El negacionismo climático es el nuevo terraplanismo
El cambio climático se siente y se vive, pero también lo analiza, registra y corrobora la ciencia. Sin embargo, cada vez son más quienes niegan o relativizan su existencia o la incidencia de la actividad humana en su generación. ¿Cuáles son los argumentos del negacionismo y cómo podemos abordarlos?.
Hace al menos 10 días, hicimos un acuerdo tácito en el ambientalismo para empezar a hablar sobre un tema que nos disgusta mucho: el negacionismo climático.
Nos disgusta porque, existiendo tantos conflictos, tantas luchas, tanta información valiosa y necesaria en términos de educación ambiental, resulta ilógico dedicarle tiempo y energía a discutir lo indiscutible. El cambio climático existe y, a esta altura de la historia, no deberían quedar dudas.
Sin embargo, los resultados de las elecciones primarias en Argentina, que colocaron a la cabeza al candidato que afirma que "el cambio climático es un invento del marxismo", nos obligan a tratar este tema y a intentar esclarecerlo.
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Por otro lado, hay otro motivo por el cual no tratábamos el negacionismo y es que, en algún punto, hablar del tema puede ser entendido como una suerte de legitimación del debate, puede generar una confusión que lleve a pensar que estamos analizando dos posturas antagónicas, pero igualmente válidas, y que el objetivo es llegar a la verdad. Pero no es el caso. Hay un hecho comprobado, que es el cambio climático, y hay una serie de teorías fantasiosas que lo niegan o lo relativizan.
¿A qué nos referimos con negacionismo climático?
El negacionismo climático se refiere a la postura o creencia de un individuo o grupo que rechaza o minimiza la realidad y el alcance del cambio climático causado por la quema de combustibles fósiles y su correspondientes emisiones de gases de efecto invernadero. Estas personas suelen cuestionar o negar la evidencia científica sólida que respalda la idea de que el clima de la Tierra está cambiando y que la actividad humana es un factor significativo en este cambio.
En un artículo de El País, agregan: "El negacionismo del cambio climático es una amalgama que une a extremistas religiosos con ultraliberales, cargos políticos, científicos solitarios y grandes empresas con su aparato detrás. En muchos casos hay un trasfondo económico, pero en otros es meramente un rechazo ideológico."
¿Qué dicen quienes dudan?
Con el correr del tiempo, me fui encontrando con distintos argumentos tendientes a negar o cuestionar el cambio climático. Por un lado, están quienes argumentan que las variaciones en el clima son normales y que los cambios de temperatura y los patrones climáticos son simplemente parte de la variabilidad natural. "Brutal y extensa ola de frío podría batir todos los récords. ¿Qué le pasó al calentamiento global?" es una frase que tuiteó Donald Trump en el 2018.
Admiten que pueda haber un aumento de temperatura, pero liberan de responsabilidad a los seres humanos, argumentando que la Tierra es cíclica y que, así como se ha vivido una Era glaciaria, el aumento de temperatura responde a un proceso natural de la Tierra, por lo tanto, no hay nada para hacer.
Otra corriente se nutre de una desconfianza general en la ciencia, los gobiernos o las instituciones internacionales, acompañada de una desconfianza respecto de los organismos internacionales como la ONU. Esto puede llevar a creer que la información sobre el cambio climático es manipulada o exagerada y que tiene fines ocultos.
Por otra parte, existe una corriente que tiene más presencia entre políticos, medios de comunicación y empresas, porque tiene que ver con los intereses políticos o económicos en juego. En este sentido, podemos entender que ciertas industrias, como la de los combustibles fósiles, podrían tener un interés financiero en sostener o imponer un discurso negacionista y así evitar las regulaciones que limitan las emisiones de gases de efecto invernadero o bien convencer a la sociedad para que no se manifieste en contra de su accionar.
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¿Qué hacer frente a esta creciente ola de negacionismo?
Enfrentarse a estos discursos y posturas resulta sumamente desgastante porque el negacionismo climático es prácticamente un equivalente del terraplanismo. Pero, como planteaba al principio, el contexto amerita que nos armemos de paciencia y hablemos del tema.
Un primer punto a tener en cuenta es el que relativiza el cambio climático a partir de "pruebas" empíricas que indican que las altas temperaturas son meramente consecuencia de la variabilidad climática y que los días de frío son la prueba de que el cambio climático no existe. El hecho de que siga habiendo nieve o caiga granizo no es prueba suficiente para negar los registros de aumento de temperatura a nivel global. Desde 1950, en todo el mundo, los días calurosos se han vuelto más frecuentes y los días fríos menos frecuentes. Los extremadamente calurosos ahora son 100 veces más habituales que entre 1951 y 1980.
Profundizando, y en oposición con los argumentos que indican que no es antropogénica, es fundamental aclarar que el consenso científico respalda la idea de que el cambio climático es real y está siendo impulsado en gran medida por la actividad humana.
Está comprobado que las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero resultantes de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades industriales y agropecuarias han llevado a un aumento en las temperaturas globales, cambios en los patrones climáticos y otros efectos ambientales significativos.
¿Por qué se dice que el cambio climático es generado por la quema de combustibles fósiles? Se comprobó que en los últimos 800.000 años las concentraciones de CO2 en la atmósfera nunca habían alcanzado las 300 partes por millón, cifra superada por primera vez en 1950 y que no ha parado de incrementarse desde entonces. Desde ese momento, se ha producido un crecimiento drástico de las emisiones contaminantes, hasta 408 partes por millón en solo 70 años.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la máquina de vapor nos hizo dar ese salto. A la quema de biomasa para generar energía se le suma el carbón como principal sustento de la Revolución Industrial y luego el petróleo con la invención del automóvil y, sobre todo, con la producción en masa de vehículos que a partir de 1913 dispara la quema de petróleo y las emisiones de CO?.
El negacionismo climático puede llevar a no tomar las medidas necesarias para abordar a tiempo el cambio climático. Si las personas y los gobiernos no reconocen la gravedad del problema, es menos probable que se tomen medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los impactos del cambio climático.
La inacción puede tener graves consecuencias, es importante confiar en la ciencia, informarse y comprometerse.