Cinco ingeniosos inventos que buscan deshacerse de los microplásticos
Varias iniciativas persiguen el objetivo de reducir la presencia de microplásticos en el agua, un problema ambiental que trae complicaciones al planeta y a los seres vivos
En la lluvia, en las frutas y verduras, en el pescado que comemos, incluso en placentas y tejidos humanos, los microplásticos están en todos lados y son un problema de primer nivel. Afectan a los océanos, a los animales marinos, a las aves y también a las poblaciones humanas. Varios científicos y emprendedores ensayan algunas soluciones para combatir estas micropartículas contaminantes que, hasta ahora, no han sido fáciles de detectar.
Según la agencia australiana CSIRO, la contaminación por microplásticos es 25 veces mayor de lo que se creía. El océano es el contenedor de 14 millones de toneladas de microplásticos. Anualmente, se vierten unas ocho millones de toneladas al mar que, al descomponerse, se convierten en diminutas partículas que acaban ingiriendo los peces e incluso el plancton, introduciéndolas en la cadena alimentaria.
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No hay un único origen de estas micropartículas, se encuentran en productos de higiene o cosmética como pasta de dientes, detergentes y cremas, y también en los tejidos sintéticos, que tienen gran cantidad de fibras plásticas y derivados del petróleo que se desprenden durante los lavados y que después pasan a los desagües. Según un análisis de la Universidad de Plymouth, durante un lavado de ropa en casa se podrían liberar más de 700.000 fibras al agua. Estas partículas son tan pequeñas que no logran ser filtradas por las plantas de tratamiento. De esta forma, terminan en el océano y en el estómago de la fauna marina y de los seres humanos.
Un problema de menos de 5 mm
Los científicos estiman que los microplásticos ingresan en la cadena trófica por el zooplancton, que acaba ingresando en la cadena alimentaria marina, incluidas las aves.
"Estas partículas podrían poseer un riesgo serio de peligro físico para los animales marinos que los consumen, potencialmente podrían bloquear sus estómagos o liberar químicos en sus cuerpos", explica el Dr. Peter Ross, jefe del Ocean Pollution Research Program en el Vancouver Aquarium Marine Science Centre.
En esta misma dirección, se expresó la experta en océanos de Greenpeace, Luisina Vuison, cuando Carbono News le consultó por los efectos de los microplásticos en la fauna marina. "La presencia de los microplásticos está teniendo un efecto catastrófico sobre los organismos marinos, porque los desechos que son ingeridos o que se enredan en sus cuerpos les impiden respirar. Además, les bloquean el tracto digestivo, disminuyendo la necesidad de comer y alterando la conducta alimentaria, todo lo cual reduce el crecimiento y la función reproductiva. Con el estómago lleno de plástico, algunas especies sufren inanición y mueren", detalló.
Según un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, prácticamente todas las aves de los ecosistemas afectados terminan por ingerir microplásticos. Los peces también los ingieren, reveló otro estudio del Instituto de Investigación Marina Algalita, "El 35% de los peces que pescamos tienen una media de una o dos piezas de plástico en sus estómagos", aseguró.
La peor parte se la llevan las tortugas, según comentó Vuison. "Se estima que el 52% de todas las tortugas marinas han ingerido plástico, llegando hasta el 90% en las cosas de Brasil y en el Atlántico suroeste", expresó. Un informe reciente reveló que una vez que una tortuga ha consumido tan solo 14 piezas de plástico tiene un 50% probabilidades de morir.
Además de su presencia en algunos productos que comemos, los microplásticos también están en el agua que bebemos. Por ejemplo, un análisis del agua corriente de distintas ciudades del mundo reveló que el 83% de las muestras estaban contaminadas con microplásticos.
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Pero no solo están presentes en el agua de la canilla, también en las aguas embotelladas. Una investigación de Orb Media analizó el agua de 259 botellas de diferentes marcas y concluyó que el 93% contenían microplásticos. Orb Media concluyó que en promedio una persona podría consumir hasta 14 partículas de microplástico por día, porque estas se encuentran en cualquier producto que contenga agua, sal marina o cerveza.
Según Vuison, los plásticos y microplásticos tienen una variedad de impactos en la salud, entre ellos inflamación, genotoxicidad, estrés oxidativo, apoptosis y necrosis. También están relacionados con condiciones de salud negativas que van desde enfermedades cardiovasculares hasta cáncer y afecciones autoinmunes.
