¿Y la economía circular?: millones de prendas usadas contaminan el gran desierto chileno
Se estima que unas 60 mil toneladas anuales entran por la zona franca del puerto de Iquique para luego, utilizar Atacama como vertedero. Los desperdicios textiles pueden tardar hasta 200 años en desintegrarse por sus características típicas de una economía lineal.
La región de Atacama es considerada el lugar no polar más árido de la Tierra. Abarca una superficie de más de cien mil kilómetros cuadrados y es una zona casi fuera de controles humanos, ya que la vida allí es casi imposible. En estas grandes extensiones, apenas habitan 300 mil personas.
Desde hace varios años, el desolado paisaje arenoso cambió su fisonomía debido a millones de coloridas indumentarias desechadas que llegan desde todas partes del mundo. Chile es el primer importador de ropa usada en América Latina desde hace ya 40 años.
Se calcula que unas 60 mil toneladas anuales entran especialmente por la zona franca del puerto de Iquique, ubicada a 1.800 km al norte de Santiago. Esos desperdicios textiles pueden tardar hasta 200 años en desintegrarse, ya que las vestimentas no son biodegradables y portan productos químicos que las vuelven inaptas para determinados vertederos. Se trata de mercadería fabricada mayormente en China y comprada en grandes ciudades occidentales antes de ser desechada.
Consultado por Carbono News, Felipe Vicencio, periodista del Canal 13 trasandino, analizó: "El primer mundo descarta lo que ya no usa y Chile es uno de los puntos donde esos productos son receptados. Se trata de marcas desconocidas y también importantes marcas globales. Atacama es uno de los desiertos más grandes de Sudamérica y su ecosistema debería ser preservado de tamaña agresión".
Mirá también: Fast fashion: la industria de la indumentaria tiene que hacerse algunas preguntas
Por su parte, la periodista Ximena Planella, de la Televisión Nacional Chilena (TVN), fue la primera en viajar a la inhóspita zona del país vecino para denunciar lo que estaba ocurriendo: "Nosotros descubrimos con la cadena Mega el tema en 2015. Hice el primer reportaje denunciando este mar de pantalones, vestidos, zapatos y trajes. Vimos géneros nuevos y usados que allí se botan de manera masiva", dijo a este medio.
Mientras tanto, Cristian Carrasco, Director del Centro de Investigación de Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias de Iquique, reveló: "Todo queda oculto entre los cerros. Son zonas de muy difícil acceso. Casi no existen allí caminos. Algunas de las prendas plásticas y de polietileno podrían ser recicladas para generar futuros materiales de construcción. Se crearían ladrillos y productos de aislación térmica a partir de las vestimentas abandonadas. Hay que tener en cuenta que la cantidad de toneladas arrojadas es elevadísima".
Por su parte, el periodista chileno Alonso Corvalán, de Radio Bio Bio, agregó: a Carbono News: "Las fotos y videos ya son una problema para la imagen del país a nivel internacional. El tema se está visibilizando y ocupa los titulares de grandes cadenas de noticias a nivel mundial. En Chile, la ropa usada desde Estados Unidos es muy buscada. Cuando llegan los contenedores a Iquique, queda mucha ropa sin vender porque no es elegida. Como se trata de un puerto libre, esa mercadería no puede pasar por la Aduana Nacional y debe ser descartada en medio del desierto".
Además del impacto ambiental, la llamada "moda rápida" genera graves perjuicios sociales tales como empleados subcontratados, denuncias de empleo infantil, condiciones deplorables para producir en serie, etc.
Mirá también: Consejos para abandonar la muy contaminante "fast fashion" (que tal vez no sabías que estabas consumiendo)
Según un estudio de Naciones Unidas, la producción de ropa en el mundo se duplicó en las últimas dos décadas. Esta industria es la responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global, de acuerdo a este mismo trabajo de la ONU. Además, la fabricación de vestimenta y calzado genera el 8 % del total de los gases de efecto invernadero del planeta.