¿Qué son los perfumes ecológicos y en qué se diferencian de los convencionales?
El secreto está en la trazabilidad del producto: ¿sabemos realmente qué nos estamos poniendo en el cuerpo?
Una de las mayores razones por las cuales las empresas se están reconvirtiendo no es por tomar conciencia, sino por el pedido de los consumidores de comprar productos más sostenibles. Comer alimentos sanos y usar productos de higiene y cosmética sostenible forman parte del cambio cultural de este siglo. En este conjunto de elementos, aparece uno que nos acompaña a todos: el perfume.
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Se estima que la humanidad los produce y utiliza desde hace milenios para distintas actividades, como ritos religiosos. Hoy, la mayoría de las personas los usan diariamente, pero... ¿sabemos realmente de qué están hechos?
Sólidos vs líquidos
Paula Bernardi de la empresa sustentable MIES Cosméticos Gourmet que fabrica productos veganos, cruelty free (sin testear en animales) y artesanales; y los vende de forma online, en sus locales de CABA, Neuquén, Mendoza y Salta -entre otras provincias-, y en comercios adheridos. Sus envíos llegan a todo el país. Además, cuenta con su propio laboratorio certificado por la ANMAT.
MIES elabora perfumes sólidos. "Al tener una base sólida tiene varias ventajas. Los perfumes líquidos, en especial los más económicos, suelen tener bastante alcohol que además de secar la piel, a algunas personas les produce alergia, entonces cuando uno quiere consumir perfume más accesible tiene esa desventaja", dijo a Carbono.news Bernardi, y continuó:
"El líquido se evapora mucho más rápido que el sólido que, al tener una base cremosa, dura más en la piel. Poniéndose el perfume sólido en la mañana, al llegar la noche todavía perdura en tu piel. Así, estás accediendo a una calidad similar de uno importado a un precio muchísimo menor".
Actualmente un perfume sólido de MIES cuesta $1075 (pesos) y tiene cuatro variedades: Exótica, Magna, Ohana y Se+ que tienen distintos y exquisitos aromas.
Pero el precio solo es una más de las bondades de este perfume. "El sólido dura más por su base cremosa, no tiene alcohol, es cruelty free -no testea animales-, es vegano, no contiene ningún derivado animal. En un momento tenía cera de abejas, pero eso lo suprimimos. En cuanto a lo orgánico, no todas las esencias que componen la fragancia lo son", señaló.
Y agregó: "Está hecho artesanalmente y además es ecológico por su envase que es minimalista. Muchas veces el envase de los líquidos es tan lindo e importante que tal vez estás pagando más ese envase que tirás que el contenido, o también todo el marketing que va por detrás de una fragancia de esa envergadura. El nuestro ocupa poco lugar porque es concentrado. No se te va a romper, ni te va a arruinar la ropa. Se puede llevar en la cartera".
El proceso para fabricar uno de estos perfumes no es nada sencillo. "Un perfume puede llevar entre uno o dos años entre testeos y pruebas de distintas combinaciones para que salga a la calle. Además, se piensa a quién va dirigido. Es bastante laborioso", explicó la empresaria.
Para obtener la fragancia les dicen a sus distintos proveedores perfumistas las "notas" que quieren que tenga el aroma y, así, los expertos les presentan distintas muestras para que elijan. Las fragancias están compuestas por varios elementos de la naturaleza, como flores de lavanda y de rosas.
Cada fragancia se mezcla con mantecas para solidificar el perfume con distintos ingredientes que lo hacen consistente para que no se derrita fácilmente. Se hace en el laboratorio. No necesita conservantes porque "no se echa a perder". "Le ponemos el vencimiento solo la regulación te lo exige. A diferencia del líquido, no toma un olor fuerte diferente", aclaró.
MIES es el apellido del arquitecto que creó la frase: "Menos es más". "Menos empaque, más calidad en el producto, que la estrella sea el producto no el envase. El envoltorio muchas veces engaña", explicó Bernardi.
El secreto, la trazabilidad del producto
Felipe Schumansky es químico y especialista en fragancias para perfumes. Es el dueño de la empresa Corechem S.R.L. que se encarga de vender materias primas para cosmética y farmacia, y una de las líneas que maneja es la venta de fragancias propias y traídas del exterior. Es una de las proveedoras de MIES.
Sobre la trazabilidad de los perfumes, es decir, el camino de toda su producción, la parte que le toca a esta empresa es la de preparar las esencias. Se trata de sustancias aceitosas que contienen una composición de esencias naturales o artificiales, y que en general se venden en estado líquido.
En contacto con Carbono.news, Schumansky opinó sobre la ventaja de los sólidos: "Cuando uno dosifica con alcohol (en los líquidos) una parte queda en el aire".
Además, destacó que el mercado intenta ser cada vez más amigable con el ambiente: "Hay que atenerse a las reglas estrictas de la Perfumista Internacional, las normas IPRA, que dice el porcentaje que se debe usar de cada materia prima. También dice si no se puede usar más determinada materia prima porque se descubrió que es alergénica o que daña al ambiente".
En esta línea, destacó que se trata de sustituir la mayor parte de los derivados animales por la crueldad animal. "Antes había productos que se extraían de glándulas sexuales animales", detalló.
Sin embargo, aclaró: "El límite lo pone uno. Hay derivados de la miel de abeja y de la grasa que recubre a la lana de las ovejas al ser esquiladas. ¿Eso es crueldad animal? Para los veganos sí, para otros no".
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Por eso, Schumansky aclaró la importancia de leer las etiquetas para saber el proceso: "Si uno compra aceite esencial de lavanda, para hacer un kilo de ese aceite, se necesitan 2000 kilos de flores de lavanda. Pero esas flores para llegar a ser el aceite esencial deben ser maceradas con alcohol y otras cosas, y a lo mejor una de ellas viene del reino animal. Puede ser grasa de cerdo para fijar el aroma y luego se elimina".
Por último, está el tema de las fragancias orgánicas. En este punto, el químico explicó que para que sean orgánicas los cultivos no tienen que ser fumigados con agroquímicos, pero aclaró que ese tipo de aceites puede multiplicar el valor del perfume hasta 10 veces. En su compañía, cuentan también con esencias de este tipo.
"Las grandes compañías como Unilever y L'Oréal tienen catalogados a los consumidores "conscientes", los que están preocupados por el planeta y por eso, tienen entre un 10 y un 15% de productos orgánicos. Hace 20 años conformaban un 5%, así que esa preocupación viene creciendo, pero aún no en la mayoría del mercado", concluyó.