La mayoría de las casas de "Misión Vivienda Venezuela" carecen de eficiencia energética
Especialistas consideran que las arbitrariedades cercenaron las expectativas de ahorro y eficiencia energética del proyecto gubernamental que inició en 2011. Solamente al 0,20% de las viviendas construidas se les instaló o instalaría paneles solares. Además, muchos urbanismos y viviendas están conectados ilegalmente al sistema eléctrico nacional. Hasta la fecha, este proyecto no está incluido dentro de las acciones y programas destinados a mitigar el cambio climático en Venezuela.
Laura esperó ocho años para acceder a una vivienda propia en el marco del proyecto gubernamental Gran Misión Vivienda Venezuela, el cual prometía brindar un hábitat digno. Fue hasta 2019 que le asignaron un apartamento en el "Complejo Habitacional Integración Bolivariana", ubicado en el municipio San Francisco del estado Zulia. Sin embargo, su hogar no cumplió con sus expectativas.
El interior de su apartamento es oscuro y presenta una limitada entrada de aire debido a la ubicación y el diseño. Por esta razón, Laura (nombre cambiado) depende constantemente de luz artificial y aire acondicionado. Esto aumenta el consumo eléctrico no solo en su vivienda, sino también en otras que, originalmente, se suponía serían energéticamente eficientes.
"Cuando se produce un corte de electricidad los niños hacen las tareas afuera porque adentro no ven nada y el calor es insoportable. El techo no está impermeabilizado y no conectaron las tuberías de gas. Aunque el Ministerio construyó el complejo, nos culpan a nosotros por permitir que se inaugurara en estas condiciones", recuerda Laura.
Su apartamento es uno de los 20 concluidos por la Inmobiliaria Nacional -ente adscrito al Ministerio para Hábitat y Vivienda-, que jamás construyó los otros 100 dentro del Complejo que especifica la valla del urbanismo. Además, el edificio presenta fugas de aire debido a rendijas por negligencias y fue construido en terrenos ubicados al borde de una cañada.
El Complejo está conectado ilegalmente al sistema eléctrico nacional y la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) no instaló medidores.
Una misión opaca
La Gran Misión Vivienda Venezuela nació en el año 2011 como programa estrella de la gestión del expresidente Hugo Chávez. Desde entonces, según investigaciones e informes de organizaciones como Transparencia Venezuela, se convirtió en un proyecto señalado por la opacidad, supuesto uso para el control social y casos de corrupción que traspasan fronteras.
La gestión de Nicolás Maduro continuó el proyecto tras el fallecimiento de Chávez y hasta 2023, la misión construyó más de cuatro millones 500 mil viviendas, según datos oficiales.
Estas cifras son cuestionadas por organizaciones no gubernamentales, debido a que consideran que son datos que no pueden ser verificados.
De 2011 a 2016, el Estado venezolano gastó 95.000 millones de dólares para la construcción de viviendas. La Misión Vivienda ha involucrado en su ejecución a 114 actores, entre personas, instituciones, organizaciones y empresas (propiedad del Estado, privadas nacionales e internacionales).
Criterios de construcción disparejos
Especialistas consultados coinciden que las arbitrariedades gubernamentales se impusieron sobre la planificación, el diseño, normas, leyes y planes de desarrollo vigentes. Esta situación expuso la falta de un plan rector encabezado por el Ministerio de Hábitat y Vivienda, la débil independencia de poderes y de capacidades de gestión, logística, regulación, evaluación y supervisión institucional.
Sin directrices claras, cada constructor diseñó y ejecutó con sus propios criterios técnicos, pese a que todas estaban bajo el paraguas de Misión Vivienda. En muchos casos tampoco se hicieron estudios de impacto ambiental y los terrenos no fueron evaluados constructiva-urbanística ni socialmente.
Ernesto Lorenzo Romero -investigador especializado en arquitectura bioclimática y eficiencia energética- resalta que no se dimensionó lo que significaba construir millones de viviendas. "Comenzaron con el anuncio y no con una planificación estructurada. La promesa era imposible de cumplir. Todo se aceleró para subir los números sin prever la calidad".
La eficiencia energética se entiende -según el Ministerio de Economía de Argentina- como las acciones que mejoran la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios que se obtienen a partir de su uso, sin afectar la calidad de vida de los usuarios. Permite reducir emisiones de gases de efecto invernadero a través de la conservación de la energía tomando en cuenta la que es consumida por todos los procesos asociados con la producción, desde la adquisición de recursos naturales hasta la entrega del producto, incluida la extracción, fabricación de materiales y equipos, transporte y funciones administrativas.
La calidad de los materiales, las técnicas utilizadas, la estructura y el aislamiento, son determinantes en el rendimiento y eficiencia energética en las edificaciones. Un ejemplo de ello son los diseños bioclimáticos, que se reflejan en construcciones adaptadas al clima del lugar teniendo en cuenta la exposición al sol, las precipitaciones o el viento.
Los hábitos de consumo de la ciudadanía son otro aspecto clave para la eficiencia energética.
Misión Vivienda implementa "diversos sistemas constructivos, de los cuales 77,49% son de alto nivel de industrialización", de acuerdo con un documento del Órgano Superior Nacional de Hábitat y Vivienda. Entre los materiales e insumos usados están el acero, cemento, concreto, bloques de barro y de adobe, pego, PVC, aluminio, cabillas, arena, cal, grifería, cerámica, machihembrado, cielorraso y mallas.
