Ambiente y naturaleza
Masacre

"El hombre debe derrotar a la naturaleza": la irracional campaña china contra los gorriones que derivó en una fenomenal hambruna

La campaña de exterminio de estas aves llevada a cabo por Mao para salvar las cosechas condujo, paradójicamente, a la muerte de 15 millones de personas por inanición.

El exterminio de gorriones en la República Popular China se produjo a finales de la década del cincuenta del siglo pasado y obedeció a una decisión política del presidente Mao Zedong en el marco de la denominada "Campaña contra las cuatro plagas" que formaba parte de un programa más amplio para potenciar la agricultura llamado "Un salto hacia adelante". La iniciativa se basaba en la idea de que toneladas de granos eran devorados por gorriones y que, por eso, había padecimiento alimentario de amplias capas de la población. Debido a esta curiosa manera de pensar, estas aves quedaron prácticamente extinguidas de la gigantesca nación. Se exterminaron más de 1000 millones de ejemplares.

Esta campaña tuvo por consecuencia no solo la muerte de las aves, sino que al romper el equilibrio ecológico, la RPCh pronto sufrió en sus campos la aparición de plagas de insectos, como la langosta, que asolaron los cultivos y terminaron detonando en buena medida la Gran Hambruna que se llevó la vida de millones de personas.

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El propio Mao reconoció su error y tuvo que pedirle al premier soviético Nikita Jrushov que la Unión Soviética le proveyera de pájaros para frenar los insectos.

El gran "Salto hacia Adelante" fue un "Salto al Vacío"

Mao creía que podía suplir y compensar la escasa industrialización de su país recurriendo a la movilización de una masiva mano de obra local. El comunismo, en general, pensaba que todos los inconvenientes se podrían solucionar gracias a la voluntad humana. Por eso, imaginaron que tendrían grandes cosechas a futuro si lograban matar todos los ratones, moscas, mosquitos y gorriones posibles. Estos últimos, supuestamente, eran los responsables de atacar el grano ya almacenado.

Según palabras del propio Zedong: "Los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario".

Consultado por Carbono.news, Gabriel Romero, representante del Centro De Observación Aves de Argentina, explicó: "Los campesinos chinos hacían ruido de manera constante para que los gorriones no se posaran y de esa forma murieran por cansancio. Me imagino que es una práctica que solamente pueden desarrollar los orientales. Aquí, nos agotaríamos primero los humanos. Ellos golpeaban sin cesar ollas y sartenes hasta que las aves cayeran muertas. La campaña nacional estuvo a punto de aniquilar por completo los gorriones".

Los vecinos de Corea del Norte se entusiasmaron con la jugada de Mao y lanzaron su propio "Plan Trianual de Eliminación de los Gorriones". Pero, debido a los fatídicos resultados del programa maoísta, la operación coreana fue inmediatamente abolida y jamás llegaron a implementarla.

Los líderes comunistas asiáticos desdeñaron todas las advertencias de los biólogos e ingenieros agropecuarios. Se ciñeron a la consigna "El hombre debe derrotar a la naturaleza". Actualmente, aún se cuelgan en las universidades de agricultura de China carteles contra las cuatro plagas. Sin embargo, si bien se mantienen las batallas contra moscas, mosquitos y ratones, se han reemplazado los gorriones por las repugnantes cucarachas.

El aprendizaje fue tan tremendo que las nuevas leyes del Dragón llegan a castigar severamente a los cazadores que maten o vendan gorriones en los mercados ilegales.

Mao no entendía prácticamente nada sobre animales. Tampoco quería discutir su plan con expertos. Simplemente, decidió y ejecutó una movida completamente irracional.

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