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Leonardo DiCaprio, desde Global Fishing Watch, ayuda a custodiar el Atlántico sur ¿Qué hacen nuestras prefecturas navales?

Actualmente, cualquier persona con conexión a Internet puede comprobar de forma sencilla y gratuita dónde se hallan los buques pesqueros y rastrear cada una de las rutas que toman las naves.

Hace poco más de 20 años, el prestigioso ecólogo Boris Worm se atrevió (en un artículo publicado en la revista Science) a poner una fecha de caducidad a la pesca de altura: el año 2048. Esa "deadline" se acerca peligrosamente y la industria de un sector tan estratégico no parece mostrar interés ante semejante advertencia.

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El científico anunciaba que casi el 30% de las especies marinas ya no existe en nuestros mares y que la tendencia a largo plazo deja bien claro que en un cuarto de siglo quedará poco o nada que extraer desde los océanos. Una de las iniciativas más interesantes para detener este accionar suicida fue la creación de Global Fishing Watch, una original iniciativa que tiene cuatro grandes socios:

  • Oceana, una organización internacional dedicada a la protección y la recuperación de los océanos;

  • SkyTruth, que reúne expertos en utilizar tecnología por satélite para proteger el medio ambiente;

  • Google, que proporciona las herramientas necesarias para el procesamiento de la big data.

  • Leonardo DiCaprio, quien ayuda a financiar y visibilizar la costosa plataforma digital

¿Qué hace concretamente GFW?

GFW geolocaliza más de 70.000 barcos en todo el mundo para luchar contra la pesca ilegal. Este proyecto tecnológico está dejando al descubierto día tras día la huella de la pesca ilegal a nivel mundial y, particularmente, lo que está ocurriendo en el Atlántico Sur. Leonardo DiCaprio ha asegurado en sus redes sociales oficiales que se trata de la única manera de reconstruir las pesquerías y proteger los hábitats marinos críticos.

Consultado por Carbono.news, el investigador de pesca marina Roberto Maturana expresó: "Mientras los dirigentes políticos latinoamericanos se dedican a hacer negocios millonarios con la pesca, en nuestro continente debemos seguir el derrotero de la flota china gracias a DiCaprio. Si no fuera por este actor de Hollywood, no nos enteraríamos de lo que pasa cerca de las costas de Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Los dirigentes de los distintos gobiernos locales tienen los mismos datos gracias a sus propios satélites, pero han decidido mirar para otro lado. No tenemos un problema tecnológico, sino político".

El ex oficial de la marina mercante sostuvo además: "Uno de los casos más emblemáticos es el del Puerto de Montevideo. Como los barcos de la República Popular China necesitan certificaciones sobre lo que hacen más allá de las 200 millas protegidas, es Uruguay quien se encarga de firmar las controvertidas planillas de captura. De esa forma, quedan blanqueados ante el mercado internacional los frutos del mar que a menudo recogen con redes ilegales en caladeros prohibidos".

El presidente charrúa Luis Lacalle Pou intenta, desde hace varios meses, formalizar un acuerdo bilateral de libre comercio con la República Popular China a pesar de las asimetrías poblacionales existentes: 1350 millones de habitantes contra apenas tres millones.

En las instalaciones de Montevideo, se reciben hasta 23 buques congeladores asiáticos por año, casi dos por mes. Esto los convierte en el segundo fondeadero más importante del mundo de este tipo de gigantes enfriadores.

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Los "piratas del siglo XXI" esquivan autorizaciones y reglas internacionales. Destruyen economías y biodiversidad. Ponen en riesgo la fauna marina y el sustento futuro de millones de personas.

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