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Algunos materiales son más eficientes energéticamente y sostenibles que otros, pero se desconocen las hojas técnicas con los detalles de cada uno.
La doble carga de la autoconstrucción
La autoconstrucción por parte de las comunidades organizadas es la forma en que se han construido el 70% de las viviendas, asegura el Órgano Superior Nacional de Hábitat y Vivienda.
Argenis Toyo -especialista en arquitectura tecnológica y desempeño de los edificios por la Universidad Napier de Edimburgo- explica que la autoconstrucción y su relación con la eficiencia energética es muy delicada.
"Cuando hay personas que no saben construir será mucho ensayo y error", resalta.
El investigador Ernesto Lorenzo Romero agrega que en algunos casos el proyecto sí brindó un diseño para la construcción de urbanismos y la comunidad se encargó de la ejecución.
"En ese caso sí se podrían haber implementado propuestas de diseños bioclimáticos; sin embargo, debía ser supervisado por el Ministerio para verificar el cumplimiento de los lineamientos de sostenibilidad y eficiencia energética", precisa.
En una Gaceta Oficial del 2013 -dos años después del surgimiento de la Misión- el Ministerio para Vivienda y Hábitat estableció los lineamientos generales para el diseño y construcción en el marco del proyecto.
En el documento se especifica que deben incluirse criterios de eficiencia energética: todos los espacios deben tener ventilación e iluminación natural salvo circunstancias especiales, obligatoriamente medidores de consumo eléctrico e impulsar la integración de tecnologías de energías alternativas donde sea factible.
Las Memorias del Ministerio de Energía Eléctrica (disponibles hasta el año 2015), registraron escuetamente que la eficiencia energética y las energías renovables fueron incluidas dentro de la Misión Vivienda entre 2012 y 2015.
Incluso, el Ministerio recomendaba instalar proyectos pilotos de energías alternativas que permitieran identificar factores técnicos, económicos y sociales. Asimismo, el proyecto hizo estudios de carga y calidad a edificios con relación al impulso de la eficiencia energética.
El Ministerio de Energía Eléctrica también sustituyó bombillos incandescentes por tecnología LED y reemplazó aires acondicionados y refrigeradores por equipos eficientes en urbanismos de la Misión Vivienda. Pero se desconocen los resultados e impactos.
Para este reportaje se enviaron solicitudes de información al Ministerio para Hábitat y vivienda y se intentó establecer comunicación con funcionarios responsables; sin embargo, no se obtuvo respuestas.
Sin energía eficiente
Con excepciones de prototipos que -especialistas estiman- representan menos del 1% del total nacional, no se consideró el diseño de edificios y viviendas pasivas y su orientación para aprovechar la iluminación y el viento natural, materiales de baja energía incorporados, electrodomésticos de alta eficiencia energética, ni tecnologías integradas de energías renovables.
Una base de datos propia, a partir de declaraciones de funcionarios públicos y empresarios entre 2011 y 2021 en medios de comunicación y a falta de datos oficiales de acceso público, reveló que solo al 0,20% de las viviendas construidas en el marco de la Misión se les instalaría o instalaron paneles solares.
"La energía que dejas de consumir la liberas y la aportas al sistema eléctrico nacional y en proyectos de esta envergadura es muy importante. Puede ser factible si existe voluntad política", agrega Alan Isea, ingeniero y director de Innovación, Tecnología y Construcciones Sustentables de la Cámara Venezolana de la Construcción.
Pero los edificios deben ser previamente eficientes energéticamente porque instalar sistemas fotovoltaicos o de generación eólica en viviendas que no lo son, hace que sean ineficientes y que la cantidad de tecnologías a instalar para satisfacer la demanda se muy costosa, aclara el especialista Ernesto Lorenzo Romero.
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El Urbanismo Villa Paula, en el municipio Maracaibo, es ejemplo de cómo la Misión Vivienda Venezuela contraviene sus propios lineamientos de intervención. De 20 casas construidas dentro del Lago de Maracaibo solo quedan tres, 10 años después.
Los criterios institucionales establecían viviendas elevadas de madera, pero en cambio, usaron láminas en los pisos que se oxidaron, bloques, cemento y estructuras de hierro que pesan más de dos mil kilos.
"Casi todas las familias se fueron porque no tenían otra opción. No instalaron tuberías de gas, ni servicio de aguas negras (residuales)", lamenta Jhojacson Ríos, habitante afectado.
Fachadas de cambio
El sector construcción es uno de los principales generadores de contaminación en el mundo por las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía y los procesos. Venezuela es signataria del protocolo de Kioto y ratificó el Acuerdo de París. Sin embargo, la Misión Vivienda Venezuela no se consideró para las acciones y programas con impacto en mitigación del cambio climático establecidos en la Actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (CND) de Venezuela del año 2021. Algunos detalles sobre la Misión quedaron establecidos en los lineamientos de adaptación, pero su exclusión histórica en mitigación hace que la adaptación sea mucho más costosa y compleja.
Pese a que en 2023 se cumpliera presuntamente más del 79% de la meta de construcción de viviendas, según cifras oficiales, se desconocen los avances y resultados de las acciones y/o medidas que se establecen a 2030.
La Misión Vivienda Venezuela continúa su "récord mundial", como asegura Maduro, en medio de cuestionamientos por la calidad, presuntos actos de corrupción y el anhelo de sus habitantes de vivir en paz. Por ahora la eficiencia y el ahorro energético residen en prototipos aislados y en el papel.
*Este texto fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina