Tecnología y urbanismo
Día Internacional de los Bosques

Los árboles, ecobenefactores urbanos

La acción de cuidar y multiplicar los árboles en una ciudad es una forma concreta, eficaz y accesible de ganarle la lucha a la crisis climática actual, de reducir la contaminación atmosférica que fustiga nuestras urbes, de preservar el soporte y la capacidad ecológica que las sustentan, y de dotar de mayor salud biológica y psicológica a nuestras poblaciones.

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La crisis climática, a la que nos enfrentamos desde hace tiempo, y sus estragos son cada vez más contundentes, por ejemplo: en las ciudades europeas, durante este último verano (el más caluroso de todos los registros históricos mundiales), las tórridas temperaturas causaron más de 60.000 muertes. El calor extremo en toda Italia fue la principal causa del aumento del 20% en el número de pacientes que acudieron a las salas de emergencia de los hospitales. Sin contar en detalle la astronómica cifra de horas laborales perdidas, la inseguridad alimentaria, y las multimillonarias cifras de perjuicios económicos emergentes.

"En los países de Sudamérica el aumento del número de muertes relacionadas al calor ha incrementado en 160% solamente entre los periodos de 2017-2021, comparado con 2000-2004. Los efectos adversos se están acelerando y afectando de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, tendencia que no hará más que continuar si no tomamos medidas inmediatas", explicó la doctora peruana Stella Hartinger, durante la presentación para medios del Informe de 2022 de Lancet Countdown Sudamérica sobre salud y cambio climático.

Una situación que demanda acciones urgentes que nos permitan superar tamaña amenaza.

Vemos al respecto, en un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Science, los investigadores Robin Chazdon y Pedro Brancalion, de la Universidad de Connecticut, encuentran en los árboles una solución para combatir y mitigar los efectos de la crisis climática. Según los cálculos de este estudio, añadiendo 1 billón de hectáreas de árboles se reduciría en un 25% el dióxido de carbono de la atmósfera. El profesor Robin Chazdon, el autor principal de esta investigación, ha declarado que "la reforestación de bosques es la mejor solución disponible en la actualidad contra el cambio climático disponible y brinda pruebas sólidas para justificar la inversión". Si se actúa ahora, se podría reducir el dióxido de carbono en la atmósfera hasta en un 25%. Así se alcanzarían los niveles vistos por última vez hace casi un siglo.

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Podemos agregar al respecto que, si parte de esa masa forestal se introduce en las ciudades, sus efectos reparatorios y regenerativos impactarían positiva y más rápidamente en la población ya que, precisamente, en las ciudades vive más del 56 % de los habitantes del planeta y, para el 2050, viviría el 70%. 

Analicemos por qué enfocarnos prioritariamente en ello.

Los árboles juegan un papel muy importante en la protección y mejoramiento del ambiente urbano. Son responsables de proporcionar gran parte del oxígeno que respiramos: sabemos que, aproximadamente 0,5 hectáreas de árboles producen el oxígeno necesario para vivir de unas 18 personas, por esto, en las grandes ciudades, donde el aire está más contaminado, se debe contrarrestar con parques, zonas verdes y jardines que generen el elemento necesario para la vida humana. Además capturan significativas cantidades de dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre, ozono y otros contaminantes atmosféricos, y atraen las partículas de polvo que quedan adheridas a sus hojas (una calle con árboles cuenta con un 10 a 15% menos de partículas de polvo en suspensión que una calle sin ellos). Posteriormente, el agua de lluvia las limpia y lo conduce hasta el suelo.

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Además, sus ramas, hojas y raíces protegen el suelo de la erosión del agua y el viento, y permiten que una mayor proporción de agua quede retenida en el subsuelo como reserva y que discurra menos agua sobre la superficie, y a la vez los minerales de la superficie son arrastrados en mucha menor proporción que en las tierras desnudas.

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Aportes de un árbol al ecosistema urbano: 

- Las ramas, hojas y raíces acumulan de 4,5 a 6 tn/ha/año de CO2.

- Produce cantidades significativas de biomasa.

- Fija 2 gramos de contaminantes cada 15 días.

- Reduce de 8 a 10 dB por m3 la contaminación sonora.

