Energía
Crisis energética

Por la invasión de Rusia a Ucrania, Europa se prepara para un invierno a oscuras y con poca calefacción

La crisis energética que ya genera en Europa la restricción de gas barato que proveía Moscú está llevando a instrumentar políticas de fuertes subsidios directos a las familias de bajos recursos

Por las bajas temperaturas, los hogares europeos deberán afrontar en pocas semanas facturas de gas de 500 a 1000 euros mensuales. Los gobiernos nacionales se alistan para enfrentar un invierno muy duro con un creciente malestar social, después de atravesar una prolongada pandemia.

La Comisión Europea está tratando de mitigar la escasez energética y por ello aprobó un ahorro del 15% a partir de agosto. Se establecieron límites a las temperaturas máximas de los aires acondicionados, un apagón de las vidrieras de los comercios de cada ciudad y el corte del agua caliente en los edificios públicos.

El gobierno de Olaf Scholz, en Alemania, discute gravar la renta inesperada de las energéticas y relajar los límites autoimpuestos por Berlín para endeudarse. Pero, además de costosa, la energía se tornará muy escasa.

Llenar los zeppelins de manera urgente

La Unión Europea ha dicho que se está acercando a la meta del 80% de gas almacenado para hacer frente a los meses invernales. Tuvieron que asignar nada menos que 50 mil millones de euros para este fin. Esta cifra supone diez veces más dinero que los fondos destinados usualmente para garantizar la demanda de KW domiciliarios, comerciales e industriales.

Para los países más dependientes del gas ruso, como Alemania, llegar a ese 80% es crucial para asegurar la calefacción de los hogares y la actividad en las ramas que más consumen energía, como la metalúrgica.

Asimismo, se ha incrementado la compra de gas natural licuado (GNL), que llega en barco. También, se ha reemplazado el gas por el carbón para que las centrales eléctricas sigan funcionando.

Mientras dure el conflicto desatado por Vladimir Putin en Ucrania, abandonarán en buena medida la bandera de fuentes limpias y renovables.

Consultada por Carbono.news, la periodista argentina Susana Pozzi, residente en Neustadt, Alemania, reveló: "en el invierno venidero, la ducha personal deberá durar un par de minutos y nadie podrá usar más de 100 litros de agua al día. No se podrán regar las plantas y jardines. Tampoco, llenar las piscinas o lavar los autos en la calle. El gobierno ha generado numerosas campañas de concientización por medios de comunicación y redes sociales. En el caso de Berlín, ya se han dejado de iluminar unos 200 edificios históricos para ahorrar ante el riesgo de desabastecimiento total. La ciudad más visitada del país luce en semi penumbras cada noche. El costo de la electricidad puede llegar a triplicarse a nivel domiciliario".

En este marco, la ministra germana de Exteriores, Annalena Baerbock, advirtió que los empresarios están alarmados por la posibilidad de revueltas populares si la crisis sigue afectando los ingresos de los ciudadanos comunes".

En el viejo continente, se estima que un hogar promedio destinará en 2023 un total anual de 5000 euros para afrontar el servicio energético, cuando antes de la guerra necesitaban 2000 euro para pagar este mismo tipo de servicio.

Mirá también: Hola guerra, ¿chau transición energética?: Alemania decide invertir en su ejército por sobre las renovables

Esta nota habla de: