Bariloche: preocupan los incendios en uno de los basurales más contaminantes del mundo
Activistas de la zona proponen soluciones como compostaje y reciclaje.
La semana pasada la ciudad de Bariloche amaneció cubierta de humo y con olores a gases tóxicos debido al incendio del centro de Residuos Urbanos Municipal (CRUM) que se encuentra atrás del cerro Otto, donde se dividen las cuencas del lago Gutiérrez y la del arroyo Ñireco.
Es uno de los 50 basurales más contaminantes del mundo según la Asociación Internacional para la Gestión de Residuos (ISWA por sus siglas en inglés), que aconseja cerrarlo.
Vecinos y ONG como Circuito Verde Bariloche denuncian que el incendio no es un hecho aislado sino que sucede frecuentemente, sobre todo en verano, y que se necesitan políticas públicas urgentes para solucionarlo.
En 2014 dejó de ser un basural a cielo abierto y se convirtió en un vertedero municipal y comenzó el proceso de remediación. Con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2015 se hizo la obra denominada Relleno Sanitario y Remediación del basural, pero debido a las malas prácticas no cuenta con las medidas sanitarias y ambientales correspondientes, denuncian los vecinos y activistas.
Para frenar estos incendios, vecinos presentaron a principios del año pasado, un amparo colectivo para el correcto tratamiento de los residuos.
Desde Circuito Verde fomentan la disminución de la basura ya que, según dijo la activista Agustina Iglesias a El Cordillerano, "el vertedero está saturado" y el 50% de la basura que se genera en Bariloche es residuo orgánico y se podría solucionar haciendo compost.
Además, un 30% es reciclable, y, como señaló Agustina, eso lo podría recuperar la ARB (Asociación de Recicladores Bariloche) para reinsertarse en el mercado. "Ese vidrio podría volver a ser botella", indicó.
Según la ONU, los basurales a cielo abierto contaminan el aire, lanzan metano y CO2, generan enfermedades, aceleran el calentamiento global y causan muertes prematuras.