Los pósters parodia que usan películas de Disney para denunciar la contaminación de los juguetes
La reproducción indiscriminada de juguetes hace que se conviertan, tarde o temprano, en residuos.
A través de la campaña Future Landfill (Futuro Vertedero), el ejecutivo de publicidad Alex Wadelton y el ejecutivo de televisión Tom Whitty, ambos australianos, crearon parodias de posters de películas famosas infantiles de Disney para visibilizar la contaminación de los juguetes de plástico. Su reproducción indiscriminada hace que se conviertan, tarde o temprano, en residuos, denuncian.
Todo comenzó en respuesta a una iniciativa de la cadena australiana de supermercados Woolworths que regala un muñeco "Ooshie" de Disney por cada 30 dólares que gasten sus clientes en compras en sus negocios. Los activistas, por su parte, piensan que a pesar de parecer "divertido", estos juguetes tienen un gran impacto ambiental.
De esta manera, "Buscando a Nemo" aparece renombrado como "Asfixia a Nemo". En el caso de "Toy Story", la historia se llamó como "Destroy Story" (Historia de destrucción). Para la "La dama y el vagabundo" quedó "El vertedero y la basura". Y, por último, "Frozen" fue presentada como "F***ed".
Cada póster destaca un problema diferente como consecuencia de los residuos plásticos: la contaminación de los océanos, el derretimiento de los glaciares o la acumulación de basura en los vertederos.
Wadelton y Whitty, además, invitan a firmar una petición para terminar con estas iniciativas y que las cadenas de los supermercados australianos se comprometan a reciclar estos juguetes baratos siempre. Esto es porque Woolworths dijo que lo haría solo por tres meses, hasta el 31 de enero.
En su sitio web, los activistas señalan que estas promociones forman parte del "green washing" (lavado verde) para aparentar ser sustentables, y apuntan a que "dejen de realizar promociones imprudentes que fomenten la producción en masa de pequeños juguetes de plástico con un impacto ambiental a largo plazo para obtener ganancias a corto plazo".
Sin embargo, no se quedan solo con la crítica y, por eso, proponen una solución: promocionar (en vez de Ooshies) una gama de tarjetas coleccionables exclusivas, con todos los personajes de Disney, que estén impresas en papel biodegradable con semillas de plantas vegetales no invasivas incrustadas. Así, de esto modo, luego de intercambiarlas, pueden plantarlas y conectarse con la naturaleza.
Su fin es que los juguetes plásticos no terminen en el océano ya que según investigaciones de la Agencia Nacional de Ciencia Australiana (CSIRO), ya hay 14 millones de toneladas de microplásticos que asfixian a los peces y que, luego, son consumidas por las personas a través de ellos.