Jugar para aprender y ayudar: los videojuegos como aliados del ambiente

El mundo de los videojuegos es amplio y diverso. No hay límites de edad para jugar y la industria está creciendo en todo el mundo, en especial por la pandemia. Los juegos de video no solo sirven para entretener, sino que son excelentes herramientas de aprendizaje que ayudan a tomar conciencia y accionar en distintos ámbitos, como en temas ambientales. "Los videojuegos tienen un papel fundamental a la ahora de educar porque la forma más elemental de aprender es jugando", dijo a Carbono News Sofía García Podestá, desarrolladora de simulaciones virtuales y videojuegos.

En América Latina hay varios estudios independientes que están creando juegos con temática ambiental para generar conciencia en la sociedad, en especial en los más pequeños, para valorar las culturas de los pueblos originarios, cuidar los ecosistemas y sumarse a reciclar. En contacto con Carbono News, desarrolladores audiovisuales de Argentina, México y Costa Rica contaron sus propuestas para contribuir a un mundo mejor.

México: por la cultura, los humedales y el ajolote

Axolotlan es un videojuego independiente mexicano en proceso que busca el rescate de los humedales, revalorizar las culturas de los pueblos originarios de México y salvar al ajolote en el área natural protegida de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México.

Su creador es Juan Blanco Villanueva, CEO de Ihtoa Games, un estudio de artes digitales que se dedica al desarrollo de videojuegos, películas, efectos especiales, realidad aumentada y nuevas tecnologías audiovisuales. Junto a él trabajan otras siete personas en el juego, en áreas como arte, música, asesoría histórica y arqueológica. Su objetivo es cuestionar la cultura moderna.

Axolotlan, palabra náhuatl -una lengua nativa-, significa "El lugar de los monstruos de agua". "Es una forma romántica de referirnos a Xochimilco, el hábitat del ajolote que es el principal anfibio mexicano neoténico, nunca hace la evolución de larva a adulto y tiene algunas cualidades únicas en el reino animal. Puede perder parte del cerebro, de los ojos, del corazón y todo lo puede regenerar. Por eso, lo están estudiando alrededor del mundo", explicó el creador. Este animal está en peligro de extinción por la destrucción de los humedales, algo que también perjudica a las comunidades indígenas de la zona.

En el juego el protagonista es un ajolote en un mundo abierto que debe asociarse con otros de su misma especie y resolver problemas de su ecosistema para poder vivir. La idea es que sea multijugador y se pueda acceder online. La demo estará disponible este año, y se espera que para fines de 2022 esté terminado. "Queremos contar lo que está pasando en Xochimilco y que la comunidad se involucre en defender este ecosistema y a las personas que viven allí", contó Juan.

"Para cuidar algo, primero debe comprenderse", señala la web de Ithoa Games. "El juego apunta a tomar conciencia porque a mí me tocó crecer aquí en Xochimilco y pues cuando era chico todo estaba lleno de bosque y en los últimos años se ha urbanizado demasiado, hay mucha invasión ilegal de los terrenos. Las leyes ambientales no se cumplen. Tiene más peso el dinero y los intereses del gobierno y las inmobiliarias", explicó el CEO.

El fin del juego es "incitar a los jugadores a que si pueden que vayan a Xochimilco y también a sus ecosistemas locales", vean qué problemas hay y ayuden como puedan, en conjunto con otras personas, contó Juan.

Xochimilco es parte del Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO, pero está muy amenazado. "Estamos trabajando con los pueblos de la zona para impedir la urbanización porque el Gobierno no va a ayudar a cambiar el destino de Xochimilco que es secarse en 10 años, con este ritmo. Si esto pasara perderíamos el último reflejo del México real que conquistaron los españoles", lamentó el desarrollador audiovisual.

Además, la narración del juego está en náhuatl. "Queremos lograr que los jugadores puedan tener una conversación casual en esa lengua originaria de la Cuenca de México", explicó Juan. Aunque no es su prioridad conseguir financiamiento, estos desarrolladores dijeron que esperan que quienes puedan, colaboren económicamente en el proyecto.

