Atlanticazo: "La desinformación es lo que más me llama la atención"

"Esta movilización fue importante, en primer lugar, por haber sido el aniversario del Atlanticazo y, en segundo lugar, porque a pesar de las audiencias públicas, las marchas, las acciones en las calles, las causas judiciales y tantas otras medidas tomadas por las comunidades costeras y el apoyo de personas de muchos otros territorios para impedir el avance de las petroleras sobre el Mar Argentino, el proyecto sigue vigente", dice a Carbono.News, Julieta Itzcovich, integrante del movimiento Rebelión o Extinción Argentina (XR).

El #Atlanticazo o #4E, como fue denominado esta vez, consistió en una serie de movilizaciones en varias provincias de la Argentina, pero con epicentro en la localidad de Mar del Plata, para decirle no al proyecto de poner petroleras offshore a 300 km de esta parte de la costa bonaerense, tanto por los riesgos que genera para la vida marina, el turismo y la pesca, como por la insistencia en seguir autorizando la extracción de hidrocarburos: algo que la ciencia demostró muy claramente que se debe terminar para poder alcanzar la carbono neutralidad en 2050.

Se calcula que participaron entre 1500 y 2000 personas en la marcha en Mar del Plata, pero también hubo movilizaciones en Necochea, Bahía Blanca, Santa Teresita, San Bernardo, Villa Gesell, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Las Grutas, CABA y Rosario.

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"La actividad offshore es altamente riesgosa en sus dos fases, tanto en la de exploración como en la de explotación", explica la activista. "En la primera, mediante el bombardeo sísmico que se utiliza en la búsqueda de petróleo y gas en el subsuelo marino, se producen unas explosiones tan grandes que pueden provocar el aturdimiento, desorientación y hasta la muerte de las especies animales marinas. Estas detonaciones se repiten durante varios meses, alcanzando varios kilómetros, por lo que su impacto para la fauna es enorme. Se toma al mar como zona de sacrificio. Se lo termina deshabitando, obligando a migrar a las especies que habitan allí por proyectos que al humano le sirven para generar dinero para un puñado de empresas. Es lo mismo que ocurre con la megaminería, el fracking y el agronegocio, solo que al ocurrir en las profundidades del mar y a unos 200/300km de la costa, si no alcanzan esta difusión, no nos enteramos".

"Es terrorífico para mí, pensaba ayer mientras disfrutaba de la playa y miraba el horizonte del mar, lo que debe ser para un animal marino que de pronto lo estén bombardeando con explosivos en su hábitat, como que estemos en nuestras casas tranquilxs y de repente exploten bombas a nuestro alrededor, podemos llegar a escapar, pero tal vez no, y así no se llegue a la muerte, los daños pueden ser muy severos".

Y agrega sobre la segunda parte: "Luego viene la etapa de explotación, así se la llama, pero, desde mi punto de vista, tanto la primera como la segunda fase son de explotación. Acá es cuando se extrae a presión el petróleo y el gas, habiendo un alto riesgo de derrame en el mar".

Un estudio de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires determinó que, de realizarse explotación en la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100% y eso incluye grandes cantidades de petróleo.

Sin embargo, detalla la activista, los responsables de llevar adelante esta medida, aseguran que no hay de qué preocuparse: "El gobierno, Equinor, YPF y el resto de las empresas y personas que defienden estos proyectos afirman con tranquilidad que las medidas de seguridad que toman son muy confiables y que no va a haber derrames, pero es imposible confiar en esto. Porque así como hubo derrames de petróleo en el mar en años recientes en Brasil y Perú, también hace unos meses hubo un derrame dentro de nuestro territorio en la localidad de Catriel, Río Negro, en el que la medida de contención fue poner una pelopincho (pileta de lona) para que el petróleo que salía de la cañería cayera ahí".

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"Más allá de que esto parece una burla, ocurren derrames en todo el mundo todo el tiempo, y, siempre, por más medidas que se tomen, el riesgo está. No se puede llevar a cabo un proyecto sabiendo que existe la posibilidad de derrame, aún si esta fuera del 1%, el desastre que puede ocasionar es total. Y lo peor es que después las empresas responsables no se quieren hacer cargo", concluye.

Desinformación

Victoria Silberman es vecina del Mar del Plata y, en contacto con Carbono.News, cuenta las opiniones que escucha de los marplatenses: "Hay muy poca información. Después del Atlanticazo me di cuenta que la gente que concurrió fue poca y que estaban muy metidos en el mundo ambiental, pero para el resto de las personas no hay información".

"En la calle y en reuniones, la opinión de las personas está divida: algunas dicen que tenemos razón en oponernos, por los animales, por cuidar el ambiente y porque la plata seguramente se la lleva la empresa noruega. Sin embargo, otros dicen que las petroleras traerán más empleo en Mar del Plata, que vamos a crecer un montón y ponen el ejemplo de Neuquén en Vaca Muerta", suma (Neuquén es una de las cuatro provincias más endeudadas).

"Probablemente, como hay poca información, la gente no se está involucrando. Da pena que no haya información. La desinformación es lo que más me llama la atención", concluye.

Transición energética justa y democrática

Debido al panorama de crisis climática actual, Julieta Itzcovich, trata el tema de fondo: que la extracción de petróleo no va de la mano con la transición energética que necesita Argentina y el mundo.

