separación de las moléculas).

Actualmente, se obtiene en Chile solamente hidrógeno gris a partir del gas natural en un sistema que padece por la emisión de gases tóxicos. Con un proceso similar, pero utilizando renovables en lugar de hidrocarburos, el país podría obtener MW completamente verdes.

La radiación solar de los desiertos del norte y los incomparables vientos del extremo opuesto garantizan a Chile recursos inagotables. Además, la electricidad bajaría de precio, porque ya que no habría que extraerla con grandes maquinarias.

En los próximos 30 años, las autoridades chilenas nacionales y locales pondrán el foco a diario en fomentar la llegada de nuevos fabricantes de equipos para producir electrolizadores.

Actualmente, menos de la mitad de la electricidad consumida en Chile proviene de fuentes "limpias" pero para 2030 esperan llevar el porcentaje al 70%.

 2020 45% de energías limpias
 2030 70% de energías limpias
 2050 100% de energías limpias

El cambio de la obsoleta matriz del país está en marcha a gran velocidad ya que el consumo de hidrógeno se multiplicaría por diez de aquí al 2050. Y para eso

es clave que alcanzar la "neutralidad ambiental" sea un objetivo compartido al menos entre los dos partidos más grandes del país

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