Costa Rica: aprender a reciclar

Andrés Mora Portuguez (38) es de Cartago, Costa Rica, es ingeniero electromecánico y tiene un estudio de diseño de videojuegos llamado "Bull Shark".

Él desarrolló el juego "King of Waste Sorting" ("El rey de la clasificación de residuos") que se puede jugar online o a través de la app, disponible en Play Store. Consiste en separar los residuos en el cesto en que corresponda: "reciclaje", "orgánico" o "no valorizable". "Son los contenedores que tiene el municipio de Jiménez. El juego lo hice como una donación, ya que mi primo es vicealcalde y me lo había pedido", contó Andrés.

El videojuego fue utilizado por un grupo de 30 niños de la escuela primaria del pueblo Pejibaye. "Durante dos meses la maestra trabajó con el juego, los chicos iban superando los récords y se premiaba a quienes tenían más puntos", detalló el creador.

"Tengo un grupo de amigos que tiene la costumbre de andar recogiendo basura los fines de semana de las calles y los ríos. Está muy bueno pero lo triste es que a los 15 o 30 días otra vez hay basura de nuevo. Entonces pensé, ¿qué puede hacer uno para tener un impacto más grande, a nivel mundial o de generaciones? Yo siento que los juegos, por más infantiles que parezcan, pueden llegar a miles de personas y tener un gran impacto", dijo.

Andrés nació en un pueblo pequeño "lleno de ríos, de verde", pero por trabajo y estudio se tuvo que ir a la ciudad. "Ahí es cuando uno nota esa diferencia", contó sobre cómo nació su pasión por el ambiente. Ahora, sigue desarrollando más juegos de este estilo. Está trabajando en uno "menos realista" sobre un pulpito que va en un submarino y dispara un rayo que recicla lo que encuentra. Aunque diseñar videojuegos no es su ocupación principal, afirmó: "Cada vez es menos hobbie porque le dedico más tiempo".

Argentina: defender los humedales del Paraná

Debido a los feroces incendios en el Delta del Paraná que se dieron hacia fines de 2020, a Sofía Podestá (25) y otros desarrolladores se les ocurrió organizar una "game jam" (una especie de hackatón lúdico) convocando a crear videojuegos para concientizar sobre la temática y "pensar respuestas a problemática sociales", contó Sofía.

Aunque, como explicó la desarrolladora, los juegos que se crean para una "jam" no tienen un objetivo comercial, y algunos incluso nunca terminan de hacerse, hay excepciones, como es el caso del juego ganador del evento, "Huella litoral", creado por cuatro amigos.

"No pretendemos solamente enseñar el ecocidio en su más terrible expresión, si no también aprovechar este juego para enseñar parte de las tierras del Delta, de su geografía, flora y fauna en una etapa previa al incendio. Consideramos clave generar este contraste, ya que es precisamente en la apreciación de la abundancia de las tierras del Delta que hay una oportunidad para crear contenido orientado hacia algo que podríamos llamar educativo", contaron sus inventores Manón Abril Estades, Mauricio Chamorro, Julián Jara y Matías del Valle.

Durante el juego, el protagonista atraviesa tres jornadas: en la primera hace un relevamiento de la zona, que es un humedal, en la segunda comienza el fuego y tiene que huir y, en la tercera regresa al humedal para recomponer el ecosistema.

Sin embargo, el juego aún está en desarrollo, ya que el equipo no cuenta con el dinero suficiente para terminarlo. Por eso, piden apoyo económico a cualquier persona que quiera ayudarlos y, a cambio, recibirán una serie de beneficios y retribuciones. Se puede colaborar acá.

Más recientemente Sofía organizó otra game jam sobre cuestiones sociales, esta vez orientada a la seguridad en el ámbito "gamer" y la igualdad de derechos para hombres y mujeres a la hora de jugar, ya que muchas veces, cuenta, ellas ocultan su nombre para no ser acosadas. "Queremos alentar el desarrollo de videojuegos porque son herramientas culturales que tienen el poder de hacer pensar y cambiar", concluyó la desarrolladora.

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