El primer barbijo sustentable y compostable ya está a la venta, pero no es nada barato
Sus creadores calculan que la mayoría de las mascarillas utilizadas en el mundo durante la pandemia terminarán en los océanos.
Una empresa llamada Geochanvre, de la Francia rural, inventó la primera máscara facial compostable de Europa para reducir las contaminación generada con los desechos plásticos durante la pandemia de coronavirus.
La mascarilla está hecha a base de cárcamo, tiene una cubierta de mezcla de maíz, para que sea cómoda, y una banda elástica reciclable.
Fue denominada la primera "máscara de consumo ecológica y ética". El modelo más económico que ofrecen en su tienda virtual cuesta 36 € (3200 pesos argentinos, sin sumar impuestos), mientras que en Europa un barbijo común de tela cuesta unos 5 €, y los descartables alrededor de 0,90 €.
El presidente de Geochanvre, Frédéric Roure, dijo a Reuters: ‘Es una herejía no prohibir los productos de polietileno, materiales que se envían a todos los rincones del mundo. Utilicé materiales agrícolas locales. Este es un producto natural y volverá al suelo'.
La mayoría de los consumidores de estos tapabocas provienen de Europa y Canadá. Ya se vendieron más de 1,5 millones.
El objetivo es reducir el impacto ambiental de las máscaras desechables que contienen plásticos como el polipropileno, que contamina el agua.
Además, pueden ser dañinas para la vida silvestre y ser confundidas con comida.
Según afirma la ONU, se espera que, alrededor del 75% de las máscaras usadas y otros desechos relacionados con la pandemia, terminen en vertederos o en el océano.