- Disminuye entre 3º y 5º C la temperatura.

- Protege de la radiación solar y otorga sombra ventilada y humedad saludable.

- Acumula energía solar.

- Fija suelos y evitan inundaciones.

- Contribuye a la descontaminación visual.

- Disminuye el estrés y contribuye a la salud psíquica.

- Protege de las geopatías y de las emisiones de contaminación electromagnética CEM.

- Produce iones negativos (significativamente beneficiosos para la salud) a gran escala.

Así, el bosque urbano también actúa positivamente contra los cambios de temperatura, moderando las diferencias de calor y frío entre el día y la noche. Actúa como moderador ambiental al mantener en su interior una temperatura no tan extrema como al exterior. Proporciona más frescura en verano y más calor en invierno. El efecto refrescante (y de alta eficiencia energética y económica) de un árbol adulto aislado que transpire 450 litros por día a través de sus hojas, equivale al que generaría un aire acondicionado funcionando 20 horas por día. De ahí, la vital importancia de generar y conservar adecuadamente bosques urbanos.

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Un árbol de hojas caducas, situado junto a un edificio en dirección al sol, será capaz de dejar pasar los rayos solares en invierno cuando está desprovisto de hojas. Al llegar el verano, las hojas cubrirán la copa, filtrarán los rayos del sol, y proporcionarán sombra y frescor. Los árboles cercanos a los edificios son capaces de disminuir el calor de los mismos (la diferencia térmica será de 2 a 4ºC ya que los árboles evitan que el suelo o los materiales de construcción absorban la radiación que después se desprenderá en calor) por lo que se requieren menos energía y acondicionadores para atemperar los ambientes interiores.

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Los árboles en zonas residenciales también potencian el valor económico de las propiedades que alcanzan un precio más alto en el mercado inmobiliario. 

Los árboles urbanos disminuyen la sonoridad ambiental. Los parques de las ciudades constituyen un lugar muy adecuado para el ocio y el esparcimiento, y tienen una influencia positiva sobre la personalidad de sus habitantes. Disfrutamos del placer estético de contemplar y admirar su belleza y nos sentimos más a gusto, más relajados en contacto con ellos, ejerciendo un efecto positivo sobre nuestra salud . Estudios realizados con pacientes en algunos hospitales han demostrado que los que contemplaban desde sus camas una visión con árboles mejoraban antes que los que veían edificios frente a la ventana.

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Proporcionan la sombra adecuada para que debajo de ellos puedan vivir plantas o animales. Muchos organismos vivientes se alimentan de sus frutos, sus ramas, su corteza, sus hojas o su savia; otros construyen sus nidos, se protegen en sus copas de sus enemigos, o perforan sus tejidos en busca de cobijo o alimento. Contribuyen, con sus procesos de crecimiento, reproducción y descomposición, a garantizar la biodiversidad.

Según estudios hechos por universidades de EE.UU., por sus beneficios al ambiente, el valor de un árbol equivaldría a 18 000 dólares. 

Resumiendo, entre los servicios que nos otorgan, se encuentran los siguientes:

- pueden almacenar hasta 6 toneladas de CO2;

- producir oxígeno para más de 40 personas por hectárea arbolada;

- modificar el clima de un lugar al atemperar su entorno;

- enviar la humedad del ambiente a los mantos acuíferos, favoreciendo la recarga del agua subterránea;

- reducir la velocidad del viento;

- absorber y bloquear el ruido del ambiente urbano; 

- aumentar hasta un 15% el valor de los bienes raíces; 

- impactar benéficamente en el estado de ánimo de las personas y crear relajación; 

- proveer un sentimiento de privacidad y de seguridad; -

- reducir la erosión del suelo; 

- mitigar los efectos de desastres naturales, tales como las corrientes causadas por tormentas; 

- dar identidad y personalidad a las ciudades; 

- llegar a absorber los metales pesados presentes en el aire, sumamente nocivos para la salud humana; 

Por todo lo enumerado, tenemos que tomar conciencia que los árboles son nuestros Ecobenefactores Urbanos. Sin ellos, las ciudades se vuelven estériles y la calidad de vida resulta enfermiza e insoportable .

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