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Impericia

Enrique Viale: "Argentina no quiere una Marina Silva que pudiera confrontar con los agronegocios, la megaminería o el fracking"

El flamante presidente brasileño, Luis Inácio Lula Da Silva, nombró una vez más a la prestigiosa ecologista al frente de la cartera de defensa de la Amazonia.

Marina Silva, la dirigente nacida en plena zona selvática, ocupó la cartera ambiental entre 2003 y 2008 y logró que el coloso sudamericano se convirtiera en líder mundial en la creación de áreas protegidas. Por el contrario, durante los cuatro años de gestión de Jair Bolsonaro en el Planalto, la deforestación avanzó de forma inédita.

Hoy, Brasil es líder planetario en producción de soja y también de carne bovina. La potencia del subcontinente de la mano de la dirigencia de ultra derecha logró que estallaran los agronegocios gracias al avance de la frontera productiva sobre la vegetación natural.

Marina dijo que, a pesar de la distancia política que existió y existirá entre ella y Lula (ambos luchadores sociales con infancias muy pobres) nunca dejaron de hablar e intercambiar ideas.

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Ahora, tendrá una ardua tarea frente a un Congreso Nacional adverso. Además, varias de las provincias más productivas también están en manos del bolsonarismo.

Cinco pésimos ejemplos argentinos

La historia de los organismos a cargo de la preservación en nuestro país es sumamente pesada.

¿La Casa Rosada escoge a los funcionarios por su expertise y conocimientos o se eligen militantes con poca trayectoria en un área tan sensible?

Fuente: Télam - Facebook

El caso más emblemático fue el de la ex secretaria de Medio Ambiente (entre 2006 y 2008) Romina Picolotti que fue condenada a tres años de prisión en suspenso y a la devolución de siete millones de pesos por administración fraudulenta agravada. Además, quedó inhabilitada para ejercer la función pública.

La justicia determinó que utilizó dinero asignado presupuestariamente a la dependencia a su cargo para solventar gastos personales.

Picolotti dejó la Argentina y terminó radicándose en Miami, Estados Unidos, lejos de los flashes mediáticos.

Foto: Captura de pantalla

Si nos remontamos al año 1991, nos encontraremos con María Julia Alsogaray, una dirigente de la Unión del Centro Democrático que venía de privatizar los teléfonos y las compañías siderúrgicas estatales.

Durante el gobierno de Carlos Menem, fue nombrada al frente de la flamante Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano.

Ocuparía ese cargo durante ocho años. En el curso su gestión prometió "limpiar el Riachuelo en 1000 días", asegurando que al término de ese período "se tiraría a nadar" en el contaminado curso de agua, uno de los diez más sucios del planeta.

El Comité de la cuenca manejó más de 35 millones de dólares, de los cuales casi 22 fueron a parar al rubro "servicios técnicos y profesionales". En otras palabras, se los entregaron a consultoras cercanas a la funcionaria que hicieron estudios sobre el origen de la contaminación.

María Julia debió pasar varios años detenida en las celdas de la Policía Federal, en Figueroa Alcorta y Cavia acusada de enriquecimiento ilícito.

Foto: Municipalidad de Berazategui

La gestión de Juan José Mussi, ex intendente de Berazategui, también fue muy cuestionada.

Ocupó el codiciado sillón de defensa de la ecología entre 2010 y 2013, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. También fracasó en su intento para sanear la Matanza.

Foto: Twitter

La alianza entre el Pro y los radicales también sumó oscuridad al presente listado. El ex ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, durante la gestión de Mauricio Macri, fue investigado por realizar operaciones de compra y alquiler de vehículos terrestres y aéreos para su cartera sin cumplir con los pasos mínimos requeridos para la administración pública.

Se acusó al rabino por alquilar helicópteros para el Plan Nacional del Manejo del Fuego y comprar colectivos eléctricos para "combatir la contaminación ambiental" sin licitación previa. Tras su partida del área, Bergman fue denunciado por desvalijar sus oficinas.

A fines de 2019, le llegó el turno a Juan Cabandié a quien no se le conocían demasiados antecedentes, con excepción de haber "alucinado" con que descubrió peces nadando en el Riachuelo.

Durante su gestión, debió padecer tres años consecutivos de La Niña, con fuertes sequías e incendios que afectaron a millones de hectáreas desde la Patagonia Austral hasta el Norte de la Mesopotamia. No fue capaz de comprar aviones hidrantes. Apenas se alquilaron helicópteros y algunas naves menores en Europa en maniobras muy cuestionadas por los especialistas en control del fuego.

Queda claro que estamos frente a un puesto netamente politizado. Nunca se ha puesto al frente del mismo a personal técnico y formado a lo largo de más de tres décadas.

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Consultado sobre este fenómeno, el doctor Enrique Viale, abogado con estudios de posgrado en Derecho Ambiental, señaló: "Yo creo que la principal virtud de Marina Silva no es solamente saber sobre este tema, sino también avalar sus conocimientos con una trayectoria en el ambientalismo. Es ecologista, conoce los territorios afectados y discute a fondo los modelos de maldesarrollo que practicó Brasil. ¿Por qué no hemos elegido a alguien parecido en Argentina? Porque un ecologista de verdad debería confrontar de lleno con el agronegocio, la megaminería y el fracking. Todas figuras instaladas en nuestro país sobre las que nadie quiere debatir en serio".

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