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El 40% de los alimentos que se cultivan terminan en la basura

El desperdicio suma 1,2 millones de toneladas y supone el 16% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola.

Un nuevo informe revela que durante y después de la cosecha se pierden alrededor de 1200 millones de toneladas de alimentos. A esta cifra hay que sumar el desperdicio posterior, por lo que la pérdida total de alimentos superarían los 2.5 millones de toneladas, lo que equivale a un 40% del total de alimentos producidos. Hasta el momento se pensaba que la cifra de desperdicio estaba cercana al 33%, sin embargo, según el último análisis realizado este número sería mayor.

Durante y después de la cosecha se pierden alrededor de 1200 millones de toneladas de alimentos (Foto: Pixabay)

Según el reporte elaborado por WWF y Tesco, muy en contra de lo que se suele pensar, a pesar de que los países de ingresos altos tienen una mayor mecanización en las granjas, contribuyen con el 58% de la pérdida de cosecha mundial (368 millones de toneladas). En comparación, los países de bajos ingresos tienen una participación del 54% en las pérdidas mundiales posteriores a la cosecha en las granjas (291 millones de toneladas). Estos alimentos perdidos y desperdiciados suponen el 10% de los gases de efecto invernadero. "Esto equivale a casi el doble de las emisiones producidas por todos los automóviles conducidos en los Estados Unidos y Europa en un año", dice WWF en el comunicado de prensa.

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Para producir las 1200 millones de toneladas que se pierden se utilizan 4.4 millones de km² de tierras agrícolas y 760 km³ de agua. Lo que equivale a una extensión de terreno más grande que el subcontinente indio y un volumen de agua similar a 304 millones de piscinas olímpicas.

Esta laguna se debe a la dificultad para medir la pérdida de alimentos en la fase de la granja, particularmente lo que no se cosecha por distintas razones. Hasta el momento se le había dado más prioridad al desperdicio postventa.

"Las intervenciones en el pasado han tendido a centrarse en soluciones técnicas, abordando problemas con la tecnología agrícola o el almacenamiento, ignorando en gran medida los factores socioeconómicos y de mercado que dan forma al sistema agrícola", dicen en el informe.

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Según se detalla en el reporte, algunas de las razones que explican este desperdicio están relacionadas con las estructuras de mercado actuales, las cuales favorecen más a los mercados que a los agricultores. También estos mercados separan a los agricultores del mercado final, lo que perjudica a los agricultores para tomar decisiones en torno a la infraestructura, el tiempo de siembra, el volumen, todo ello influye en el desperdicio de cultivos. Además, proponen que los gobiernos nacionales apoyen más a los cultivos destinados al consumo interno que a los productos para la exportación.

Recolección de manzanas (Foto: Pixabay)

Por su parte, menos del 6% de los signatarios del Acuerdo de París han incluido en sus planes nacionales la pérdida y el desperdicio. La mayoría de estos planes provienen de naciones africanas y abordan las pérdidas ocasionadas después de la cosecha.

"La pérdida de alimentos en las granjas debe ocupar una posición más alta en las agendas políticas en forma de objetivos de reducción del desperdicio de alimentos legalmente vinculantes, políticas que protejan a los agricultores de prácticas comerciales desleales, inversión en infraestructura, I+D y capacitación, y leyes de pesca y bienestar animal más fuertes que reduzcan volumen de residuos en la producción ganadera y pesquera", dicen en el reporte.

Lilly Da Gama, Gerente del Programa de Pérdida y Desperdicio de Alimentos de WWF-Reino Unido, una de los autores del informe, dice: "Este informe deja en claro que proporcionar acceso a tecnología y capacitación en las granjas no es suficiente; las decisiones que las empresas y los gobiernos toman más adelante en la cadena de suministro tienen un impacto significativo en los niveles de alimentos perdidos o desperdiciados en las granjas".

Y agrega: "Para lograr una reducción significativa, los gobiernos y los actores del mercado deben tomar medidas que apoyen a los agricultores de todo el mundo y comprometerse a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro. Las políticas actuales no son lo suficientemente ambiciosas".

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