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La paradoja de la energía eólica: alta demanda baja rentabilidad

Estamos frente a una contradicción sorprendente. Por la crisis petrolera, la incertidumbre internacional y la alta inflación, existe más demanda de energía eólica. Sin embargo, las generadoras ya no tienen rentabilidad

El 2020 fue el año con más instalación de aspas gigantes de toda la historia. Además, las previsiones de cara a los próximos años destacan como muy venturosas solamente a las energías eólicas marinas.

Pero en el marco de WindEurope, la mayor feria de las renovables del viejo continente, los fabricantes de molinos de viento lucieron desalentados. La incertidumbre geopolítica generada por la invasión de Rusia a Ucrania combinada con la alta inflación mundial afecta la actividad.

La empresa danesa Vestas, dedicada a la fabricación de aerogeneradores, ha perdido en los primeros nueve meses más de mil millones de euros. En el mismo período de 2021, esta misma compañía había registrado un beneficio neto de 130 millones de euros.

¿Qué fue lo que pasó?

Los sistemas de fijación del precio de cada MW mediante subastas se han vuelto prácticas comunes en todo el mundo. Estos mecanismos consisten en pujas a la baja por la venta de energía. Anteriormente, lo habitual era la retribución a través de una prima que permitiera un pago razonable por la electricidad vertida a la red.

Según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables, los pagos a los molinos onshore (en tierra) cayeron un 60% en la última década. En los casos offshore (dentro del mar), la disminución fue un poco menor: un 50%.

Al derrumbarse la retribución final, quedó resentida toda la cadena de suministros desde su inicio. Actualmente, hace falta erigir estructuras cada vez más colosales en cuanto a altura para que las ecuaciones económicas tengan números positivos.

A pesar del penoso cuadro trazado, los pronósticos para el próximo lustro son inmejorables: se prevé que las eólicas triplicarán sus guarismos actuales, ya que se superaría pronto el actual cuello de botella.

Mientras tanto, en Argentina, la explotación está poco menos que virgen. Las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego conforman uno de los cinco parques de vientos más importantes del planeta.

Consultados por Carbono.news, desde la Asociación Argentina de Energía Eólica respondieron: "Nuestro país cuenta con los recursos tecnológicos necesarios para la fabricación de los equipamientos y la instalación de los parques. Contamos con pasillos y corredores, con corrientes constantes. Nuestra capacidad está sub-aprovechada. Tenemos un potencial de generación superior a los 2000 Gigavatios (GW), lo que equivale a más de 60 veces el actual consumo eléctrico total del país. Existen decenas de emprendimientos económicamente viables que aguardan un buen financiamiento local o internacional"

Fuente: Energía y Negocios

Cada día, el viento que desperdiciamos es dinero que dejamos de percibir. No ocurre lo mismo con el petróleo o el gas, ya que el oro negro y el fluido quedan atrapados bajo la tierra esperando su extracción.

Somos aún un gigante dormido.

Fuente: Energía y Negocios

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