Itzcovich: "Se necesita una urgente profundización de la democracia para que sea el pueblo el que decida cómo hacer una transición energética, y no que sea el gobierno y las multinacionales las que nos impongan sus proyectos terricidas a costa de todo. Ya sea mediante audiencias públicas vinculantes (y no el tipo de audiencias que vienen teniendo lugar hasta ahora, que son no vinculantes), asambleas ciudadanas u otros mecanismos de participación ciudadana".

"Es importante entender también que, al igual que cualquier tipo de problemática ambiental, lo que sucede en territorio argentino no es ajeno al resto del mundo, los ecosistemas están interconectados, la naturaleza es una sola y no conoce de límites fronterizos".

"E incluso, sin pensar exclusivamente en la fauna y flora marina o en las comunidades costeras o en la humanidad en general, el mar tiene vida propia, y somos, con él, la misma naturaleza, somos mar, atentar contra él es atentar contra nuestras propias vidas. Por eso decimos que el mar no se toca, el mar no se mancha y que lo queremos así como está, libre".

Además, destaca la diferencia entre los discursos brindados al mundo sobre el accionar climático del país y lo que en verdad sucede: "Estamos atravesando una crisis climática y ecológica. El presidente lo sabe, el ministro de ambiente lo sabe, el gobernador de Buenos Aires lo sabe. Lxs políticxs lo saben, solo que no se hacen cargo, siguen dando discursos muy lindos en las conferencias climáticas y de biodiversidad en distintas partes del mundo, pero, mientras tanto, acá en Argentina, profundizan cada vez más todas las prácticas que nos trajeron a esta crisis múltiple. Siguen haciendo nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles, anuncian planes a largo plazo, como si el planeta contara con esos años para que se lo siga pudiendo explotar, como si no hubiéramos desequilibrado ya todos los ecosistemas por completo y no estuvieran ocurriendo catástrofes climáticas en todo el mundo que se llevan puestas las vidas de millones de personas cada año".

Y detalla: "Según la ONU, en 2050, el 50% de la población mundial va a habitar zonas con extrema sequía, es decir que para ese año la mitad de la población humana del mundo se va a morir porque no va a tener para comer. El año en que el gobierno promete alcanzar la carbono-neutralidad, ya millones de personas se van a ver afectadas por los proyectos que el mismo gobierno está realizando hoy en 2023. No hay lugar para la explotación offshore en un contexto de crisis climática y ecológica, es inentendible que tengamos que seguir discutiendo esto y el pueblo tenga que salir tantas veces a dejar en claro por qué estos proyectos no pueden llevarse adelante, cuando la ciencia lo dejó ya perfectamente claro".

Recientemente, tras un año de vericuetos judiciales, fue presentado un Recurso Extraordinario Federal por parte de ONG, abogados y activistas, para impedir el avance de las petroleras; sin embargo, la activista señala que la Corte Suprema de Justicia de la Nación "puede tomarse mucho tiempo en atender". "Y esto es urgente, por lo que el pueblo tiene que seguir movilizándose para echar definitivamente a las empresas que quieren explotar el mar. No podemos esperar a que ya esté la plataforma construida en el mar y estén los barcos instalados llevándose el petróleo. Tenemos que hacer todo lo posible ahora para evitar que eso ocurra. Y eso implica mucho más que solo hacer una marcha multitudinaria una vez por año".

La solución que propone la activista es la "desobediencia civil mediante acciones directas no violentas" y detalla: "Desde XR, creemos que la desobediencia civil mediante acciones directas no violentas es lo mejor que podemos hacer para evitar el avance de estos proyectos. Por eso, hace poco hicimos una acción en el edificio donde se encuentran las oficinas de Equinor en Puerto Madero, donde la policía nos retuvo y nos acusó de haber cometido una contravención por pintar con pintura azul ecológica y lavable la vidriera del edificio. Y nos preguntamos cómo puede ser que mientras a nosotrxs nos hacen ver como criminales por esto, empresas como Equinor, YPF y Shell salgan ilesas de cometer crímenes contra la naturaleza y la humanidad toda al explotar los mares, que puedan seguir haciendo eso con el aval de la justicia y el gobierno".

"Para dar vuelta esta injusticia tenemos que replicar acciones tanto como podamos, actuar con la urgencia que el contexto crítico que estamos viviendo amerita y, sobre todo, teniendo en cuenta lo rápidas que son estas empresas para llevar adelante cualquier proyecto que se proponen aún sin tener licencia social".

Y finaliza acordando con Victoria en cuento a la falta de información que hace que la sociedad no pueda involucrarse: "Me movilizó mucho el día del Atlanticazo, cuando hicimos un abrazo al mar previo a salir a marchar, ver a niñxs jugando con la arena, disfrutando el mar, y me pongo a pensar en sus padres y en el resto de lxs adultxs que deberían estar haciendo de todo para que sus hijxs, sobrinxs y nietxs tengan al menos la posibilidad de seguir habitando con salud este planeta en un futuro, y puedan seguir disfrutando ese mar que hoy tanto lxs maravilla. A mí en particular, me suele enojar pensar en la enorme cantidad de turistas que van una vez al año a disfrutar de la playa y no les importa que el mar esté amenazado y lo estén queriendo exprimir todo el resto de los días del año. Pero la realidad es que muchas personas desconocen este problema, no están enteradas de lo que se quiere hacer en el mar. Es por eso que es tan importante que sigamos hablando, difundiendo y tomando acción para informar e invitar a las personas a activar por este tema".