Cop27 de Egipto: ¿Cumbre histórica o mero "greenwashing"?
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del presente año tuvo lugar durante dos semanas: entre el 6 y el 18 de noviembre pasado en Sharm El Sheikh.
A la COP 27 asistieron casi un centenar de jefes de estado y aproximadamente 35 mil representantes o delegados de 190 países.
Los gobiernos nacionales suelen utilizar este tipo de cumbres para acordar políticas que limiten el aumento de la temperatura global. Fueron tan magros los resultados obtenidos que las autoridades comenzaron a trabajar para la próxima el día siguiente de la despedida de las delegaciones. Ahora, la historia regresa a París, en junio de 2023, para resolver los vacíos que quedaron.
¿Cuáles fueron las sombras que opacaron un encuentro tan esperado?
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, el holandés Frans Timmermans, se mostró decepcionado por no haber conseguido que se adoptara siquiera un lenguaje fuerte en el tema de la reducción de emisiones contaminantes en el texto final. "Hemos perdido mucho tiempo" resumió. El Plan de Implementación leído apenas insta a los países a reducir progresivamente la generación de energía a partir del carbón y a abandonar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles. Todo esto ya había sido plasmado en Glasgow (COP26), el año pasado.
A pesar de que cada año nos acercamos más a la "deadline" del 2050 para convertirnos en un planeta neutral, la distancia entre donde estamos y dónde deberíamos estar, a esta altura, es mayor que nunca. La geopolítica se impuso y, por ello, los dos países más contaminantes del planeta, China e India, no enviaron a sus presidentes al esperado cónclave.
Como contrapartida, dos de los grandes contaminadores y ecocidas del planeta, Venezuela y Rusia, estuvieron presentes y se pavonearon en Egipto: Nicolás Maduro y el canciller de Vladimir Putin, Serguei Lavrov.
Hubo meras menciones a las energías limpias cuyos avances las han vuelto más baratas que las fósiles en dos tercios del mundo, incluyendo economías emergentes como las de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Sudáfrica, Kenia, India, Tailandia, Vietnam y Filipinas. La inversión en la transición ha aumentado un 25% y ya supera los 700 mil millones de dólares por año.
Muchos suponían que las tragedias climáticas ocurridas en los últimos meses serían determinantes a la hora de impulsar cambios. Las fuertes sequías y las olas de calor en Europa y Sudamérica, las inundaciones en Pakistán, Nigeria y Australia o la sequía en Estados Unidos fueron algunos de los mortales ejemplos que se soslayaron.
En la cumbre, dijeron presente 636 grupos de presión de los combustibles fósiles: British Petroleum, Shell, Total y Occidental, entre otros. Recorrieron los pasillos deseosos de mostrar sus "credenciales ecológicas", ya que destinan una parte de sus ganancias a la energía verde. Lo cierto es que la transición energética tiene un impulso tan imparable que representa una clara amenaza para sus negocios por lo que se han convertido en los amos de la desinformación y las fake news.
El evento ha tenido un impacto significativamente negativo en los medios. Más del 60% de los artículos sobre la COP 27 reflejaron un sentimiento negativo, 38% fueron neutrales y apenas un 1% fue positivo.
Más de 400 jets privados llegaron hasta la ciudad balnearia escogida como sede llevando distintas delegaciones públicas y privadas. La única vía para llegar hasta este conglomerado playero fue la aérea, al punto que la estatal Egyptair debió programar un refuerzo de 250 vuelos entre El Cairo y la sede para que todos los asistentes pudieran ser trasladados.
El patrocinio del encuentro estuvo a cargo de una empresa contaminadora como Coca Cola, responsable de que cada año se desechen 120 mil millones de botellas de plástico. Quince por cada ser humano que habita la tierra. El 99% de los envases del holding se fabrican con combustibles fósiles.
El anfitrión fue un país con un régimen dictatorial que ha recibido graves denuncias por reiteradas violaciones a los derechos humanos.
La activista de 19 años Greta Thunberg no participó de la COP27. Aseguró que el evento fue solamente una oportunidad para que las personas de poder pudieran recurrir al ?greenwashing', mentir y hacer trampa. "No más bla, bla, bla, no más explotación de la naturaleza, las personas y el planeta" clamó la joven sueca.
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