Metro de Londres: inauguran línea subterránea que costó 25 mil millones de dólares
Es uno de los ferrocarriles digitales más complejos del mundo, incluye tecnología y diseño pioneros y ayudará a la creación de empleos y oportunidades comerciales: 1,5 millones de personas más estarán a 45 minutos de viaje de los principales centros de empleo, lo que significa un aporte de 42.000 millones de libras a la economía del Reino Unido.
El London Underground es una red de transporte público ferroviario que mezcla trenes subterráneos y de superficie. Es el sistema bajo tierra más antiguo del mundo, ya que se remonta al año 1863. Actualmente, supera los 400 kilómetros de extensión y cuenta con 274 estaciones por las que circulan a diario más de tres millones de pasajeros. Es la segunda red de metro más extensa del mundo (después de Shanghái) y la primera de toda Europa.
Los londinenses lo llaman de una manera más familiar: "the tube", debido a la forma tubular de sus túneles.
Luego de varios años de espera, esta semana, se inauguró un nuevo servicio: Elizabeth Line, cuyo nombre representa un homenaje a los setenta años de reinado de Isabel II. La última vez que se registró una expansión de esta escala fue en 1969, cuando se puso en marcha Victoria Line.
Grandes multitudes de viajeros y lugareños se dieron cita para ser los primeros pasajeros de las nuevas unidades que partieron desde la estación de Paddington, en el Oeste.
El flamante trazado reducirá drásticamente los tiempos de viaje. Se trata del mayor aumento en la capacidad ferroviaria de una megalópolis a menudo congestionada por un tránsito enloquecedor. Cuando esté completamente abierto, agregará alrededor de un 10% más de capacidad a la red ferroviaria del centro de Londres.
Los especialistas en urbanismo definieron los trabajos como la mayor construcción de infraestructura del presente siglo. Es una maravilla de la ingeniería, ya que se debieron sortear millones de peligros tras excavar alrededor de tuberías de alcantarillado, cimientos de edificios y cementerios antiguos.
Durante la pandemia y en medio de una estricta cuarentena, surgieron detractores que sostenían que el home office y las nuevas formas de trabajo tornaban inútil semejante esfuerzo.
Sin embargo, con el retorno a la normalidad, quedó claro que Elizabeth Line (y el resto de la docena de alternativas) es vital para un conglomerado que recibe cada día a seis o siete millones de personas que viven en las afueras de Londres debido a que las propiedades de los barrios céntricos tienen precios prohibitivos.
Trenes más confortables que los autos
Las formaciones ofrecen espaciosos vagones con aire acondicionado y calefacción, asientos forrados en tela, una estética moderna, estaciones ventiladas y convoyes silenciosos que contrastan con las ruidosas y atestadas calles.
Consultada por Carbono.news, la periodista Gabriela Albernaz, residente en Londres, explicó: "Hoy en día, ya es muy caro ingresar y los lugares para estacionar las unidades privadas son escasos y onerosos. La gente ya no usa el auto para venir a la ciudad. Solamente los aprovechan los fines de semana para pasear por las afueras o moverse hacia otras regiones. En los últimos años, hubo cambios en los atuendos de los londinenses. Ahora, la mayoría de quienes transitan la ciudad lo hacen con zapatillas o zapatos con suela de goma debido a que las distancias que recorren a pie son cada vez más extensas".
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Más comodidad y menos elegancia. Más mochilas y menos maletines o carteras. El trabajador del siglo XXI se mueve con la soltura y desenfado de un turista por las calles de su propia ciudad.
Buenos Aires fue la pionera pero quedó rezagada
La Reina del Plata tuvo la primera línea férrea bajo tierra de toda Iberoamérica. El primer recorrido, la línea A, arrancó en 1913, desde Plaza de Mayo hasta el barrio de Once. Al año siguiente, arribó hasta Caballito, a la estación Primera Junta. Sin embargo, desde hace ya varios años, no logra extender su red a pesar de varias promesas electorales.
El colmo de la ineficiencia lo vive la línea más nueva, la H. Está frenada desde hace doce años en la Estación Hospitales y no puede concretar su cruce con el FFCC Belgrano Sur a la altura de la avenida Sáenz, en Pompeya. Se trata de una combinación estratégica, ya que los dos millones de habitantes de la Matanza podrían combinar tren y subte en las profundidades.
Si se hubieran cumplido los compromisos de las distintas fuerzas políticas que gobernaron la ciudad, hoy los porteños tendrían al menos tres nuevos trazados:
línea F: Ciudad Universitaria-Barracas
línea G: Villa del Parque-Retiro
línea I: Emilio Mitre-Plaza Italia
Si a estos sueños se les sumaran la construcción de un tren rápido a Ezeiza para conectar con el aeropuerto internacional, Buenos Aires se convertiría en la ciudad más moderna de toda Latinoamérica.