Iberia, Lufthansa y Swiss Air apuestan a la descarbonización: modernizan sus flotas y compensan su huella de carbono
La empresa española ha contraído un firme compromiso con la sostenibilidad y tomado importantes medidas en favor del medio ambiente
Iberia, la empresa de aeronavegación, ha decidido comprometerse con la sostenibilidad y para demostrarlo ha tomado cinco importantes medidas en favor del medio ambiente:
Remediar los daños que ocasiona su actividad reforestando zonas del planeta donde la biodiversidad se halla amenazada. Por ejemplo, planta todo tipo de especies en la selva de Perú (Nii Kaniti) y en la costa de Guatemala (Izabal). Las prácticas se desarrollan con certificados bajo estándar VCS (Verified Carbon Standard).
Renovar su flota para que las nuevas aeronaves utilicen combustibles ecológicos. Ha incorporado los eficientes Airbus A350 y gracias a ello el 10% de sus operaciones aéreas se harán pronto con combustibles de fuentes renovables. Junto a la petrolera Repsol, hace pocos meses, realizó, entre Madrid y Bilbao, el primer vuelo con biocombustible producido en España en base a residuos.
Crear una plataforma denominada "CO2labora" cuyo objetivo final es alcanzar la neutralidad en 2050. Desde ese sitio digital, se concientiza a los pasajeros para reducir el peso a bordo y minimizar los residuos. Además, Iberia pone a disposición de sus clientes una calculadora de huella de carbono para que puedan conocer las emisiones, medidas en kilos de CO2e.
Formar parte del IAG (International Airlines Group), primer grupo aeronáutico en comprometerse a alcanzar emisiones netas cero de CO2 en el año 2050
Apostar por la innovación y ofrecer una experiencia de viaje más sencilla a través de la digitalización de la documentación necesaria para viajar. También, introducir vehículos eléctricos dirigidos por control remoto o con choferes para casi todas sus operaciones terrestres, dentro de las estaciones.
Lufthansa y Swiss Air también se reconvierten
Ambas empresas están instalando el AeroShark, desarrollado por Lufthansa y Basf. Es una lámina adhesiva de piel de tiburón que reduce inmediatamente el consumo de combustible y, por lo tanto, las emisiones de cualquier avión.
Millones de años de evolución le entregaron a estos depredadores tan temidos una piel ligeramente estriada que reduce la resistencia del agua. Lo que funciona en hidrodinámica suele trasladarse bien a la aerodinámica, por lo que los germanos emularon la textura en los grandes aviones.
Swiss Air ha calculado que si se aplican 950 metros cuadrados de esta película a un Boeing 777 alrededor de las superficies del fuselaje y de la nariz del motor, la reducción de la resistencia aerodinámica disminuye inmediatamente el consumo de combustible hasta en un 3%.
Por su parte, Lufthansa lo implantará también en toda su flota de carga. Ya se ha probado con más de 1.500 horas de vuelo, en Boeing 747-400.
Consultado por Carbono.news, el comandante y analista Carlos Rinzelli, amplió las chances de mejoras que tienen este tipo de holdings en materia de preservación: "El combustible representa entre un 20 y un 22% de lo que cuesta un pasaje aéreo. Para trayectos como Buenos Aires-Miami, se consumen unos 70000 kilos. Para remediar semejante quema de hidrocarburos, habría que recuperar terrenos muy vastos. Hoy, la mejor inversión de las compañías pasa por modificar las pinturas de las naves. Por ejemplo, Lufthansa les pone a sus unidades una película que se llama aeroshark o piel del tiburón. Esto les permite una reducción del consumo muy considerable porque reducen la resistencia del aire. Lo mismo ocurrirá pronto con los biocombustibles para volar. Se cree que las futuras fórmulas permitirán bajar hasta un 80% las emisiones de CO2 en comparación con las producidas por el querosene tradicional".
Según un estudio llevado a cabo por científicos del Centro Internacional para la Investigación Climática y Medioambiente, la aeronavegación supone el 2% del total de las emisiones de Carbono, aumentando al 5% si contamos el resto de gases de efecto invernadero que despide.
En veinte años, el número de vuelos comerciales, sanitarios y particulares se habrá duplicado, según informó la organización Transporte & Environment.