"Lo grave de los microplásticos es que por ser prácticamente microscópicos, los estamos consumiendo sin darnos cuenta. Los microplásticos están presentes en los productos de mar que consumimos, como pescados, mariscos e incluso la sal", sostuvo Vuison.
Hasta ahora, la identificación de estas pequeñísimas partículas ha sido difícil: normalmente, solo se detectan una vez que se han acumulado en el cuerpo de los peces o tortugas. Como el problema no deja de agravarse, algunos ensayan alternativas para hacer frente a estas partículas de menos de 5 mm.
El imán del joven irlandés
Fionn Ferreira tenía poco menos de 20 años cuando inventó un utensilio para remover los microplásticos del agua. Creció en una región remota de Irlanda y pasó gran parte de su infancia remando por las costas en su kayak con su perro India.
Fionn empezó a observar la creciente cantidad de plástico que llegaba a la costa, por lo que organizó varias operaciones de limpieza de playas, además de construir máquinas para cuantificar y recoger la contaminación por plástico.
Finalmente, creó un utensilio a base de aceite y hierro en polvo -ferrofluidos- que cuando entra en contacto con los microplásticos los atrae magnéticamente, por lo que pueden ser eliminados del agua. El invento fue exitoso en un 87% de las muestras de agua. Los esfuerzos de Ferreira fueron compensados, en 2019 recibió el máximo premio en la Feria de Ciencias de Google.
En un futuro próximo, quiere probar el dispositivo para hacer un filtro autolimpiante para motores oceánicos.
Filtro para la ropa
Arturo Correa, un joven ingeniero mexicano, ganó el premio municipal de la Juventud de Tijuana a la innovación con tan solo 27 años. Dos años después, ganó el premio de Green Heineken Challenge, un concurso que promueve las iniciativas más creativas para el cuidado del planeta. La razón: un dispositivo que elimina el 99% de los microplásticos que se desprenden de la ropa durante el lavado.
"La idea era llegar a la raíz del problema a través de una solución tecnológicamente posible, económicamente viable y humanamente deseable", explicó Correa a Carbono News.
El filtro logra captar partículas de hasta cinco micras -0,005 mm-. "Estamos contaminando de una forma muy peligrosa nuestros océanos y ríos. Es un problema que es muy desconocido. Gran parte de la población no sabe que está contaminando así", comentó el emprendedor.
Una aspiradora viviente
Para Juan José Álava, experto en conservación marina, la respuesta al problema de los microplásticos ya está en el medioambiente. El científico estudia los organismos que él denomina "aspiradoras vivientes".
Estos organismos van desde los que se alimentan del fondo marino como otros mucho más pequeños llamados "comunidades microbianas epiplásticas", que son bacterias que descomponen el material sintético como el plástico.
"La idea es identificar comunidades de bacterias y tratar de mejorarlas y estimularlas para que rompan el plástico. Cuando un organismo puede eliminar más plástico del que acumula en su cuerpo, se convierte en nuestro mejor aliado en la lucha contra los microplásticos", dijo Álava a Ecoportal.
Una pantalla para salvar a las tortugas marinas
Marc Ward se empezó a preocupar por los microplásticos cuando, a finales de los años 90, estudiaba las amenazas a las tortugas marinas. Las tortugas anidan sobre playas con estas partículas y también encontraron en sus estómagos estos microplásticos.
Fue así que creó, junto con otros voluntarios, el programa Blue Wave, que busca eliminar los microplásticos de las playas oceánicas.
Sea Turtles Forever diseñó una solución de limpieza fácil de usar para que las comunidades costeras la adopten en la remediación de las playas. Se trata de un sistema de filtración estática (SCF) que logra eliminar microplásticos de hasta 100 micrómetros, el tamaño de un grano de arena. Es un sistema de filtración de carbono neutro, operado manualmente para remediar un entorno de playa.
Filtro para agua hecho con celulosa de plantas
El equipo finlandés VTT se propuso un desafío: filtrar los microplásticos antes de que lleguen a los cursos del agua.
Es una tarea nada fácil pues los microplásticos son difíciles de identificar. Para ello pusieron en marcha un sistema de filtración a base de nanocelulosa que permite capturar las partículas incluso antes de que entren en los cursos de agua. Para los investigadores este método sería económico y fácil de incorporar en cualquier industria.