Solidaridad en medio del desastre en Corrientes: así trabajaron brigadistas y civiles para salvar el territorio
El efecto contagio marcó la diferencia y permitió dar fin a la pesadilla
Martín Fernández es un almacenero de Entre Ríos y una tarde, mientras tomaba mates y atendía el local junto a su esposa, advirtió en la televisión las imágenes de las llamas en Corrientes. Como experiencia, solo contaba con haber colaborado tiempo antes en unos focos de incendio en su provincia. En esa ocasión, había puesto a disposición su camioneta y adquirió un canasto para trasladar agua. Luego, compró una bomba y dejó listo el equipo "para cualquier eventualidad". Esta vez, se sintió movilizado frente a las imágenes y quiso ponerse a disposición de los brigadistas. Así fue que entró en contacto con periodistas locales y con el jefe de bomberos de San Miguel, Héctor Tosolini, para consultar cómo dar una mano.
En el cuartel de San Miguel no tenían vehículo. "Estaban atacando los incendios con una camioneta prestada y con mochilas, así que estaban complicados", contó el entrerriano a Carbono.news. Así fue como esa noche partió a la provincia vecina, se encontró con el intendente y, una vez listo, empezó su labor. "A las 9 estaba allá. Cuando llegué había un chico esperándome y me llevó con el intendente que quería conocerme. Fuimos a un departamento al lado de la plaza y ahí dejé mis cosas. En el cuartel, armamos el equipo y salimos a atacar incendios en diferentes lugares", recordó Martín. Con su Toyota, ingresaron a caminos arados y montes donde, en algunos casos, pasaban toda la noche trabajando.
"Eso fue un viernes y un lunes o martes llegó un chico de Corrientes capital, Rodrigo Olivera, que se había hecho eco de esta movida y apareció con su camioneta, le cargamos el otro equipo y ya éramos dos móviles. De ahí, empezó a llegar gente de Entre Ríos. La multiplicación fue terrible y el efecto contagio aún más", resaltó Fernández. Su acción solidaria y la disposición de su medio de transporte le valieron a Martín el mote de "el loco de la camioneta", un sobrenombre que le pusieron unos jóvenes lugareños que lo vieron trabajar y dedicarle tiempo a esas tierras que estaban siendo arrasadas por las llamas y que una tarde le ofrecieron bebida y una charla que "el loco" recuerda con emoción.
Durante tres meses los brigadistas combatieron los incendios sin parar
Los incendios en Corrientes dejaron una importante pérdida de flora y fauna nativa. De acuerdo al Tercer Informe Oficial emitido por el Grupo de Recursos Naturales del INTA, al 27 de febrero de 2022, la superficie afectada es de más de un millón de hectáreas, que corresponden al 12% del territorio provincial.
La terrible crisis que generó este evento provocó que los brigadistas trabajaran durante tres meses y se enfrentaran cara a cara con las llamas y la violencia de los incendios.
Quienes estuvieron allí durante todo ese tiempo, de forma incansable, fueron los bomberos; el personal de defensa civil y brigadistas de todo el país se pusieron a su disposición para sumar su granito de arena en los Esteros del Iberá y en cada pueblo de Corrientes.
En diálogo con Carbono.news, Bruno Lovison, subdirector de Defensa Civil de Corrientes, destacó que "la ayuda de las brigadas fue fundamental. Sumar 1.800 efectivos que intervinieron sobre el fuego con equipamiento, ayudó a combatir y efectivizar las labores de operación en terreno y colaboró, casi en un 50%, en el control de los incendios más grandes que tuvimos".
La colaboración de quienes llegaron a este lugar se canalizó a través del Comando de Operaciones de Emergencias (COE). Así, pudieron administrar los recursos humanos y técnicos y dividir tareas de forma tal que las 5.000 personas que estaban combatiendo, directa o indirectamente, lograron su objetivo. "Fue un desafío, pero se pudo lograr sin sobresaltos. Todas las operaciones terminaron con éxito", sostuvo Lovison.
Entre quienes se presentaron en el lugar, estuvieron los combatientes de incendios forestales de Mendoza, convocados por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. Diego Marti, Coordinador General del Plan Provincial Manejo del Fuego de esa provincia, contó a Carbono.news que, por las noches, "se hacía un briefing, una charla donde se asignaban los distintos puntos donde ir a trabajar". Aunque de ahí en más, el desarrollo dinámico que iba teniendo cada incendio causaba que se modificaran determinadas condiciones. Por fortuna, no hubo problemas en la coordinación y pudieron trabajar en conjunto.
Las jornadas comenzaban temprano cada mañana y trabajaban hasta entrada la tarde noche. "Con los incendios, no se estila parar a comer y se lleva una vianda seca. La tarea se extendía normalmente hasta las 18 o 19, pero tuvimos muchas situaciones donde se extendió más allá porque no daba la brecha para desatender un incendio en donde faltaba muy poco para controlarlo. En algunos casos, trabajamos hasta la medianoche", añadió el mendocino Marti. Y el correntino Lovison sumó: "Durante tres meses, prácticamente no tuvimos parate y trabajamos todos los días. Casi no hubo tiempo para la familia. Las demás actividades quedaron relegadas y nos abocamos directamente a la atención de las emergencias".
Los incendios marcaron un antes y un después
El agradecimiento con todos ellos: brigadistas, bomberos, personal especializado y todo argentino o argentina que colaboró de uno u otro modo, se hizo ver. Según Lovison, "hubo un antes y un después", porque si bien los bomberos son reconocidos en el mundo, esto dejó en evidencia la importancia y la entrega de su trabajo. Además de las enseñanzas a nivel personal, quedó en claro que "por más equipamiento y capacitación que se tenga, no se puede contra los efectos de la naturaleza".
Diego Marti reconoció a este medio que "siempre se aprende de estos eventos". Entre lo que se llevó de vuelta a Mendoza, destacó el haber estrechado vínculos con otros equipos de trabajo, el aprendizaje de "este incendio tan particular que tenía comportamientos extremos" y por supuesto "el reconocimiento de los lugareños".
¿La motivación? Variada. Para Diego Marti, "el compromiso con el trabajo", fundamentalmente. Aunque "si bien en las situaciones de combate las reglas son claras, hay mucho de la iniciativa personal para que el trabajo sea un éxito", agregó. El subdirector de Defensa Civil coincidió con su par y contó que la motivación estuvo en "el cumplimiento del deber".
"¿Qué me dejó?", se preguntó Martín Fernández. Y contestó: "El afecto de la gente. Corrientes es otro país, tiene su buena gente, sus códigos, la palabra, el apretón de manos, el abrazo. En lo personal, crecí mucho".
Actualmente, la situación está controlada. Después de las lluvias, ha habido focos menores, pero hay buena humedad en toda la provincia. "Eso no va a permitir que haya proliferación de nuevos incendios o incendios con características grandes", finalizó Lovison con la voz un poco más tranquila.