Pepe Mujica, el expresidente ecologista que "viaja liviano"
Su candidez y austeridad lo hicieron reconocido en todo el mundo.
El ex presidente de Uruguay José "Pepe" Mujica ha llamado la atención internacionalmente por su estilo de vida extremadamente austero. Desde hace años, vive en una granja propiedad de su esposa en las afueras de Montevideo.
Como primer mandatario nacional (2010-2015), declinó la posibilidad de ocupar la residencia presidencial de Suárez y Reyes, con todos sus lujos, donde han vivido líderes uruguayos desde 1947.
Aún hoy, Pepe continúa manejando un Volkswagen Escarabajo de 1987 como medio de transporte.
Ha donado durante varios años el 90 % de su sueldo de funcionario para destinar el dinero a proyectos sociales.
Junto a Lucía Topolansky, senadora, exvicepresidenta y esposa de Mujica, donaron cinco hectáreas y media de su predio a la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (Dinali) para la construcción de viviendas destinadas a ex convictos.
En un reciente documental sobre su vida dirigido por el realizador cinematográfico serbio Emir Kusturica, Pepe explicó algunas de las enseñanzas que le dejó la agricultura.
"Las flores son duras, tienen una dureza tierna. Son delicadas, se enferman, necesitan una agricultura inteligente. Las hojas te dicen 'me falta nitrógeno', según el color que adoptan. 'Me tienen que poner fósforo'. Nos obligan a la observación. Tenemos que enseñarles a los pobres el oficio de las flores, porque en este mundo todo crece. Siempre va a existir gente muy rica, si producen flores para venderles a los ricos les va a ir bien. Y, de paso, les sacan un poco de riqueza", expresó.
Pepe entabló una relación muy estrecha con las plantas durante los doce años de presidio y aislamiento casi total que soportó por haber participado del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros al que se integró en 1964.
"Está probado científicamente que los vegetales algo sienten. Hoy yo cultivo y vendo crisantemos. Son bastante caros pero hay que dedicarles mucho tiempo. Debemos limpiarlos y acondicionarlos de manera permanente".
Al fijar posición sobre la situación actual de la ecología planetaria, Mujica dijo: "La humanidad está necesitando gigantescas inversiones a favor de la vida. Hay que llevar agua salada en grandes cantidades al corazón de los desiertos para volverlos productivos. Debemos poblar la Patagonia mejorando sus condiciones, También se podría forestar el desierto de Atacama. Tenemos que llevar el dinero hacia esos proyectos en lugar de construir automóviles de un millón de dólares".
Por último, Mujica explicó el porqué de su simpleza y austeridad.