Plantan "montes frutales" para generar más alimentos en la Ciudad de Buenos Aires
"Lo que buscamos es la soberanía alimentaria", dijo a Carbono News Agustín Reus, huertista e integrante del Colectivo Reciclador.
Desde esta semana, la Ciudad de Buenos Aires tiene dos nuevos montes frutales. Activistas del Colectivo Reciclador, junto a un grupo de vecinos, los inauguraron en Plaza Garay (Solís y avenida Garay), en Constitución, y el segundo en un parque, en Caseros y Bernardo de Yrigoyen. El objetivo es producir alimento accesible para cualquier persona en los próximos años. "Lo que buscamos es la soberanía alimentaria", dijo a Carbono News el huertista e integrante del movimiento, Agustín Reus.
El Colectivo Reciclador trabajó de la mano de vecinos de la Comuna 1 (Retiro, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución).
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Hasta ahora, el colectivo plantó cinco especies de frutales (paltos, cítricos, manzanos, guayabos y nísperos) y una nativa (pezuña de vaca) para que haya un equilibrio. "Fue una actividad inédita. Participaron comuneros de ambos partidos (Frente de Todos y Juntos por el Cambio) y pusieron a disposición la cuadrilla de espacio verde. Se sumaron vecinos y vecinas y murgas del lugar. Estuvo cargada de emotividad ya que la Plaza Garay es una de las más antiguas", contó Reus.
El Colectivo se encargará a futuro de controlar el crecimiento de estos árboles y aseguró que, por ejemplo, en el caso de los paltos van a ser "bien manejados y a nadie se le va a caer en la cabeza ningún fruto", prometió. También, contó que eligieron sectores de la plaza que no son muy transitados.
"La Comuna 1 tiene una problemática de desarrollo social muy grave y tiene los barrios más populosos, por eso poder sembrar alimentos para la sociedad es muy beneficioso", explicó el huertista y continuó: "Si se destinara solo el 10% de los espacios verdes de la Ciudad a hacer montes frutales, las 500.000 personas que viven en la indigencia y la pobreza podrían, por ejemplo, comer una palta por día".
Los frutos, aseguran, estarán disponibles en un par de años. El árbol que más va a tardar en dar es el palto, que demora siete u ocho años. "La ciudad tiene un déficit de arbolado brutal. Hay que empezar a desarrollarla, con el foco en la sostenibilidad. La pandemia nos enseñó que necesitamos recreación en espacios verdes y qué mejor que pensar también en destinar un poquito de lugar a producir alimentos oportunos y disponibles para generaciones futuras", señaló el integrante del Colectivo Reciclador.
Déficit de árboles en CABA
De acuerdo con el Censo del arbolado urbano y de espacios verdes de la Ciudad 2017/2018, CABA tiene 431.326 árboles en sus 203 km2, y solamente el 1% de estos es frutal. "El 85% se encuentra ubicado en la vía pública lineal; los restantes se distribuyen entre parques, plazas y jardines", comunicaron desde el Colectivo.
Además, dijeron que hay diferencias entre la cantidad de árboles que hay por barrio: "Estos espacios ni siquiera están distribuidos equitativamente: hay comunas como la 1 (Retiro, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat, Constitución) con 18,5 metros por habitante (sumando la Reserva Ecológica) o la 14 (Palermo) que por sus bosques suma 13,8 metros. En cambio, otros barrios como Balvanera y San Cristóbal (comuna 3) o Boedo y Almagro (comuna 5) contabilizan apenas 0,4 metros y 0,2 metros por habitante respectivamente".
Según el estudio "Accesibilidad a espacios verdes en la CABA" de Fundación Bunge y Born (2020) 400.000 personas viven a más de 10 minutos del espacio verde más cercano, lo cual demuestra, según los indicadores de sustentabilidad de la Unión Europea, "la necesidad urgente de plantar y dar acceso a más espacios verdes para lograr mayor bienestar en la población", señalaron desde la organización.
"Los árboles frutales son una opción de alimento accesible para todos los vecinos", afirmaron, y marcaron que un estudio de la Universidad Técnica de Berlín investigó el grado de contaminación de las frutas y verduras con metales pesados en las zonas urbanas o en las calles concurridas y descubrió que "los frutales de las ciudades no presentan concentraciones de plomo y cadmio más grandes e incluso resultan significativamente más bajas que las detectadas en la fruta del supermercado", contaron desde el movimiento huertero.
Por un mundo sin hambre: un proyecto para incrementar las huertas
Carlos Briganti, el creador del colectivo "El reciclador - Sembrando techos", es famoso por haber convertido su terraza de 60 m2 del barrio porteño de Chacarita en una azotea verde donde, solo el invierno pasado, juntó entre 400 y 500 kilos de alimentos de hoja de su huerta.
Convencidos de que las huertas son base para la autonomía alimentaria, desde el Colectivo Reciclador promueven las "huertas urbanas en las veredas" de la ciudad para que los vecinos cosechen su propio alimento y composten sus restos orgánicos de forma comunitaria y barrial. Actualmente cuentan con cuatro composteras barriales de 200 litros que generan 130 kilos de compost cada cuatro meses. A comienzos de julio presentaron en la Legislatura porteña un proyecto para reglamentar la instalación de huertas en las veredas.
Además, este año crearon la escuela agroecológica "Las Margaritas", totalmente gratuita y abierta a la sociedad. Está ubicada en un espacio al aire libre de 300 metros cuadrados, cedido por una murga, en Solís al 1200. Actualmente, tienen 450 inscritos y las clases se dan los sábados de 10 a 16 horas.
El curso -para aprender a hacer una huerta- es cuatrimestral y tiene como invitados a referentes y actores políticos, como pasó con los comuneros. Agustín Reus detalló: "A los árboles los plantan las personas en su terraza o ventanas y, una vez que están más grandes, los traen a la escuela, terminan de desarrollarse y los ponemos a disposición del espacio público. Como la comuna dice que no tiene árboles para plantar y le pide donaciones a empresas, mejor que la propia sociedad los ponga a disposición de la comunidad".
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Que las personas puedan producir su propia comida es, para la organización, una de las soluciones para terminar con la pobreza: "Es un hecho: más del 40% de la población argentina pasa hambre. Desde el Colectivo Reciclador se promueve el derecho de acceder a una alimentación sana, libre y soberana y potenciar el rol de cada habitante de la ciudad como protagonista activo en generarla", informaron desde la organización.
"En un mundo donde 19 mil personas por día mueren de hambre y donde 1.500 millones de personas tienen sobrepeso y 500 millones obesidad, se hace fundamental empezar por la alimentación. Se necesitan solamente 10 metros cuadrados de tierra para que una persona produzca su alimento para vivir. Todo está al alcance para plantar verduras de estación y generar un cambio en el planeta", concluyeron.