Política
Movilidad sustentable

Ecología y ahorro de combustible: Emmanuel Macron logra que se prohíban en su territorio los vuelos comerciales de corta distancia

El Poder Ejecutivo Nacional de Francia promulgó una ley que inhabilita ciertos vuelos nacionales.

Se trata de servicios que podrían sustituirse por viajes de menos de dos horas y media en ferrocarril.

¿Los objetivos?

Reducir el impacto negativo en el medio ambiente y ahorrar el enorme consumo de energía que generan los aviones.

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La Comisión Europea respaldó los planes del presidente galo invocando la "Ley del Clima", una norma continental aprobada el año pasado.

La nueva legislación es muy polémica puertas adentro del país, ya que los franceses tienen importante injerencia en la industria de construcción de aviones debido a su participación en el gigantesco consorcio Airbus. En Toulouse, se ensamblan los modelos A320, A330, A350 y A380.

Pronto, desde París ya no se podrá volar de manera directa a Burdeos, Saint- Etienne, Nantes o Lyon. Esos tramos estarán cubiertos por el súper veloz TGV (Train à grande vitesse) o por unidades tipo Talgo, que superan en promedio los 130 y 140 kilómetros por hora.

En la práctica, el pasajero que sale desde estaciones céntricas (como la Gare du Nord) arriba a terminales que también se hallan en los cascos céntricos. Gracias a esto, estos viajeros se ahorran los traslados hasta los aeropuertos tanto de ida como de vuelta.

Macron es el pionero, pero pronto se sumarían otras naciones del viejo continente que quieren aportar su granito de arena en la descarbonización del sector del transporte. España, por ejemplo, con dimensiones aún menores que su vecino del Norte, está sondeando una medida similar.

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Los datos de polución varían entre los diferentes estudios, pero si se toman como referencia los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente puede decirse que:

  • un avión emite 285 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro

  • los autos y el transporte privado, entre 72 y 158

  • un bus llega hasta los 68

  • un ferrocarril, apenas 14

En los cálculos se considera que la cantidad de pasajeros por avión es de 88.

Consultado por Carbono.news, el ingeniero ferroviario Norberto Rosendo, integrante de la asociación civil Salvemos al tren, informó: "La idea de reemplazar los vuelos de cabotaje por viajes en tren se va extendiendo por muchos países. Esto les viene como anillo al dedo en las presentes circunstancias de falta de combustibles fósiles por la guerra de Ucrania. Cada pasajero de avión que se mueve demanda a las autoridades mucha mayor energía de la que necesita un tren. Es una medida racional que se conjuga con el problema ecológico. La segunda ventaja es que la mayoría de las formaciones se mueven con energía eléctrica y la misma puede provenir de fuentes más limpias como molinos de viento, diques o centrales atómicas".

Y concluyó: "Es un buen negocio por donde se lo mire si consideramos que este invierno será muy frío y que ya no tendrán gas ruso barato como en años anteriores. Los que se opongan a esta medida serán muy mal vistos por la comunidad. Solamente algunas corporaciones específicas se verán afectadas porque los convoyes restan presencia de aviones, autos, camiones, neumáticos y naftas".

Las formaciones que se mueven por las vías férreas ya han demostrado que, en tramos menores a los 500 kilómetros de distancia, son capaces de superar en eficiencia a los aviones.

Fuente: rieles.com

Además, en pleno siglo XXI, un empresario o profesional ya no queda "desconectado" del mundo exterior como ocurría hace un cuarto de siglo. Ya no hay que soportar un extenso "tiempo muerto".

Las unidades modernas tienen una generosa conexión de banda ancha para que en los vagones se desplieguen y se enchufen todo tipo de laptops, tablets o smartphones.