Erupciones en La Palma: ¿podrían ayudar a enfriar el planeta?
Luego de ver las impactantes imágenes del volcán en acción, hubo quienes pensaron en la posibilidad de que la lava expulsada colabore en la reducción de la temperatura terrestre. La palabra de los expertos.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte sobre las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global en 1,5° centígrados en las próximas décadas y advierte que "a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala", limitar esta suba será "un objetivo inalcanzable".
En tal sentido, interpela a los ciudadanos, las industrias y particularmente a los gobiernos a tomar medidas urgentes para solucionar el problema y así evitar las dramáticas consecuencias.
En medio de esta discusión, un evento natural como la erupción volcánica en La Palma en las españolas Islas Canarias copó la agenda mediática de todo el mundo. Las increíbles imágenes de la lava caliente descendiendo, arrasando con viviendas hasta llegar al mar, recorrieron los medios de comunicación alarmando a todos los televidentes por los habitantes de la zona.
Sobre este asunto, no solo hubo preocupación por los efectos económicos del suceso, sino que algunos medios de comunicación se pusieron a debatir si los volcanes pueden enfriar el planeta o no. Considerando que las estimaciones indican que existen más de 1300 volcanes activos en la superficie de la Tierra, la idea suena, en principio, alentadora.
Revisar la historia en busca de ejemplos concretos
En este proceso, hacer una revisión sobre otras erupciones históricas y sus efectos se vuelve imprescindible para poder analizar si esta idea podría ser real o no.Uno de los fenómenos cercanos masivamente recordado es el de la erupción del volcán Pinatubo de Filipinas en 1991 que fue considerado como la segunda erupción más violenta del siglo XX.
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Al respecto, un estudio de los investigadores John Church, Neil White y Julie M. Arblaster publicado en la revista Nature en 2005 llamado "Impacto significativo a escala decenal de las erupciones volcánicas en el nivel del mar y el contenido de calor del océano" indica que "los aerosoles (cristales formados por el gas que emanan los volcanes) inyectados en la estratósfera durante las erupciones volcánicas dispersan la radiación solar entrante y provocan un enfriamiento rápido de la atmósfera", aunque también generan "una reducción de las precipitaciones así como otros cambios en el sistema climático".
A priori estos datos podrían parecer positivos luego del informe del IPCC, pero lo cierto es que hay que analizarlos. En tal sentido, el geólogo dedicado a la volcanología de la Universidad Nacional de Río Negro e investigador del Conicet, Alberto Caselli, dijo a Carbono News que si bien durante la erupción del Pinatubo se "bajó un grado la temperatura", esto no pareciera ser la solución al grave problema que enfrenta el mundo.
"Lo que pasó es que las cenizas y fundamentalmente el gas traspasaron la troposfera y fueron a la estratósfera. Allí ese gas se convierte en gotas de ácido sulfúrico por la humedad y después forma cristales que es lo que denominamos aerosoles", indicó. "Esta nube lo que hace es que provoca que la luz solar rebote, no pase completamente y por lo tanto no llegue la energía solar a la superficie", añadió.
Ante todo, cautela
Por su parte, Pablo Forte, geólogo, especializado en volcanología e investigador en el Instituto de Estudios Andinos don Pablo Groeber (IDEAN) dependiente de la Universidad de Buenos Aires y del CONICET, sugirió ser cautelosos en este asunto.
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Forte explicó a Carbono News que "los volcanes pueden generar perturbaciones y cambios en la atmósfera que pueden repercutir en variaciones climáticas de diversa escala", pero insistió en que el asunto es muy complejo.
Por un lado, comentó que estos fenómenos pueden generar un efecto de enfriamiento en la tierra por sus emisiones. "Un volcán puede inyectar en la atmósfera tanto partículas sólidas, cenizas, agua, y gases, de los cuales destacan el nitrógeno y el dióxido de carbono. A estos se les suma el dióxido de azufre (SO2) y a veces también sulfuro de hidrógeno (H2S)". Y añadió: "Está estudiado que estas especias sulfurosas, el dióxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno, podrían generar efectos y variaciones climáticas. Al reaccionar con el agua presente en la atmósfera, se forma ácido sulfúrico H2SO4 en una escala de tiempo de semanas, y el resultado son aerosoles de sulfato que afectan la radiación solar, ocasionando, en términos generales, un efecto de enfriamiento de la superficie terrestre", agregó.
Sin embargo, también sostuvo que entre las variaciones climáticas que podría provocar un volcán, se encuentra la de generar inviernos más cálidos en determinadas regiones del planeta.
No hay dudas: la acción humana sigue siendo clave en la lucha contra el cambio climático
Para que suceda un enfriamiento considerable, debería haber erupciones mucho mayores a las de La Palma. No obstante, aunque las hubiera, no se espera que produzcan cambios sustanciales en el clima ya que esta baja de temperatura es de corto plazo.
"Dura poco tiempo porque esas partículas desaparecen", señaló Caselli. Por su parte, Forte coincidió y agregó que "estos efectos pueden tener una duración de algunos años, dos o tres aproximadamente, luego de una erupción".
Asimismo, el geólogo de la Universidad Nacional de Río Negro señaló que un enfriamiento abrupto también conllevaría efectos indeseados como crisis económicas al afecta los cultivos por el cambio de la temperatura media. Incluso, su par investigador de IDEAN, sumó: "La presencia de aerosoles de azufre en los niveles bajos de la atmósfera puede dar lugar a lo que conocemos como lluvia ácida".
Por lo tanto, ambos especialistas destacaron que las variaciones climáticas son un proceso natural y que han ocurrido a lo largo de toda la historia, "modelando y dándole forma al planeta que hoy habitamos". Tan normal es que "se estima que 50 volcanes están en erupción en todo el planeta" por estos momentos, aclararon.
En conclusión, aunque es cierto que el efecto de las grandes erupciones pueden modificar las condiciones climáticas, este es muy corto en el tiempo. Por lo que este fenómeno natural no es suficiente para combatir el cambio climático. De tal manera y como advierte el IPCC, si bien algunas consecuencias son irreversibles, "las acciones humanas todavía pueden determinar el curso futuro del clima".